Cada vez
son más las pymes que dejan de evaluar los logros empresariales sobre la base
de los resultados contables solamente y agregan a la balanza la instrumentación
de prácticas sociales y ambientales sustentables. De hecho, una encuesta
realizada por el International Business Report (IBR), que depende del estudio
contable y de auditoría a nivel internacional Grant Thornton, muestra un
incremento en las compañías que reportan sobre sustentabilidad, mientras que
una mayoría sostiene que los reportes integrados son una mejor práctica.
Pero, en
este cambio de paradigma, el ámbito empresarial no está solo. Organizaciones,
cámaras y gobiernos también promueven estas prácticas comerciales en pos de un
verdadero desarrollo local, que tome en cuenta las dimensiones social,
ambiental y rentable.
En ese
contexto, algunos gobiernos latinoamericanos y gobernaciones de Estados Unidos
han comenzado a impulsar leyes en ese sentido. Organizaciones como Sistema B,
que certifican empresas que cumplen con estos preceptos, están abriendo sus
oficinas en la Argentina (ver recuadro) y la Cámara de Comercio de Estados
Unidos en Argentina (AmCham), que viene trabajando en la concientización de
estos temas desde hace años, otorga el Premio Ciudadanía Empresaria. "El
reconocimiento tiene como objetivo distinguir prácticas innovadoras alineadas
con el concepto de sustentabilidad", detallan desde la institución.
Florencia
Salvi, gerenta de Sustentabilidad de AmCham, refuerza: "En los últimos
años, cambiaron drásticamente las formas de producción, los roles de los
estados, de la sociedad civil y de las empresas. Se tomó conciencia sobre la
importancia del respeto al medio ambiente y se está actuando en línea con esa
concientización". Ya hay empresas que nacieron bajo el concepto de sustentabilidad
y todo su funcionamiento está alineado con esa idea. Otras, tras décadas de
trabajo han tomado conciencia sobre la importancia de respetar el medio
ambiente y están imprimiendo cambios culturales a sus negocios.
A modo de
ejemplo de empresas que fueron creadas desde una filosofía sustentable,
indagamos en las historias de la textil Onda Orgánica, el portal de empleo
Incluyeme.com que busca incorporar a personas con discapacidades al mercado
laboral, y Goodenergy que promueve la generación de energías renovables y
resultó ganadora del premio de AmCham en la categoría Sustentabilidad en
Servicio. Mientras que en Tonka, una industria que hace más de 40 años fabrica
accesorios de artefactos de gas, buceamos en cómo la redireccionaron en pos de
ser sustentable.
Ropa
con valores
En febrero
de 2012, Nicolás Cludius lanzó en Buenos Aires su primera línea de remeras
confeccionadas con algodón orgánico. Hoy, su negocio consiste en la fabricación
y venta de prendas realizadas con este material.
Si hace un
tiempo hubiese preguntado a cualquier emprendedor del sector que estuviese en
el lugar de Cludius a qué se dedicaba, me hubiese contestado que "vendía
ropa de algodón orgánico para adultos". Sin embargo, cuando se le pregunta
a Cludius qué hace su empresa, Onda Orgánica, él responde: "Nos dedicamos
a transmitir valores ecológicos y sociales a través de prendas". La respuesta puede sonar pretenciosa. Pero a medida que el emprendedor va
revelando el seguimiento que hace de toda la cadena de valor, revisando quién y
con qué prácticas realizan desde la fabricación de la tela hasta la confección
de las prendas y el packaging, pasando por el teñido y la capacitación a los
vendedores en los puntos de venta, las dudas se disipan y los valores que
pretende imprimir Cludius a sus prendas aparecen en total acuerdo con su
contestación.
La
diferencia en las respuestas es otra marca del cambio cultural que está
transitando el mundo empresarial y que distintas organizaciones resaltan. Pero,
para contar la historia de Onda Orgánica, partamos de que su creador se declara
amante del deporte y el aire libre, interesado por el cuidado del medio
ambiente y la reducción de la brecha entre los que más y los que menos tienen.
"Siempre quise hacer algo relacionado con el medio ambiente y un día me
regalaron una prenda de bebé de algodón orgánico, que me encantó. Investigué
para ver qué oferta había de estas prendas en la Argentina y descubrí que no
había nada. Pensé en desarrollar una línea de prendas en algodón orgánico y,
con una inversión inicial de $ 20.000, seis meses después lancé las
remeras", relata.
En línea
con su propuesta, Cludius optó por confeccionar sus prendas en talleres
sociales "donde trabajan en blanco, con la gente que ha sido rescatada de
situaciones de vulnerabilidad social y que cobra sueldos dignos. De hecho, el
taller puede poner su etiqueta a la prenda, además de la que pongo yo, para
dejar sentada su participación", explica el emprendedor. Y sigue: "La
idea es que el consumidor pueda identificar dónde fue hecha la prenda que
viste. Ahí es donde, al cuidado del medio ambiente, le sumo el valor social y
el valor del diseño que aporto yo". También hace un seguimiento exhaustivo del último eslabón de la cadena: los
locales multimarca donde se vende su ropa. Allí, les cuenta a los vendedores
las características de su marca, para que ellos puedan transmitirlas a los
consumidores.
Además de
vender al público, Onda Orgánica le vende a empresas. "Algunas, como
Globant, compran la ropa para el personal de limpieza. Otras, para entregarle a
sus empleados con motivo de algún evento o festejo", ilustra Cludius.Así, la
marca facturó $ 50.000 en 2013, y proyecta alcanzar los $ 300.000 en 2014. Un último
detalle de este negocio, en línea con lo propuesto: "Las etiquetas se
hacen con papel reciclado en el Hospital Borda; y, en vez de bolsas, cada
prenda va en una caja de cartón reciclado que se transforma en una maceta en la
que se puede cultivar alguna planta y, al ponerla en la tierra, termina
desintegrándose.
Trabajo
para todos
Incluyeme.com
es otra empresa que, desde su nacimiento, en febrero de 2013, fue pensada en
términos de sustentabilidad. Gabriel
Marcologo, uno de los tres socios fundadores de este portal de empleo para
personas con discapacidades, se remonta a cómo pensaron la empresa para
explicar los valores que los mueven. "Arrancamos observando que en América
Latina hay más de 85 millones de personas con alguna discapacidad pero que les
permite trabajar, sin embargo la tasa de desempleo que padecen es del 73%. Además,
vimos que cuando estas personas iban a países de Europa o a Estados Unidos,
conseguían trabajo. También observamos que en Latinoamérica, cuando la persona
llega a la entrevista con un bastón, por ejemplo, el encargado de entrevistarlo
–que no espera a alguien con estas características– le hace dos preguntas y
listo, porque no sabe qué hacer y lo descarta de entrada. Esto hace que las
personas vayan cuatro o cinco veces y luego dejen de buscar trabajo."
Por otro
lado, los emprendedores encontraron a muchas empresas con programas de
diversidad o inclusión laboral, que no tienen cómo encontrar a una persona con
discapacidad para contratarla. "Y cuando estas compañías van a alguna de
las organizaciones no gubernamentales (ONG) que reúnen Currículum Vitae (CV) de
gente con discapacidades, se encuentran con que, en general, los tienen en
papel y les piden que llenen un formulario para que ellos, en dos meses, le
refieran candidatos. Eso no le sirve a las empresas, que siempre buscan
trabajadores para ayer. Así, terminan
ocupando a una persona sin discapacidades", detalla Marcologo.
Con esos
datos recabados, decidieron generar un lugar de encuentro donde, por un lado,
están las personas con discapacidad que se postulan, cargan su CV como lo haría
cualquier postulante y especifica su discapacidad. De esta manera, el empleador
ya sabe qué discapacidad tiene esa persona que está esperando y no se da esa
situación de sorpresa y de no saber qué hacer. Por otro lado, "están las
empresas a las que les garantizamos resultados rápidos", informa el
empresario.
Incluyeme.com
también digitaliza los CV que las ONG tienen en papel para que si alguien
solicita un empleado ellas puedan entrar al portal y buscar ahí de manera
digital. Además, desde el sitio le envían un mail a cada candidato al que le
digitalizan su CV diciéndole que ha sido cargado al sitio, le informan los
datos de acceso y le explican que ya pueden ingresar y postularse para
distintas búsquedas laborales que tiene el portal.
