Son reflejos
inconscientes de los sentimientos y las herramientas útiles para conocer lo que
realmente piensan las personas.
"Si usted aborda a su jefe para pedirle un aumento y él
responde elevando su mentón: «Ehhh, dejame ver qué podemos hacer, mirémoslo el
próximo mes», y simultáneamente observa en su rostro una sonrisa asimétrica
mientras que evita su mirada para buscar y manipular su pluma y retrocede el
torso en su silla reclinable, estamos ante 7 señales no verbales que se ha
demostrado que están relacionadas con el engaño, incluyendo una microexpresión
facial de desprecio. Conclusión: su jefe no le va a dar el aumento ni ahora ni
en un mes", dice desde Colombia Leopoldo
Uprimny, director de E-motion Corporation y representante del Center for
Body Language,
Un leve y casi imperceptible desliz de sólo una de las
comisuras de la boca como reacción a un comentario: ahí hay desprecio. Una
enorme sonrisa que no marca las arruguitas a los costados de los ojos: es
falsa, no de felicidad. El labio superior repentinamente se eleva: a la persona
algo le dio asco. Labios juntos y apretados: cuidado, es ira. Junto a la
tristeza, la sorpresa y el miedo, estas siete emociones tienen su correlato en
mínimas expresiones que las delatan.
"Las microexpresiones faciales son movimientos
musculares involuntarios en el rostro, generados por el sistema límbico, de
menos de medio segundo, y son reflejos de emociones. Estudios sostienen que hay
más de 10.000 expresiones y de éstas, 3000 son interpretables -explica
Uprimny-. En nuestros ciclos de entrenamiento nos concentramos en detectar,
interpretar y entender el significado de 26 microexpresiones que tienen una
directa aplicación a la vida cotidiana y de negocios."
En síntesis, hay un mundo detrás de las expresiones del
rostro. Se producen de manera involuntaria, son genuinas, no pasan por el
filtro de la conciencia. Estas pequeñas contracciones de los músculos, reflejo
de las emociones más viscerales, duran menos de un suspiro, no mienten, y si se
conocen pueden llevar a la lectura de lo que el interlocutor realmente piensa,
más allá de lo que dice.
Un indicio
Todos los días hay casos paradigmáticos con respecto a la
diferencia entre lo que se dice... y se piensa. Uno de ellos, según Laura
Justicia, directora de Signum y entrenadora del Center for Body Language, se
vio por televisión el día en que el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández
reconoció la derrota electoral que sufrió en la provincia de Buenos Aires y
felicitó a la gobernadora electa por Cambiemos, María Eugenia Vidal, a quien le
deseó que "le vaya excelentemente bien" en su gestión. Sin embargo,
durante tres de sus aseveraciones, negó con la cabeza lo que él mismo estaba
diciendo: "Me quiero dirigir a la señora Vidal con el mismo respeto que lo
hice en toda la campaña"; "...con el mismo objeto que yo perseguí,
que es hacer las cosas bien por la provincia de Buenos Aires"; "le
deseo de corazón que los resultados que obtenga sean los positivos que ella
misma está buscando".
En el discurso del presidente Mauricio Macri ante la
Asamblea Legislativa, Laura Justicia vio más allá de la imagen. "Al mirar
a su derecha mientras entraba, muestra temor. Se ve en elevación de las cejas y
párpados superiores, más la apertura tensa horizontalmente de la boca. En un
momento se toca (o rasca sutilmente) con el dedo índice el costado de la nariz.
Es una señal que indica que está preparado para la acción o la lucha. Y cuando
dice: «Lo primero que tenemos que hacer es reconocer que no estamos bien,
aunque nos duela», se ve ira o enojo sutil a través del los párpados
entrecerrados."
"Las microexpresiones faciales son una señal en la
detección de engaño -dice Uprimny-. Pero una sola señal no verbal no significa
que se está ante la presencia de una mentira. Una señal es el comienzo de la
construcción de un rompecabezas no-verbal."
En la misma línea, Raúl Saccani, socio líder de Forensic
para la Argentina y América latina de Deloitte, afirma que para llegar a
conclusiones veraces, "hay que tener el ojo muy entrenado. Si no se
realiza el análisis de manera científica y profesional, la lectura puede ser
errónea. Sin el entrenamiento adecuado, la chance de llegar a detectar
determinado comportamiento es de 50/ 50. Con un entrenamiento se arriman al
70%. Hay que tener en cuenta el contexto también".
