Ser humilde, tener perspectiva y rodearse
de gente igualmente motivada son algunas de las claves.
‘La voluntad de ganar, el deseo de triunfar,
el afán de alcanzar todo su potencial; estas son las claves que le abrirán las
puertas de la excelencia personal’, decía Confucio.
Lo cierto es que las personas más motivadas son las que más rápido y mejor consiguen sus logros y así tienden a estar más satisfechos con su vida profesional y también personal. A continuación se recogen doce hábitos imitables -algunos con más facilidad que otros- de las personas que están muy motivadas, recogidos por el autor del libro Management para Dummies, el norteamericano Peter Economy.
1. Están motivados internamente. Ese tipo de personas se guían por un deseo intrínseco de sacar lo mejor de uno mismo, que les impulsan a buscar los mejores resultados pero aprendiendo por el camino y arriesgando con nuevas posibilidades.
2. No pierden tiempo juzgando. Las personas motivadas observan los aciertos de los demás para imitarlos y los errores para no repetirlos, en lugar de limitarse a comentarlos, juzgarlos e incluso compararse. No pierden su tiempo con cotilleos ni personas cotillas.
3. Son humildes. No tienen problema en admitir que han cometido un error y pedir disculpas por ello, porque son conscientes de que errar es humano y que rectificar es de sabios. Del mismo modo, piden la opinión a los demás para mejorar su trabajo y redirigir el rumbo si es necesario.
4. Miran con perspectiva. Son capaces de tomar distancia de su trabajo y ver qué es lo que no funciona y que es lo que sí, en lugar de centrarse en las malas experiencias y dedicarse a dramatizar sobre ellas.
5. Son auténticos. Parte de su motivación la basan en ser fieles a sí mismos. Son permeables a las opiniones de los demás siempre que sea para mejorar pero no les harán caso si no les convencen y menos aún para complacerles.
6. Salen de su zona de confort. Nunca eligen el camino fácil para conseguir lo que quieren, sino el más interesante. Eliminan las barreras y los límites que se les presuponen y confían en que sus habilidades les permitirán superar las adversidades.
7. Siguen aprendiendo. Leen mucho y son brillantes observadores. Ambas cosas las hacen para seguir siendo más eficientes y aprender nuevas formas de lograr sus objetivos. Entienden que seguir aprendiendo es parte de su trabajo.
8. Saben lo que quieren. Tienen una visión clara de lo que quieren conseguir en la vida o como mínimo siguen un objetivo a largo plazo. A veces se les tacha de demasiado optimistas, pero creen que todo es posible y esa fuerza les ayuda a conseguirlo.
9. Nunca se rinden. Cuando se tropiezan con una piedra, toman medidas para superarlo. Si vuelven a tropezar con la misma, mejoran ese plan. Pero en ningún caso, abandonan y se quedan en el suelo. Ni siquiera entra en su vocabulario.
10. No culpan a otros. Cuando fracasan, lo aceptan y se postulan a sí mismos como los únicos responsables de sus acciones fallidas, en lugar de buscar culpables y señalar a los demás.
11. Reservan tiempo sí mismos. Saben que mantener la motivación en el terreno laboral requiere bienestar en el terreno personal. Por eso cuidan sus relaciones familiares y de amistad, hacen ejercicio y llevan una dieta equilibrada.
12. Se rodean de otros motivadores. Precisamente parte de su fuerza proviene de la voluntad de rodearse de otras personas con una actitud similar, que les den confianza, que les infunden positivismo, y que les ayuden a sacar lo mejor de ellos de manera incondicional.
Lo cierto es que las personas más motivadas son las que más rápido y mejor consiguen sus logros y así tienden a estar más satisfechos con su vida profesional y también personal. A continuación se recogen doce hábitos imitables -algunos con más facilidad que otros- de las personas que están muy motivadas, recogidos por el autor del libro Management para Dummies, el norteamericano Peter Economy.
1. Están motivados internamente. Ese tipo de personas se guían por un deseo intrínseco de sacar lo mejor de uno mismo, que les impulsan a buscar los mejores resultados pero aprendiendo por el camino y arriesgando con nuevas posibilidades.
2. No pierden tiempo juzgando. Las personas motivadas observan los aciertos de los demás para imitarlos y los errores para no repetirlos, en lugar de limitarse a comentarlos, juzgarlos e incluso compararse. No pierden su tiempo con cotilleos ni personas cotillas.
3. Son humildes. No tienen problema en admitir que han cometido un error y pedir disculpas por ello, porque son conscientes de que errar es humano y que rectificar es de sabios. Del mismo modo, piden la opinión a los demás para mejorar su trabajo y redirigir el rumbo si es necesario.
4. Miran con perspectiva. Son capaces de tomar distancia de su trabajo y ver qué es lo que no funciona y que es lo que sí, en lugar de centrarse en las malas experiencias y dedicarse a dramatizar sobre ellas.
5. Son auténticos. Parte de su motivación la basan en ser fieles a sí mismos. Son permeables a las opiniones de los demás siempre que sea para mejorar pero no les harán caso si no les convencen y menos aún para complacerles.
6. Salen de su zona de confort. Nunca eligen el camino fácil para conseguir lo que quieren, sino el más interesante. Eliminan las barreras y los límites que se les presuponen y confían en que sus habilidades les permitirán superar las adversidades.
7. Siguen aprendiendo. Leen mucho y son brillantes observadores. Ambas cosas las hacen para seguir siendo más eficientes y aprender nuevas formas de lograr sus objetivos. Entienden que seguir aprendiendo es parte de su trabajo.
8. Saben lo que quieren. Tienen una visión clara de lo que quieren conseguir en la vida o como mínimo siguen un objetivo a largo plazo. A veces se les tacha de demasiado optimistas, pero creen que todo es posible y esa fuerza les ayuda a conseguirlo.
9. Nunca se rinden. Cuando se tropiezan con una piedra, toman medidas para superarlo. Si vuelven a tropezar con la misma, mejoran ese plan. Pero en ningún caso, abandonan y se quedan en el suelo. Ni siquiera entra en su vocabulario.
10. No culpan a otros. Cuando fracasan, lo aceptan y se postulan a sí mismos como los únicos responsables de sus acciones fallidas, en lugar de buscar culpables y señalar a los demás.
11. Reservan tiempo sí mismos. Saben que mantener la motivación en el terreno laboral requiere bienestar en el terreno personal. Por eso cuidan sus relaciones familiares y de amistad, hacen ejercicio y llevan una dieta equilibrada.
12. Se rodean de otros motivadores. Precisamente parte de su fuerza proviene de la voluntad de rodearse de otras personas con una actitud similar, que les den confianza, que les infunden positivismo, y que les ayuden a sacar lo mejor de ellos de manera incondicional.
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