Hay una nueva revolución
industrial en marcha y se abrirán nuevas oportunidades. Cinco son los vectores
de cambios que están sucediendo en el mundo: inteligencia, colaboración,
bioeconomía, descentralización y valores. Considero a la actual la cuarta
revolución; las dos anteriores fueron las industriales clásicas y la
informática.
Los vectores combinados permiten
pensar en una nueva etapa de industrialización, más inteligente y amigable con
el medio ambiente, distribuida en las distintas regiones y en sintonía con
nuevos estilos de vida. ¿Será esta una oportunidad para nuestro país y nuestra
región? ¿Sabremos aprovecharla?
Con base en la conocida y por
ahora sostenida ley de Moore (la capacidad de cálculo operativa de las
computadoras se duplica cada 1,5 años), en la abundancia y el abaratamiento de
evitar la posibilidad de capturar información, guardarla para su utilización y
procesarla con alta eficiencia e incluso en tiempo real, se abrirán posibilidades
de conocer e incluso gestionar sistemas complejos, como los industriales y
productivos, los ecosistemas naturales hasta en las mismas ciudades.
En este marco hay tres paradigmas
tecnológicos que están comenzando a cobrar especial relevancia: BigData,
Algorítmica o Inteligencia Artificial, y el Internet de las Cosas (IdC). El
BigData es un término aplicado a conjuntos de datos que superan la capacidad
del software habitual para ser capturados, gestionados y procesados en un
tiempo razonable. Los tamaños del big data se hallan constantemente en aumento.
La Inteligencia Artificial o
Computacional es un área multidisciplinaria que, a través de ciencias como la
informática, la lógica y la filosofía, estudia la creación y el diseño de
entidades capaces de razonar por sí mismas utilizando como paradigma la
inteligencia humana. El Internet de las Cosas (IdC), por su parte, es un
concepto que se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con
Internet.
Hay una explosión de las redes
para las interacciones sociales, el trabajo en equipo, las infraestructuras
inteligentes (por ejemplo, las redes inteligentes o smart grids) y los modelos
de negocio compartidos, entre otros. Esta colaboración permite nuevos modos de
desarrollo y del uso de los sistemas y de las infraestructuras, especialmente
orientados al manejo inteligente de la demanda y a la utilización de
capacidades ociosas o recursos antes desestimados. La misma es posible gracias
a la tecnología, pero también refleja un cambio de valores.
LA BIOECONOMÍA
Una creciente inversión y
atención de varias de las principales economías del mundo hacia la biología
aplicada, las ciencias naturales y las ciencias de la vida en general está
resultando en logros muy significativos, como la secuenciación del ADN. Estos avances
rápidamente tendrán impacto en las industrias de todo tipo. Revolucionarán la
salud (por ejemplo, en diagnósticos automatizados o medicina intrusiva),
volverán económicamente viables las energías renovables, posibilitarán
innovaciones apenas imaginadas, como métodos biológicos para la manufactura
(por ejemplo, bioplásticos para el uso en autopartes) e interacciones más
inteligentes con el medio ambiente y con los ecosistemas que generen menos
residuos. Pensemos que un auto, una vez cumplida su vida útil, podrá ser
desarmado, algunas de sus partes reutilizadas y otras serán biogradables. La
Argentina tiene, por sus recursos naturales y por su trayectoria en las áreas
vinculadas con la producción de biomasa (agroindustrias) y con la biología,
oportunidades muy significativas de nueva industrialización en este sentido.
En poco tiempo será posible
fabricar piezas y productos de gran calidad fuera de los centros productivos
tradicionales del mundo, por ejemplo innovaciones como las impresoras 3D. En un
contexto de mercados nuevos en desarrollo, como los Brics y países en la región
que muestran un sostenido enriquecimiento como Chile, Perú o Colombia, estas
capacidades, sumadas a los elevados costos logísticos, permitirán un desarrollo
industrial descentralizado con muchas posibilidades para nuestro país, en el
contexto de América latina.
Por último, y tal vez más
importante, un factor clave son los cambios en los valores, en las expectativas
y en los modos de vida de las nuevas generaciones. Entre otros se pueden notar
aspectos como la preferencia por las actividades creativas, por la
transparencia en los procesos, por las acciones en sintonía con el medio
ambiente y por estilos de vida en general más inteligentes.
Estos cinco vectores de cambio
permiten imaginar una nueva revolución industrial, la 4.0. Tomemos por ejemplo
el caso de la industria automotriz y pensemos en su impacto. En los próximos
años podremos tener autos con piezas biodegradables, que puedan ser producidas
en alta calidad, cerca de los mercados de demanda y también con menos costos
logísticos y mayores posibilidades de desarrollo local en cada región; nuevos
combustibles renovables o con menor impacto en el ambiente y la salud;
creciente inteligencia que permita la interacción de los autos entre sí para
evitar accidentes en las esquinas; la interacción con la infraestructura de las
ciudades, de modo de evitar atascamientos, encontrar espacios para estacionar o
ahorrar combustible, tal vez llegando a prescindir de la necesidad de
conductores. Se trata de cambios en los estilos de vida, que llevarán a que las
personas quieran vivir más cerca de sus lugares de trabajo, usar modos
alternativos de transporte o compartir el uso de vehículos con menor impacto
sobre el ambiente. Todo hace pensar en una nueva industria o en un conjunto de
nuevas industrias, a las que tal vez deba referirse de modo más general como
los sistemas de movilidad.
Los mencionados son sólo algunos
de principales cambios en curso que permiten pensar en una nueva, más
inteligente, ambientalmente amigable y geográficamente distribuida etapa de
industrialización de nuestras sociedades, que puede pensarse -por sus
consecuencias en términos de los cambios y oportunidades que representa para
todos- como la cuarta revolución industrial en la historia de nuestra especie
en el planeta. El futuro está lleno de oportunidades.
EL MUNDO QUE SE VIENE
Inteligencia artificial
Se trata de un área
intermultidisciplinaria que estudia la creación y el diseño de máquinas capaces
de razonar por sí mismas.
A la distancia
Habrá una interconexión digital
de objetos cotidianos con Internet.
La bioeconomía
Las energías renovables
finalmente serán sustentables. Habrá interacciones más inteligentes con el
medio ambiente.
Impresoras 3D
En poco tiempo va a ser posible
fabricar piezas y productos de gran calidad fuera de los centros productivos
tradicionales del mundo.
Nuevos estilos de vida
Las nuevas generaciones buscan la
creatividad, la transparencia, el respeto por el medio ambiente. Nuevas
industrias les darán la razón.
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