Basak Canboy es Profesora
de Gestión de Recursos Humanos de Toulouse Business School Barcelona y está en
la vanguardia de la investigación en el ámbito de los recursos humanos y la
gestión de emociones. Doctorada y con un Master en Investigación en Management
Science por la ESADE Business School, Basak es una profesional con una larga trayectoria
a sus espaldas tanto en otras escuelas de negocio y universidades como en la
empresa multinacional. Además es co-autora de publicaciones relacionadas con el
desarrollo de competencias. Precisamente sobre este campo versa su artículo de
hoy, el de las competencias socio-emocionales más demandadas por las
organizaciones.
Una introducción
Las competencias, en general, son comportamientos y
habilidades que resultan en rendimientos positivos en el puesto de trabajo.
En concreto, las competencias emocionales son las
habilidades y comportamientos de una persona que ayudan a reconocer y gestionar
sus propias emociones y las emociones de otras personas. A la vez, las
competencias sociales se refieren a los comportamientos que resultan en
interacciones positivas con los demás.
En el mundo laboral, no hay nadie que trabaje solo. Todos
los trabajos requieren interacciones con otras personas: una abogada defiende a
un cliente ante un juicio, un ingeniero se pone de acuerdo con arquitectos y
constructores en una obra, o una directora de una empresa comunica la nueva
estrategia de la empresa con el equipo para establecer confianza y compromiso.
“EL ÉXITO EN TODOS
LOS TRABAJOS DEPENDE, ADEMÁS DE LAS HABILIDADES TÉCNICAS Y EXPERTAS DE LA
PERSONA, DE LA FORMA EN QUE SE DESARROLLA EL ASPECTO HUMANO Y SOCIAL EN CADA
SITUACIÓN”
El éxito en todos los trabajos depende, además de las
habilidades técnicas y expertas de la persona, de la forma en que se desarrolla
el aspecto humano y social en cada situación dada. Una gestión positiva de las
emociones tiene un impacto positivo en la calidad de la relación profesional,
mientras que la gestión equivocada puede arriesgar la colaboración tanto a
corto como a largo plazo.
Las competencias
socio-emocionales más demandadas por las empresas
Los retos actuales del mercado económico a nivel global han
obligado a las empresas a revisar sus formas de trabajo desde las perspectivas
de la gestión de proyectos, gestión del cambio y gestión de la diversidad. Para
poder enfrentarse a estos retos con éxito, el talento en las empresas necesita
entre otras cosas poder escuchar, saber regular sus propias emociones, ser
empáticos y adaptables.
La escucha es
probablemente la competencia más importante ya que nos ayuda en cualquier
situación en la vida. Pensamos que el trabajo es aplicar el conocimiento
técnico o las habilidades expertas y demostrarlo a los demás durante reuniones
o en la elaboración de proyectos. Pero en realidad, es cuando escuchamos cuando
aprendemos de los objetivos del cliente, las necesidades de una compañera o las
aspiraciones de un empleado de nuestro equipo. La información captada a través
de la escucha ayudará a entender mejor a los demás (empatía), a ajustar
nuestras actitudes y la comunicación a las necesidades de la situación
(adaptabilidad) y a evitar reacciones emocionales equivocadas
(autorregulación).
“LOS RETOS ACTUALES
DEL MERCADO ECONÓMICO A NIVEL GLOBAL HAN OBLIGADO A LAS EMPRESAS A REVISAR SUS
FORMAS DE TRABAJO DESDE LAS PERSPECTIVAS DE LA GESTIÓN DE PROYECTOS, GESTIÓN
DEL CAMBIO Y GESTIÓN DE LA DIVERSIDAD”
Aunque puede que las empresas todavía no busquen estas
competencias directamente, suelen pedir otras: autonomía, creatividad,
orientación a logros, comunicación, influencia, gestión de conflictos,
desarrollo de los demás, liderazgo inspirador y trabajo en equipo. No obstante,
para poder tener un buen nivel en cualquiera de ellas, los trabajadores deben
dominar las competencias mencionadas anteriormente: la escucha, autorregulación
emocional, adaptabilidad y empatía.
Trucos para
adquirirlas y perfeccionarlas
Las claves para el desarrollo de las competencias
socio-emocionales son el autoconocimiento, la retroalimentación – el feedback –
y la reflexión autocrítica sobre el comportamiento de uno mismo.
La gran mayoría de empresas utiliza sistemas de evaluación
del rendimiento que incluyen competencias críticas para las empresas. Durante
las reuniones de feedback con los superiores, las personas reciben información
sobre su comportamiento desde la perspectiva de los demás. Esto es la base de
autoconocimiento que crea una concienciación con respecto al impacto del propio
comportamiento en otras personas.
A partir de ahí, las personas pueden escoger situaciones
concretas durante las cuales quieren “practicar” diferentes comportamientos. El
trabajo ofrece un sinfín de posibilidades de probar nuevos comportamientos.
Obviamente, siempre será mejor practicar este cambio en situaciones en las que
el impacto de un posible error no sea grave. Avisar al entorno no sólo aumentará
la probabilidad de que los interlocutores acepten un posible fallo, sino
también la calidad de la retroalimentación.
“LAS CLAVES PARA EL
DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS SOCIO-EMOCIONALES SON EL AUTOCONOCIMIENTO, LA
RETROALIMENTACIÓN Y LA REFLEXIÓN AUTOCRÍTICA SOBRE EL COMPORTAMIENTO DE UNO
MISMO”
De hecho, muchas universidades y también las empresas
ofrecen cursos destinados al desarrollo de competencias. Estos cursos suelen
incluir una variedad de elementos de apoyo, como por ejemplo:
Evaluaciones
personalizadas del nivel de competencias socio-emocionales
- Sesiones de coaching individuales para ayudar a los participantes a llegar a la profundidad necesaria de reflexión y a establecer planes de acciones para un desarrollo eficaz de ciertas competencias
- Sesiones de coaching grupales para compartir experiencias y trucos de posibles comportamientos
- Entornos “seguros” de trabajo en equipo para practicar los nuevos comportamientos y descubrir cuáles de las sugerencias funcionan bien para cada participante.
Los trucos para perfeccionar las competencias
socio-emocionales pueden ser tan “simples” como tomar apuntes escritos o
formular preguntas para mejorar la escucha. Sin embargo, hasta que el talento
no se dé cuenta de que no escucha bien y del impacto que esto podrá tener en su
carrera profesional, no hará ningún esfuerzo para perfeccionarlo.
“UN ALTO NIVEL DE
COMPETENCIAS SOCIO-EMOCIONALES PUEDE TENER EFECTOS INVERSOS”
¡Ojo con la
manipulación!
Un alto nivel de competencias socio-emocionales puede tener efectos
inversos desde dos perspectivas. Por un lado, hay quien podría abusar de estas
competencias para manipular a otras personas. Por otro lado, las personas con
un alto nivel de autorregulación podrían gestionar sus emociones para que no
les afecten ciertas situaciones difíciles y tomar decisiones que les
permitirían avanzar en sus carreras, quizás al coste de quemar puentes
relacionales con otras personas.
En ambos casos, los valores éticos de la persona en cuestión
permitirán establecer el equilibrio sano para juzgar las situaciones y mantener
los comportamientos adecuados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario