Será valorada la
habilidad para hacer presentaciones multimedia; habrá reuniones virtuales e
interacción con máquinas.
La forma en que trabajamos está cambiando rápidamente.
Factores externos, como la irrupción de la tecnología y el crecimiento de las
ciudades, influyen tanto como otros que son internos (el deseo personal sobre
cómo ser tratado y la capacidad de autoaprendizaje, por ejemplo) en la
construcción de un nuevo escenario laboral. Aquí algunos cambios que se ven
venir y serán una realidad en los próximos años.
El fin de la
uniformidad y su efecto dominó
"La personalización es un hecho, tanto en el consumo
como en la vida laboral. Ya no basta con entender que en una empresa hay
hombres y mujeres, sino distintas orientaciones sexuales, intereses políticos y
percepciones de todo. Y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de planear los
beneficios. Por ejemplo, puede haber un grupo de madres solteras dentro del
cual algunas sean altos potenciales y otras recién hayan ingresado en la
compañía; lo que importa, más allá de la jerarquía, es que son un grupo de
mamás que son sostén de hogar y tienen determinadas necesidades que se pueden
abordar con un programa de beneficios customizado. Para dar este primer paso es
necesario entender que las personas necesitan cosas diferentes", explica
Carolina Borracchia, CEO de Combo Employer Branding. La experta en marca empleadora
afirma que en pocos años esta comprensión del universo laboral va a ser un
deber. "En el 2020 la empresa que no tenga esa mirada va a ser considerada
retrógrada. Como con los viernes flexibles, una vez que una compañía aplica ese
criterio las demás empiezan a hacerlo porque es una ventaja competitiva de su
marca empleadora", agrega.
De líderes y
naftalina
"El liderazgo sigue siendo, como siempre, una
conversación. Pero cambia quién conversa, dónde, de qué y cuándo", dice
Paula Molinari, directora de la consultora Whalecom. "Cuando antes lo que
se imponía era la jerarquía -pensemos que hasta hace poco había organizaciones
con ascensor exclusivo para directores-, hoy lo que se valora es la cercanía.
Cuando antes los líderes hablaban a los empleados a través de distintos canales
-como newsletters, intranets, fiesta de fin de año-, hoy los líderes hablan con
los empleados, y no sólo con ellos, sino con los clientes y los proveedores,
entre otros actores", explica la consultora. Molinari señala que el jefe
no es necesariamente quien sabe o tiene más poder, sino que su rol es cada vez
más ayudar, guiar, fortalecer y acompañar para que el colaborador cumpla con
sus objetivos. "Esto requiere habilidades diferentes y nuevas y mucha
capacidad de indagación. En el mundo de la dirección y el control, la relación
entre jefe y colaborador era de padre-hijo. Hoy, en el mundo de la
colaboración, es de adulto-adulto", agrega.
La cocreación es sexy
La función del empleador como dueño y controlador está
entrando en colisión con la del empleado que busca ser protagonista de la
innovación y la creación en equipo. "Las compañías con confianza en las
personas son las marcas empleadoras del futuro", dice Borracchia. Y
agrega: "Las marcas empleadoras modernas entienden que el candidato es su
embajador y no lo maltratan en los procesos de selección. En el 2020 vamos a hablar
de marcas empleadoras que entienden que la clave no está tanto en el candidato
que ingresa como en el que no, que es esa persona la que puede ayudarnos a
revisar el proceso de selección y que la innovación puede venir del pasante.
Hoy recursos humanos está lejos de esto".
El ascenso de las
máquinas
Los sistemas inteligentes y los robots van a tener cada vez
más presencia en las organizaciones. En algunos casos, como ya sucede,
liberarán a las personas de tareas rutinarias y en otros van a colaborar con
las tareas y potenciar las habilidades de los trabajadores. "Vamos a
entrar en un nuevo tipo de relación con las máquinas que tendrá como base las
fortalezas mutuas y resultará en nuevo nivel de colaboración y
codependencia", según se señala en la investigación "Habilidades
futuras de trabajo 2020", del Instituto para el Futuro (IFTF, por sus
siglas en inglés) de la Universidad de Phoenix, Estados Unidos. Este cambio va
a implicar que haya nuevas habilidades muy valoradas en el ámbito laboral. Se
apreciará a los trabajadores por su inteligencia social y emocional, que da
ventajas sobre las máquinas.