¿Cómo
funciona el negocio? "Les cobramos a las empresas que quieren hacer
búsquedas, una membresía que incluye la presencia en el portal, búsqueda
ilimitada de empleos, más la construcción de una página en la que cada persona
discapacitada empleada puede contar la experiencia de trabajar dentro de la
empresa. No le cobramos a los candidatos ni a las ONG", explica Marcologo. El sitio cuenta con unos 10.000 candidatos registrados en la Argentina, 60% de
los cuales son de Buenos Aires y el resto de las grandes capitales
provinciales. Los empresarios sienten como deuda el no haber llegado al
interior del interior y, para lograr penetrarlo, están ofreciendo servicios
gratuitos en las localidades más pequeñas.
Los socios
hicieron una inversión inicial de US$ 25.000 y en 2014 proyectan facturar US$
150.000, entre todas las sucursales de Latinoamérica (Argentina, Chile, Perú y
Venezuela).
Hoy, el equipo de trabajo de Incluyeme.com está conformado por los tres socios, más dos personas con discapacidades trabajando como pasantes, un equipo de desarrollo en India, un community manager en Uruguay y una persona asociada para el negocio de Chile. Un dato a destacar, brindado por Marcologo, es que "en Perú reglamentaron hace poco una ley de cupo para incluir a personas con discapacidades. Y empresas grandes con las que trabajamos acá nos pidieron que fuéramos allí para darles una mano". Éste es otro paso que demuestra la tendencia hacia la sustentabilidad, esta vez impulsando el aspecto social desde el propio Estado.
Hoy, el equipo de trabajo de Incluyeme.com está conformado por los tres socios, más dos personas con discapacidades trabajando como pasantes, un equipo de desarrollo en India, un community manager en Uruguay y una persona asociada para el negocio de Chile. Un dato a destacar, brindado por Marcologo, es que "en Perú reglamentaron hace poco una ley de cupo para incluir a personas con discapacidades. Y empresas grandes con las que trabajamos acá nos pidieron que fuéramos allí para darles una mano". Éste es otro paso que demuestra la tendencia hacia la sustentabilidad, esta vez impulsando el aspecto social desde el propio Estado.
Buena
energía
Goodenergy
fue creada en julio de 2011 y es una empresa con foco en acercar a la gente una
alternativa de energía renovable para su consumo energético con el fin de que
se reduzca la contaminación ambiental. Para ello, comercializa termotanques
solares, paneles solares y colectores solares para climatizar piletas, entre
otros equipos, a partir de los cuales diseña soluciones con ingeniería aplicada
para satisfacer las necesidades de cada caso en particular.
La
compañía es de la ciudad bonaerense de La Plata y en 2013 resultó ganadora en
la categoría Iniciativas Sustentables en Servicios del Premio Ciudadanía
Empresaria, que otorga la AmCham.Sus clientes se dividen en tres segmentos: grandes empresas, pymes y
residencial. "En grandes compañías como Bagó y Nestlé, instalamos sistemas
para que determinadas áreas tengan agua caliente generada por energía solar, y
en Cervecería y Maltería Quilmes hicimos una obra que permitió iluminar parte
de la planta con energía solar", ilustra Julián Bártoli, socio fundador y
gerente comercial de la firma.
Si bien
aún no han incorporado este tipo de energía en el área de producción,
"están empezando a preguntar y a evaluarlo", aclara Bártoli.En tanto, el segmento pyme está conformado mayoritariamente por administradoras
de barrios cerrados que pretenden usar energía renovable para abastecer de luz
y agua caliente a los espacios comunes. Y los clientes residenciales demandan
termotanques y climatizadores de piletas.
Actualmente,
en la empresa trabajan los tres socios, más dos personas en administración y 20
personas de manera indirecta haciendo terminación de paneles, termotanques y
climatizadores importados. De julio de 2013 a julio de 2014, facturaron $ 1,5
millones y proyectan un incremento del 100% en el próximo ejercicio. Es que,
"desde que sacaron los subsidios al gas y la electricidad, nos aumentó
tanto la demanda de equipos que abrimos una lista de espera", sostiene
Bártoli. Además, Goodenergy ya se abastece, en un 50%, de energía renovable y esperan,
para fin de año, poder hacerlo en un 100%.
Cuando
hay que reconvertirse
"La
nuestra es una industria tradicional, que funda mi suegro en la década de 1970
como empresa familiar, de la que desde 1990 me hago cargo como gerente
general", se presenta Pedro Friedrich, al frente de Tonka, una metalúrgica
que fabrica controles para artefactos de gas y abastece a la línea blanca.
