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jueves, marzo 31, 2016

Los cinco ejes que definirán la educación ejecutiva del futuro

Un mix de habilidades emocionales, manejo de equipo, mirada global y liderazgo es la tendencia en la formación gerencial.

Pensar más allá de los límites de la disciplina, desarrollar competencias socioemocionales, liderar equipos caracterizados por la diversidad, poner en práctica conocimientos aprendidos en contextos nuevos y tener una mirada global son las cinco capacidades que todo ejecutivo deberá entrenar si quiere estar listo para enfrentar el mundo de los negocios de cara al futuro.

La lista contiene ítems conocidos: el acento en las habilidades “blandas” dominó la agenda de las escuelas de negocios en la última década. Lo nuevo, sin embargo, es que la combinación de estos cinco ejes será determinante a la hora de definir la educación ejecutiva del futuro, según las conclusiones del Foro Mundial de Educación y Habilidades (Global Education & Skills Forum – GESF 2016) desarrollado en Dubai el 12 y 13 de marzo.

El evento, convertido en una suerte de “Davos” de la educación, reunió a 1.600 participantes de 110 países, entre ellos 22 ministros de Educación –incluido Esteban Bullrich–, líderes de negocios y de organizaciones educativas y sociales. Buena parte de las 61 sesiones que incluyeron paneles, debates, exposiciones y talleres estuvo dedicada a pensar la integración entre el mundo del trabajo y la enseñanza y a definir “las habilidades (skills) del siglo XXI”. Ya en el plenario de presentación, Andreas Schleicher, director de Educación y Habilidades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y responsable de las pruebas PISA, puso el acento en la necesidad de “anticipar la evolución de la demanda de habilidades e integrar mejor el mundo del trabajo y la enseñanza”.

En este contexto, la educación ejecutiva tuvo su capítulo particular: ¿Qué ejes la definirán en el futuro? Para responder estas preguntas, iEco entrevistó a ocho speakers del Foro, expertos en educación y en negocios.

1. Más allá de los límites

Los especialistas coinciden en que el contexto incierto y la rápida evolución de los negocios obligan a preparar a la gente para los cambios acelerados y para los trabajos que todavía no han sido creados: personas flexibles, capaces de innovar, creativas.

Según Schleicher: “La innovación no consiste en tener nuevas ideas sino en ser capaz de conectar puntos dispersos”. Esto significa “poder pensar a través de los límites de las disciplinas: conectar información de distintos campos”. El desarrollo de esta habilidad permitirá “navegar un mundo complejo”.

Schleicher entiende que, así como es necesaria la alfabetización digital, global y en información, deben incorporarse nuevos tipos de pensamiento a la formación: los llamados design thinking y systems thinking . El primero alude al diseño de productos y pone el acento en el trabajo en equipos para la solución de un problema. El segundo se vincula con el proceso de entender cómo aquellas cosas que conforman un sistema se influyen unas a otras. “Las escuelas de negocio todavía no están tomando estas cosas en cuenta: hay una brecha importante entre lo que se espera de ellas y lo que proveen hoy”, opina.

Para Anna Winthrop, profesora de la Universidad de Nueva York, “de manera creciente en el sector privado los empleadores buscan personas que puedan pensar de manera amplia, que sean capaces de innovar y de entender el contexto”, señala. Para ella, una buena forma de conseguir estas habilidades consiste en la inclusión del arte en la educación de negocios, algo que ya está sucediendo en muchas universidades, incluso en la Argentina. “Los líderes de negocios buscan personas que tengan pasión, que estén pensando activamente y que puedan ser muy flexibles, porque los negocios hoy cambian constantemente. Y esas son cosas que el arte puede brindar”, resume Winthrop.

2. Lo socioemocional

Si la cuestión de las “habilidades blandas” dominó la agenda en los últimos años, ahora se habla de competencias socioemocionales, que incluyen a esas habilidades sumadas a cuestiones de manejo personal y a lo que podría definirse como “carácter”.

Un trabajo del Boston Consulting Group (BCG) y el Foro Económico Mundial, presentado en Dubai, definió 16 habilidades necesarias para los niveles educativos iniciales. Estas incluyen 6 habilidades fundamentales, como matemática, lectura, etc., y otras 10 que entran en el grupo de las socioemocionales y se dividen en las de carácter y las de competencia.

“Hay un grupo de 4 competencias: creatividad, colaboración, comunicación y pensamiento crítico y otras 6 habilidades de carácter que incluyen: liderazgo, perseverancia, curiosidad, adaptabilidad, iniciativa y conciencia sociocultural”, explica Jessica Boccardo, del BCG. Aunque no hay consenso sobre la definición de las habilidades socioemocionales, “la tendencia es a usar una definición amplia”, dice Boccardo, que abarque las habilidades de autorregulación y las competencias “blandas”.

