En todos mis cursos sobre cómo hacer presentaciones
suelo dedicar un espacio a la meditación e invariablemente alguien me viene con
salidas como “yo soy una persona seria y esto son tonterías New Age” o
similares. Después de haber hablado sobre Total Meditación, un libro excepcional para
aprender a incorporar la meditación a nuestra vida diaria, proporcionaré una
breve lista de cuáles son los beneficios que a mí personalmente me ha aportado
la meditación en mi vida y en mis presentaciones. Puedes reservar diariamente
varias “ranuras de tiempo” para la meditación y comprobar por ti mismo si
cosechas frutos parecidos. Me encantará saber de tu experiencia. ¡Anímate a
dejar un comentario!
La meditación ayuda a aceptar el miedo
Todos sentimos miedo o nervios o ansiedad (llámalo
como quieras) antes de una presentación. La meditación va haciendo poco a poco
que te habitúes a la idea de sentir miedo. Tal y como afirma en Psicología del miedo, el experto en el tratamiento de miedos y
fobias Christophe André:
“No meditas para no tener miedo, sino para no temer al miedo”. Cuando tu mente
está en calma y consciente de las reacciones corporales y psicológicas ante la
situación temida, verás cómo te enfrentas mejor a los miedos. Meditar
facilitará que poco a poco te distancies de las emociones negativas añadidas al
miedo: miedo a tener miedo, vergüenza, rabia, etc.
Meditar no ha eliminado mi miedo,
simplemente me ha servido para aceptar con serenidad la idea del miedo y pensar
sin perder los estribos en los peores escenarios.
La meditación facilita la relajación
Nuestra vida cotidiana está marcada por el estrés y
la ansiedad. Sólo pensar en la siguiente presentación ante tal comité o sobre
tal tema, ya nos tensamos y se disparan las hormonas del estrés. Meditar no hace que tus tareas se resuelvan
solas, pero permite que tus hormonas del estrés retornen a los valores
normales. La meditación me ha ayudado a afrontar con calma y
sin agobios la enorme lista de tareas que me aguarda cada mañana para el día
por delante: no puedo hacerlo todo, así que sólo hago lo más importante para
mí.
La meditación mejora la atención
La meditación no es algo que practicas 10 minutos
al día delante de un altar envuelto en una nubecilla de incienso y ya está.
Puedes llevar la meditación al día a día, a tareas cotidianas tan prosaicas
como fregar los platos, barrer, caminar por la calle, estar sentado en el metro
o comer. La meditación me ha ayudado a vivir el presente, a concentrar la mente
en la tarea que tengo entre manos sin pensar en lo que ya he hecho ni en lo que
tengo por hacer: no me culpo por el pasado ni me angustio por el porvenir. Me
concentro en una sola tarea: la que estoy haciendo AHORA.
La meditación me ha ayudado a ser
más productivo, más creativo, más libre.
¿Y a ti qué te ha aportado la meditación? Si nunca
lo has hecho, ¿piensas practicarla?
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