Es momento de pasar de
ser un administrador a un director efectivo que inspire a su equipo.
Uno de los principales obstáculos de liderazgo es la falta
de control que se tiene sobre uno mismo, aunado a las creencias que lo limitan
a desempeñar mejor sus funciones.
En el mercado hay muchísima información y metodologías
acerca del liderazgo, como los textos de Stephen Covey, John Maxwell y Cyril
Levicki, tres autores que han sido buenos referentes para mejorar mi estilo de
conducción de equipos de trabajo. Algunas lecciones que he obtenido de ellos
son:
1. Confianza: el
primer paso para pasar de jefe a líder es tener absoluta confianza en tu equipo
de trabajo. Al formarlo debes recordar ser amigo sin caer en excesos de
camaradería. Salir a comer, a festejar a uno de ellos, jugar algún deporte y
convivir de manera cordial no te resta autoridad ni respeto. Recuerda, los
límites los pones tú.
2. Respeto: trata
a tu gente como quieres ser tratado, nunca utilices groserías para dirigirte a
ellos, llámales por su nombre, evita a toda costa poner apodos o burlarte de tu
equipo o de algún colaborador de la empresa y jamás hagas grupos aislando a
ciertos miembros de tu equipo. Un grupo es una entidad con vida propia y cada
empleado es parte importante del mismo. Elabora un contrato psicológico que
incluya reglas de participación.
3. Comunicación:
no olvides que esta es una de las principales competencias del liderazgo. Evita
hablar a las espaldas de tus colaboradores, no triangules la información y no
des órdenes a través de terceros ya que esto no es sano para el buen desarrollo
del equipo. Trata por sobre todas las cosas de que tu comunicación sea clara,
precisa y fluida, que lo que estás intentando comunicar realmente sea
trasmitido como tú quieres y que tus colaboradores lo estén recibiendo tal como
es. No tengas miedo de preguntar una y
otra vez sí están claras tus indicaciones. Apunta a que tu comunicación esté
siempre orientada a una acción inmediata.
3. Definición de metas:
designa sus objetivos individuales, evita repetir lo que te dicen tus
superiores, haz tuyas las metas generales y no dejes de indicar por escrito qué
esperas de tu departamento. Define bien las diferencias entre una estrategia y
un plan de acción, no dejes de poner fecha de inicio y de finalización a los
proyectos, y sobre todo, deja asentadas las evidencias de avance para medir
los resultados de manera periódica.
4. Delega: no
intentes hacer todo por ti mismo, recuerda que la suma de los talentos de cada
miembro del equipo te dará un mejor resultado en lo colectivo. Aprende a designar por mes a un líder del
grupo, esto te ayudara a soltar y tener definidos roles. De esta manera,
enseñarás la autogestión y liderazgo.
5. Capacitación:
hay jefes que no capacitan a su personal porque aseguran que “se les van de la
empresa”, pero más deprimente es no impulsar a tu equipo y que éste se quede en
tu negocio así, sin preparación. Debes tener claro un perfil de puesto, dejar
bien definidos tus procesos, y, una vez teniendo esto, desarrolla las
competencias que les haga falta. Pon a la persona indicada en el puesto
indicado.
Por otra parte, nunca dejes de capacitarte. Cuando un jefe
cree saberlo todo, en realidad lo que trata de decir es que “no sabe nada”.
6. Iniciativa y
creatividad: sé original y ten la facultad de cambiar 180 grados cuando las
cosas no estén saliendo bien, ten un observador diferente y ponte en los
zapatos del otro, nunca esperes que las cosas sucedan, da el primer paso hacia
el cambio y jamás limites a tu equipo. Deja que saquen toda su creatividad y
fomenta en ellos la proactividad.
7. Compromiso:
alinea tus valores y los de la empresa con los de tu equipo de trabajo.
Comprométete y trabaja con ellos (no para ellos); haz que el poder y la
jerarquía que tengas nazca de tu equipo, no de tus jefes. Rompe con el viejo
paradigma del dicho “hago que trabajo y ellos hacen como que me pagan”. Mejor
haz de tu lugar de trabajo un lugar donde desees estar y que la gente busque
trabajar contigo.
Evita hacer los clásicos comentarios “Aquí mando yo” o “Esta
es mi empresa y se hace lo que yo digo”. Reconoce el esfuerzo de tus empleados
y prémialo. Recuerda que el éxito lo hacemos todos.
8. Salud: según
nos dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés pronto será una
de las principales causas de muerte en el mundo por lo que no podemos olvidar
que el activo más valioso que tenemos en la empresa es nuestro personal.
Debemos entender que trabajamos con seres humanos. Todos tenemos problemas y
como líderes debemos estar alertas para brindar el apoyo que se requiera a
nuestros subordinados.
No olvides que el 90% de la improductividad, rotación de
personal, adicciones, casos de mobbing y acoso sexual en el trabajo pueden
causar problemas emocionales. Atiende estas situaciones con mano firme y
recupera a tu personal.
9. No solo gestionar: por último, te diría que dejes atrás
tu rol de administrador y te conviertas en un líder, deja de gestionar y
empieza a crear; no mantengas procesos, desarróllalos. No controles cuando es
mejor inspirar y dar confianza. No vayas con el status quo, mejor rétalo.
Deja de imitar. Mejor sé original.
1 comentario:
Muy interesante, gracias.
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