Por otro lado, desde la Iniciativa Global en Innovación Educativa de la Universidad de Harvard, Fernando Reimers identificó “cuáles son las competencias que los jóvenes necesitan para hacerse cargo de sus propias vidas y contribuir al desarrollo de sus comunidades”. Y las dividió en tres grandes categorías: habilidades cognitivas, habilidades intrapersonales y habilidades de relación. Entre las intrapersonales incluye “la apertura intelectual, la ética hacia el trabajo y la responsabilidad”.

Aditya Natraj, director de Kaivalya Education Foundation en la India, una institución especializada en desarrollo de liderazgo, señala que “las escuelas de negocio están avanzando en el aprendizaje socioemocional porque cada vez más el trabajo de un líder es ser capaz de entender cómo motivar a la gente, cómo hacer que colabore. El líder es como el coach de un equipo deportivo”, define. Como el dinero no es la única motivación en la búsqueda de metas de excelencia, es necesario “comprender profundamente” a las personas “para saber dónde están sus emociones”, qué los preocupa”, agrega.

La necesidad de complementar las habilidades cognitivas con las no académicas es también destacada por Ee Ling Low, directora de Planeamiento Estratégico y Calidad del Instituto Nacional de Educación de Singapur: “Para que haya desarrollo, además de garantizar las habilidades fundamentales, buscamos fomentar una generación de personas con valores. Y esto se hace a través del aprendizaje socioemocional”, dice Low.

Para Schleicher, las “cualidades del carácter” importantes para la educación de negocios son: resiliencia, empatía, curiosidad, atención plena, liderazgo y ética.

3. Liderar en la diferencia

Las “habilidades de relación”, tercer componente del combo de habilidades para el siglo XXI de Harvard, incluyen “el trabajo en equipo, la colaboración y el liderazgo”, dice Reimers. En la formación ejecutiva este grupo de habilidades tiene, además, un componente adicional: la capacidad de desarrollar el trabajo en equipo en ámbitos caracterizados por la diversidad.

Así, dice Justine Cassell, decana en la prestigiosa escuela Carnegie Mellon, la colaboración incluye “el respeto por la otra persona y el respeto por la diferencia” y ser líder implica “la habilidad de conducir grupos con diversidad y la habilidad de reunir a personas diferentes al servicio de una causa común”, define. “Creo que muchas escuelas de negocios están determinadas a incluir estas habilidades en sus programas”, agrega Cassell.

El secretario de Educación de EE.UU. durante la primera administración de Obama, Arne Duncan, dice que la educación de negocios debe fomentar el pensamiento crítico, la creatividad –ambos se asocian con el pensamiento más allá de los límites disciplinares–, la colaboración y el “estar cómodo en ambientes y comunidades diversos, no solamente nacionales sino internacionales”. Este último aspecto se asocia tanto con la capacidad de liderar en la diferencia como con la posibilidad de desarrollar una “mirada global”. “Estos cuatro conjuntos de habilidades son altamente valorados”, señala Duncan.

4. Manos a la obra

Otro de los ejes de la educación ejecutiva del futuro será la capacidad de poner en práctica lo aprendido en contextos nuevos. “Creo que los contenidos y el conocimiento son importantes, pero no suficientes: hay que poder extrapolar lo que uno sabe”, enfatiza Schleicher. El aprendizaje en la práctica permite entrenar esta capacidad y, además, reducir la brecha entre teoría y práctica.

“Hay un número de escuelas que son realmente buenas. Pero existe una brecha entre la educación de negocios y las cuestiones prácticas”, dice Martin Sorrell, CEO de WPP, la compañía de publicidad más grande del mundo.

Sorrell, que asesora a escuelas de negocios como Harvard e IESE, insiste en que hacen falta graduados “ready-to-business”. “Queremos gente que esté lista para nuestros negocios: con buenos fundamentos, bien educada, pero que puedan hacer un uso práctico de sus conocimientos. Es como con los ingenieros: ¿queremos ingenieros teóricos o queremos que sean útiles en el sentido práctico de la ingeniería?”, demanda.

5. Mirada global

Por último, aunque no menos importante, la educación de negocios del futuro deberá garantizar una “mirada global”. “La universidad sirve para aprender, escuchar, absorber, deliberar y viajar”, sintetiza Sorrell. “Lo mejor que se puede hacer es estudiar en el extranjero para ampliar la mirada”, opina.

La “internacionalidad” en la etapa de estudios colabora con el entrenamiento de algunas de las capacidades ya mencionadas: la de pensar más allá de los límites y la de liderar en la diferencia. “Lo que es obsoleto es la educación en una sola dimensión: es necesario estar en contacto con otras culturas para continuar desarrollándose, madurando, creciendo”, señala Sorrell.

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