Hace
un par de semanas tuve la ocasión de reunirme con un grupo de amigos, y en un momento
dado de la conversación, acabamos hablando de las típicas “palabras de
moda” que todos hemos oído, y que incluso algunos hemos incorporado a
nuestro lenguaje del día a día.
Me
refiero a términos como Hipster, selfie, belfie, trendy, crowdfunding,
y como no el tan nombradísimo engagement…
que aunque se trate del concepto “compromiso”
de toda la vida, parece que si uno usa el término compromiso
en vez de engagement se
ha escapado del Paleolítico Medio.
Ahora,
bromas aparte es importante analizar que es realmente el engagement
Con
el paso del tiempo nos hemos dado cuenta de que uno de los principales valores
diferenciales de las organizaciones se encuentra en su capital humano, el cual
desempeña un papel crucial en la consecución de su éxito. Para que
este éxito no sea algo efímero, sino que se trate de un éxito sostenido en el
tiempo, no basta solo con el correcto alineamiento del capital humano a una
buena estrategia de la compañía, sino que además hará falta una alta dosis
de compromiso empleado-empresa-empleado.
Es
a este compromiso empleado-empresa-empleado a lo que coloquialmente se le
denomina “engagement”.
La
actual coyuntura socio-económica ha llevado a las principales empresas del
mercado a identificar la importancia y la necesidad de contar con empleados
comprometidos, con talento y entusiastas de su trabajo. Es muy importante
que tengamos claro que un empleado contento no tiene por qué ser un empleado
comprometido, tener empleados contentos es relativamente fácil, lo realmente
complicado es lograr empleados comprometidos con la organización, y dispuestos
a contribuir de forma activa a la consecución de los objetivos de la
empresa. Tal y como se refleja en un estudio de la empresa Gallup, únicamente
el 13% de los empleados analizados a nivel mundial estaban realmente
comprometidos con sus respectivas empresas.
¿Significa
esto que el engagement es una utopía?
No,
en absoluto es una utopía; el engagement en el contexto de la empresa se puede
dar, y con excelentes resultados, siempre que haya una voluntad real de
mantener una relación en la que ambas partes, empresa y empleado, ganen.
En el momento en el que este equilibrio se rompa es cuestión de tiempo
que se rompa el compromiso.
Entiendo
que, después de todo lo que he dicho, muchos os preguntareis si los empleados
comprometidos existen o son una leyenda urbana más. La respuesta a esta
pregunta es que sí existen, y son gente muy normal. Personalmente he tenido la
oportunidad de trabajar con alguno de ellos y debo reconocer que contagian sus
ganas de trabajar y su compromiso. Reconocerlos es relativamente fácil, un
empleado comprometido es aquél en el que podemos observar la confluencia de las
siguientes actitudes:
·
Siempre habla de
forma positiva de la organización, tiene un alto concepto de ella, de la
marca, de sus servicios o productos y desde luego no dudaría en
recomendarnos trabajar en ella
·
Se siente
orgulloso de formar parte activa de la organización, está absolutamente
alineado con los valores y la cultura de la organización y es muy
improbable que se planteé dejarla
·
Habitualmente
realiza esfuerzos adicionales mas allá de los estrictamente reflejado en su
contrato y contribuye al éxito del negocio
¿Cómo
identificar a las empresas realmente comprometidas con los empleados?
Esto
es un tema delicado ya que si podemos decir que sólo un 13% de los empleados a
nivel mundial están comprometidos, el porcentaje de organizaciones realmente
comprometidas con sus empleados, no es mucho mayor.
Hay
muchas organizaciones que abanderan su alto compromiso con los empleados, pero
cuando se analizan en detalle, es fácil comprobar que se trata de meras
declaraciones de intenciones, acompañadas de alguna actuación puntual en pro
del interés de los empleados.