En 1990,
la empresa facturaba cerca de US$ 1,5 millones. Bajo la dirección de Friedrich
apostaron a seguir innovando, armaron un equipo de desarrollo y empezaron a
proponer productos para hacer más eficiente el uso del gas.
"Nos
fue muy bien y hoy estamos facturando unos US$ 8 millones anuales, con un
crecimiento sostenido de entre 5 y 10% anual", explica el empresario. Y,
enseguida, agrega: "Pero nos dimos cuenta de que teníamos que ir más allá,
explicar por qué hacíamos lo que hacíamos. Y ahí empezamos a pensar en términos
de sustentabilidad".
¿Cómo se
dio ese pasaje? "Amo la naturaleza, me gusta la montaña, soy escalador.
Para mí, la montaña fue la verdadera escuela en la que aprendí lecciones que
hoy me sirven. Una de ellas es que cuando mirás la cumbre, obsesionado por
llegar, tropezás mucho porque no vas viendo el camino. Pero, cuando vas con
otra mente, buscando hacer un buen camino, donde la cumbre se da por añadidura,
es una cumbre muy valiosa y muy linda. Las otras eran cumbres amargas, porque
habíamos hecho cosas que no debimos hacer. Eso mismo trato de plasmarlo en la
vida, en la empresa", cuenta Friedrich.
En ese
sentido, el empresario revela que su premisa es ser una buena empresa. "Las
buenas empresas, quedate tranquilo, ganan plata", asegura. "Es que
cuando hablamos de bueno, hablamos de hacer bien todas las cosas, no sólo en lo
ambiental o lo social sino también en el diseño, el marketing, todo. El
resultado se da por añadidura. Por eso, empezamos a trabajar dentro y fuera de
la empresa en lo social y ambiental, y certificamos como Empresa B."
El proceso
transitado reveló que debían hacer un cambio significativo en el producto y lo
que había sido el negocio de Tonka. Y generaron una interfase entre la energía
no renovable y las energías renovables, con el objetivo de que tanto las
empresas como los domicilios puedan usar energías renovables y puedan mantener
el nivel de confort.
En una
segunda etapa, la compañía pretende pasar directamente a generar sistemas de
aprovechamiento de energías renovables. Consecuentes
con esa línea, reenfocaron todos sus proyectos de investigación y desarrollo en
pos de crear esa interfase. Se contactaron con el Ente Nacional Regulador del
Gas (Enargas) y hoy están trabajando hombro a hombro con ellos para crear
productos que reduzcan el uso del gas.
"Para
nosotros, que no nacimos pensando en la sustentabilidad, esto implica una
reconversión profunda de la empresa. Pero la recepción de este cambio de
estrategia fue más que bueno. Tenemos 70 empleados y estamos todos de fiesta en
la empresa", se entusiasma Friedrich.
"De
hecho, al completar los cuestionarios de Sistema B uno se da cuenta de que hay
muchas cosas que pueden hacerse y que no se hacen, solamente porque no se
conocen o no se nos ocurren. No es un tema de costos, porque muchas cosas no
tienen costos; no se hacen porque uno no se da cuenta", subraya el
empresario.Por
último, Friedrich destaca dos aspectos que los empresarios PYME deberían tener
en cuenta respecto de la sustentabilidad.
Por un
lado, que para una pyme es más fácil, que para una grande, hacer estos cambios.
Allí hay una diferencia que puede aprovechar una empresa pequeña o mediana y
que no es menor. "Porque, de acá a un tiempo, ninguna empresa va a poder
hacer negocios a costa de la sociedad. Creo que en unos años no van a tolerarse
empresas que no sean sustentables", predice.
Por otro
lado, ante un contexto de tanta incertidumbre como el actual, ponerse en marcha
baja mucho la ansiedad. "A mí me pasó. Yo no sé qué va a pasar en el
futuro, pero me puse en marcha y bajó mi angustia, empecé a ver más claro el
panorama, a ver un camino que, creo, es el que tenemos que transitar".
Pero, como
esta reconversión exige cambios internos además de los externos, en Tonka
acaban de cubrir el techo de la planta con paneles solares. De esta manera,
abastecerán con energía renovable todo lo que no es fuerza motriz.
Por
último, los empresarios consultados coinciden a la hora de aconsejar a sus
pares: "Observen que los objetivos comerciales y de negocios ya no pueden
ser vistos como algo separado de los objetivos sociales o ambientales. No, si
se quiere perdurar y trascender".
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