La
planificación, para no ser simplemente la formulación de un deseo, tiene que
convertirse en una herramienta ágil y flexible, con capacidad para enfrentar
posibles vaivenes y condiciones en los entornos, conocer cuál es la realidad
interna de la organización y estudiar a fondo las capacidades humanas,
tecnológicas, materiales, económicas y financieras con las que cuenta.
Los
planes estratégicos requieren una permanente evaluación de las fuerzas del
mercado de manera que la empresa pueda, ante la presencia de un determinado
escenario, poner en ejecución el plan apropiado para responder rápidamente al
cambio surgido, más en contextos volátiles donde las incidencias políticas y
macroeconómicas, pueden en relativamente poco tiempo, convertir un mercado
estable en uno incierto. En los cambios impredecibles y súbitos, existe una
enorme confusión respecto a las tendencias. Este tipo de mercado demanda una
planificación que impone disponer de estrategias alternas. A esta forma de
planificar se le conoce como planificación por escenarios o situaciones.
En
estos escenarios o situaciones, es necesario plantearnos objetivos. Sin
objetivos de crecimiento y desarrollo una empresa termina buscando sólo la
supervivencia, o desgastando sus recursos y comprometiendo su valor futuro. Y
la mera supervivencia no motiva a nuestra gente. La perspectiva de corto plazo
y las presiones del hoy, generan acciones operativas, sin orientación
estratégica.
En
contextos inciertos y bajo condiciones cambiantes, es preciso comprender la
complejidad y la diversidad que caracteriza a las sociedades actuales; donde
las empresas sean la unidad de organización clave dentro de un sistema que
genere experiencias tanto desde el conocimiento como desde competencias
actitudinales acordes a las exigencias de la sociedad.
El
líder debe reforzar la satisfacción, el rendimiento y eficacia de sus
colaboradores, monitorear los avances y tomar decisiones oportunas, manteniendo
presente la visión, la misión y las metas institucionales; orientar
estratégicamente el cambio planeado e ir adaptándolo continuamente para su
continuidad y estabilidad. Como una edificación.
La
estructura de una empresa puede ser modificada, ampliada y mejorada. Pero el
rediseño y ejecución de esos cambios requiere de la participación de Capital
Humano altamente cualificado y calificado de manera que no se ponga en riesgo
la estabilidad. En las organizaciones, la estructura responde a los mismos
fines que en las edificaciones, la sustentación. Por lo tanto, puede y debe ser
modificada, ampliada y mejorada con el objeto de adaptarla, en el tiempo y
oportunamente, a las condiciones y circunstancias del entorno social y
económico dentro del cual se desempeña, si se desea hacerla más productiva y,
por lógica, más rentable, pero sin olvidar la finalidad básica de toda
estructura: proporcionar estabilidad.
Esta
necesidad elemental de estabilidad favorece el crecimiento. Esto debe llevarnos
a un profundo cambio en los modelos mentales de los integrantes de nuestra
empresa para lograr la visión enfocada y los objetivos estratégicos para el
crecimiento. Y este solo se obtendrá en la medida en que la entidad satisfaga
las necesidades y deseos del entorno al que sirve y que le proporciona los
medios para actuar. Si la empresa no permite la estabilidad, no puede
contribuir a la subsistencia de quienes la integran y si no crece intelectual y
materialmente, tampoco podrá contribuir al crecimiento de su gente.
Gustavo Sarnari. Autor del
libro Marketing + Humano(S) “Fortaleciendo el Potencial y Valor Humano en
la Gestión Comercial de las Organizaciones” – Director Asociado de Grupo
CoSMO y Centro Pyme 2.0 – Co-Editor de Estrategia & Negocios – Titular de
GS Consultora Desarrollo & Educación Organizacional – Miembro de ACICA
Asociación Civil Iberoamericana de Capacitación y Asesoramiento – Licenciado en
Educación y Gestión Institucional por la Universidad Nacional de Quilmes – TS
en Marketing por el IS San Pablo de Villa Constitución – Posgraduado en
Formación Docente con especialización en Educación Superior por el IS San
Nicolás de Bari, de San Nicolás.
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