Hoy me gustaría hablarte
del LÍDER emocionalmente inteligente, de ese tipo de persona
que consigue contactar con las necesidades de su equipo, logrando un fuerte
sentido de pertenencia y compenetración entre las personas…
Habrás visto decenas de veces la
típica foto del iceberg, en la cual se dice que sólo un 10% del iceberg es lo
que se ve desde la superficie del agua, el 90% restante queda por debajo de la
superficie y por lo tanto, invisible (creo que si ese iceberg cobrara derechos
de autor estaría viviendo a todo trapo). Con los equipos pasa lo mismo…
Al liderar equipos nos ocurre
algo claramente similar. La parte realmente importante y más significativa del
equipo queda por debajo de la superficie, invisible a los ojos de muchos, pero
afectando enormemente a los resultados del equipo.
El trabajo en equipo funciona
porque hay sinergia, confianza, compenetración, motivación, implicación,
empatía, solidaridad, contacto e interacciones constructivas entre sus
miembros, todas ellas son variables emocionales, no aparecen en una
cuenta de resultados,
…no se facturan ni son un bien
tangible del equipo, sin embargo determinan sus resultados.
El LÍDER Emocionalmente Inteligente
Queda por supuesto que el líder emocionalmente inteligente pone en
práctica todas las competencias de la inteligencia emocional que describí con
detalle en este artículo, pero además de ello, debemos tener en cuenta
otros factores…
El LÍDER emocionalmente
inteligente debe ser consciente de las variables emocionales del equipo, debe
saber potenciarlas y conseguir que el equipo tenga una vida emocional
nutritiva para todos sus miembros y que le ayude a conseguir buenos
resultados en el proyecto.
El plan de trabajo, las
responsabilidades, las funciones, los procedimientos, las reuniones de seguimiento, el organigrama, la estrategia
son variables básicamente racionales de un proyecto, sin embargo las variables
emocionales serán las que marquen la diferencia:
- ¿En qué medida los
miembros del equipo están comprometidos?
- ¿Cuántos conflictos
sin resolver hay en el equipo?
- ¿Cuál es la motivación
de las personas?
- ¿Existe solidaridad y
comprensión en el equipo?
- ¿Qué nivel de toxicidad hay
en la comunicación?
- ¿Qué clima emocional
hay en el equipo?
En cualquier equipo hay un clima,
una atmósfera que se respira. Un campo energético que puede ser sentido por los
miembros del equipo e incluso por las personas que observan al equipo desde
fuera.
El clima emocional es el conjunto
de sentimientos, actitudes y pensamientos que están presentes en el equipo,
sería algo así como el “tiempo que hace en el equipo”, puede haber
tormenta, brisa, nubes, huracán, frío, etcétera.
Un líder emocionalmente inteligente
debe de ser muy consciente del clima que hay en su equipo, proyecto o empresa,
ya que de este dependerán en buena medida los resultados.
Las acciones que tiene que llevar
a cabo el líder referente al clima emocional reinante en el equipo son dos:
1. Por un lado ser capaz de ser
sensible a Éste, de
medirlo y de hacer una lectura fiable. Esta lectura se conseguirá hacer si el
líder es sensible a las necesidades del equipo, si empatiza con la energía que
se vive entre sus miembros y si es capaz de notar el mensaje de dicho campo
energético. Cuando hablamos de campo energético no nos referimos a ningún
aspecto esotérico del equipo, sino a la expresión del mismo, sus interacciones,
tono de voz, lenguaje no-verbal, silencios, miradas, gestos, temas sobre los
que se habla (y los que no) y lo que se dice de ellos.
2. Pero no sólo sirve leer el
clima emocional, ya
que muchas veces este clima es producido por el líder mismo del equipo. Por lo
tanto, conviene ser conscientes de que el observador (líder) tiene una gran
influencia sobre lo observado (equipo), de hecho se demuestra que la mayor
parte del clima reinante en los equipos es producido por la interacción con los
líderes o gestores del equipo con el equipo mismo. Por tanto, introduciré el
concepto de clima emocional consciente, que en definitiva es creado
conscientemente por el líder para provocar en el equipo una u otra experiencia.
De esta forma, si nos encontramos
ante un equipo desmotivado como líderes y haciendo uso de nuestra comunicación,
lenguaje no-verbal, palabras y tono de voz, podremos abanderar la motivación,
la pasión y la implicación como lo haría un entrenador con su equipo en el
descanso del partido. O si nos encontramos con un equipo demasiado disperso y
con pocas ganas de ponerse manos a la obra, podremos influir en este para que
focalice su energía en los temas importantes para la empresa.
El líder emocionalmente
inteligente no sólo consigue conectar con su equipo, con sus necesidades y
componentes de forma sincera, sino que además puede movilizar la energía del
equipo en una u otra dirección.
El líder es un creador de climas
emocionales, no debe olvidarse de que lo hace, quiera o no. Y por lo tanto más
vale que lo haga conscientemente, creando las experiencias emocionales que
considera importantes para su equipo en cada momento.
Nuestras empresas están llenas de
racionalidad, el propio modelo económico es así. Pero no nos olvidemos del
iceberg y de su influencia: El 10% que ves es la expresión del restante 90%.
Un líder debe bucear en las aguas
heladas para ver qué hay por debajo de la superficie.
Que tengas un gran día.
César Piqueras
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