Una nueva forma de
mirarse el ombligo
Se acabó la pretensión de que los postulantes y el mercado
laboral se adapten a las necesidades de las empresas. "Las empresas saben
que deben ser ellas, como parte de un sistema abierto y adaptativo, las que
tendrán que entender que el mercado laboral es el resultado de lo que las
sociedades generan. Van a tener que profundizar adaptaciones internas y
culturales en pos de atraer, retener y motivar al talento humano que necesita y
sumar activamente a la nueva generación Z y a la ya presente de los
millennials", dice Miguel Terlizzi, director general de HuCap.
¡Pensá rápido y
Diferente!
Los investigadores del IFTF ven una concentración bipolar
entre empleos altamente calificados, bien pagos de tipo profesional y los de
baja calificación, con bajos salarios, como en servicios de alimentos y cuidado
personal. Los primeros abarcan tareas más abstractas y los segundos, más
manuales. Ambos tienen en común que requieren "adaptabilidad
situacional", es decir, la capacidad de responder a circunstancias
inesperadas. Quienes sepan adaptarse podrán ofrecer soluciones diferentes de
las esperadas.
Las oficinas móviles
crecen con la confianza
"Por un lado, las ciudades crecen a pasos agigantados,
el tránsito se congestiona y cada vez es más estresante llegar a la oficina.
Por otro, ya hay ejemplos exitosos de empresas que pasaron de ocupar ocho pisos
en un edificio a dos y donde nadie tiene su escritorio, sino que se sienta en
el que encuentra libre. Esto da como resultado la multiplicación de las
oficinas móviles o nómades", dice Borracchia. Estas prácticas tienen como
origen el trabajo por objetivos. Es decir, no son posibles en las culturas en
que hay que fichar ingreso y salida de la empresa. "Se da mucho en el
mundo de los emprendedores y las pymes, pero cada vez veo más empresas
preocupadas por desburocratizarse. Hay grandes corporaciones con muchos
procesos que son Titanics que se mueven lentamente y compiten contra un nuevo
modelo de compañías ágiles y dinámicas que tienen más confianza en sus
empleados, por lo que dan más oportunidades para crecer", agrega la
experta.
Aprendizaje sin
cortes
"Las nuevas generaciones no se bancan los cortes
publicitarios en los programas que miran. Y algo parecido pasa con la
capacitación. Los jóvenes se sienten cómodos con el autoaprendizaje y con el
contenido a demanda. Van por lo que necesitan. Si su necesidad es armar un plan
de marketing, quieren saber sobre eso, no hacer todo un MBA. Aun con la
educación presencial se busca foco, no relleno", asegura Borracchia.
Tecnología con dudas
"La movilidad, el multitasking y la inserción de la
tecnología son hitos. Una consecuencia es que la vida personal se mezcla con la
laboral de manera cada vez más indisoluble. ¿Cómo va a ser la conducta de los
individuos para no irse para un lado u otro? A veces quien hace home office
siente que trabaja más que desde la oficina. Habrá que plantearse cómo hacer
que sea una ventaja", dice Borracchia.
Eslabones que son
cada vez más sólidos
Se producirán cambios en la relación de las empresas y sus
stakeholders, como por ejemplo los proveedores y los sindicatos. "Se pasa
de un mundo de la dirección y control que piensa que «hay que apretar a los
proveedores» a otro que entiende que éstos son una parte en la cadena de valor.
Por ello que hay que solidificar la relación. Lo mismo con los gremios",
asegura Molinari.
Mundo audiovisual
Según el estudio "Habilidades futuras de trabajo
2020", la colaboración virtual y la capacidad de usar herramientas
audiovisuales para hacer presentaciones serán fundamentales.
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