Estamos
ante una organización verdaderamente comprometida con sus empleados
cuando:
·
Para esta
organización sus empleados son el activo más importante, busca su desarrollo
profesional y les facilitan explotar su potencial.
·
Fomenta el
liderazgo participativo de los empleados, permitiendo que estos se
auto-motiven, impliquen más y optimicen su forma de trabajar de forma que den
un valor añadido.
·
Reconoce los
esfuerzos y rendimientos extraordinarios, “no hay mayor desigualdad que tratar
igual a los desiguales”.
·
Se preocupa por
la calidad de vida de sus empleados y vela por satisfacer sus necesidades.
Conocer
el grado de compromiso de los empleados sirve de poco a una organización
si no se conocen y aplican acciones, que permitan incrementar de manera
efectiva el Engagement, por ello he recopilado algunas de las
acciones que considero tienen mayor impacto:
·
Programas de
acogida o inducción para las nuevas incorporaciones: que faciliten la
integración de estos empleados a la cultura, valores y procedimientos de la
organización, es muy difícil que un empleado nuevo se implique, si no tiene
claro la visión general de la organización y cuál es su papel respecto a esta,
qué se espera de él y cuál es su marco de actuación.
· Permitir al empleado ser protagonista de su propio desarrollo, proporcionándole acceso a conocer y participar de los planes de carrera, evaluándole y proporcionándole un feedback constructivo de forma periódica, facilitándole la formación necesaria que le permita mejorar y desarrollarse, y asignándole planes de desarrollo individualizados.
· Generar y/o fortalecer una cultura de reconocimiento ya sea público o privado.
· Promover fórmulas y políticas de conciliación de la vida laboral y personal del empleado.
· Facilitar los medios necesarios y las mejores condiciones para el desempeño de sus funciones.
· Implantar políticas retributivas competitivas respecto al mercado y sistemas de retribución flexibles adaptados a las necesidades individuales de los empleados.
· La utilización de soluciones tecnológicas puede suponer un factor determinante a la hora de analizar y afianzar el compromiso de sus empleados. Estas soluciones no solo agilizan el día a día de los departamentos de recursos humanos en sus funciones de formar, evaluar, seleccionar, retribuir o desarrollar a sus empleados, sino que también les permite interaccionar de forma directa con ellos, gestionando sus necesidades y expectativas creando vías de comunicación bidereccionales.
· Permitir al empleado ser protagonista de su propio desarrollo, proporcionándole acceso a conocer y participar de los planes de carrera, evaluándole y proporcionándole un feedback constructivo de forma periódica, facilitándole la formación necesaria que le permita mejorar y desarrollarse, y asignándole planes de desarrollo individualizados.
· Generar y/o fortalecer una cultura de reconocimiento ya sea público o privado.
· Promover fórmulas y políticas de conciliación de la vida laboral y personal del empleado.
· Facilitar los medios necesarios y las mejores condiciones para el desempeño de sus funciones.
· Implantar políticas retributivas competitivas respecto al mercado y sistemas de retribución flexibles adaptados a las necesidades individuales de los empleados.
· La utilización de soluciones tecnológicas puede suponer un factor determinante a la hora de analizar y afianzar el compromiso de sus empleados. Estas soluciones no solo agilizan el día a día de los departamentos de recursos humanos en sus funciones de formar, evaluar, seleccionar, retribuir o desarrollar a sus empleados, sino que también les permite interaccionar de forma directa con ellos, gestionando sus necesidades y expectativas creando vías de comunicación bidereccionales.
Diferentes
estudios han reflejado que el impacto directo de tener empleados
comprometidos es altísimo. Las organizaciones con trabajadores “engaged”
o comprometidos tienen mayores beneficios que las que no cuentan con empleados
comprometidos, sus clientes son más fieles y en general están más preparadas
para afrontar situaciones adversas.
Ahora
solo queda preguntarnos ¿Somos organizaciones “Comprometidas”?
Macarena Carrión García de Velasco, HR Senior Consultant en Meta4
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