A la hora de evaluar algún ilícito o una mentira, Saccani
asegura que "no es una prueba que se pueda usar sola. En general, esta
herramienta se pone en marcha cuando ya hay muchas otras cuestiones
resueltas".
Los inicios
Fue el psicólogo norteamericano Paul Ekman quien le dio a las microexpresiones un aval científico
después de un viaje a Papúa, Nueva Guinea. Allí las cotejó en una tribu local
alejada de otras culturas. Descubrió entonces que este lenguaje facial, al que
ya se habían referido Kenneth Isaacs y Ernest Haggard en un estudio de 1966, es
universal y no depende de la cultura. Hoy The Ekman Group asesora a la CIA, al
FBI y a Scotland Yard. También a organizaciones como Pixar, Procter & Gamble
y Google, y da cursos online para quienes quieren adentrarse en este universo.
El mismo Ekman quien proporcionó las bases para que los
guionistas de Lie to me, la exitosa serie norteamericana, mostrase -durante sus
tres temporadas- el expertise en microexpresiones de Cal Lightman
(protagonizado por Tim Roth). El irónico e insoportable profesional tenía como
trabajo desenmascarar mentiras como asesor de organizaciones gubernamentales y
también de individuos. La serie tenía, sobre todo en su primera temporada, una
base real, con métodos que usan diferentes fuerzas de seguridad.
También, anticipar conflictos, cambiar el rumbo de una
negociación, mejorar el trabajo en equipo, ser un líder influyente, concretar
una venta o focalizar la energía productiva hacia un cliente que realmente está
interesado son algunos de los beneficios de saber detectar microexpresiones,
usar y leer el lenguaje corporal propio y de los demás.
"Las microexpresiones faciales son útiles para lograr
más y mejores negocios, para saber si su presentación tiene el resultado
esperado, para seleccionar mejores candidatos o para adelantarse a un conflicto
o a una agresión física, entre muchas más aplicaciones en los negocios o en la
vida cotidiana", dice Uprimny,
quien vino a la Argentina a fines del año pasado para dar un curso sobre el
tema junto a Signum, Gestión del Lenguaje Corporal y representante del Center
for Body Language en el país.
Dejó algunas
recomendaciones para "ver más colores", en las relaciones de trabajo:
1. Está buscando trabajo y en la entrevista están hablando
de su salario: si mientras usted habla sobre sus expectativas de ingreso
percibe en el entrevistador una sutil y rápida elevación de los párpados, y
luego aparece una tenue sonrisa, significa que podría lograr mejorar sus
condiciones a través de beneficios adicionales al salario.
2. Está con su cliente cerrando un trato: si mientras usted
habla del precio percibe en su cliente que su nariz se arruga, que el labio
superior deja ver los dientes y que el ceño se frunce, es porque muy
posiblemente el precio está por encima de su presupuesto y debe mostrar muy
claramente los beneficios futuros de su producto o definitivamente tiene que
recurrir a un descuento.
"Trabajamos con altos directivos de empresas y gerentes
para que puedan analizar cómo se siente la otra persona -dice Laura Justicia-.
El liderazgo, el trabajo en equipo y las relaciones interpersonales cobran
especial importancia para empresas, profesionales y trabajadores. Uno de los
caminos para lograrlo es cultivar la inteligencia emocional y adquirir una
percepción más completa de nuestras emociones y las ajenas."
Detectar incongruencias entre el lenguaje verbal y el no
verbal puede ser una gran ayuda a la hora de los negocios. Por ejemplo, un leve
apretón de labios significa que la persona está comenzando a enojarse. Conocer
la microexpresión puede prevenir un conflicto y posibilita tomar otro camino.
"¿Sabías que todos los días una persona escucha entre 4
y 200 mentiras al día? ¿Te imaginas siendo capaz de detectarlas?", dice la
página web del Instituto Europeo de Coaching. Parece tentador, pero puede ser
también engañoso si es que el entrenamiento es insuficiente.
Paula Urien
Paula Urien
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