El día de hoy, re enviado por el Prof
Alemán, desde la página web “Edudemic” bajo la firma del Profesor Bill Powers,
me llega un estudio realizado en 100 niños entre el 6to y 8vo grado, el cual
revela las 4 características más resaltantes de sus profesores favoritos. A
esas edades, lo lúdico, imaginativo, y creativo hace que el trabajo en la
escuela sea una experiencia de vida.
En resumen las cuatro respuestas fueron:
- “Es divertido y hace que aprender sea divertido”. Resaltan la actitud del docente que disfruta y fluye plenamente en lo que hace. Tiene noción de cuando eran niños
- “Se preocupa realmente por mi”. Se reconoce la actitud genuina y desenfadada del docente.
- “Nos da un trato igualitario”. Reconocer al otro y tratarlos exactamente iguales, resaltando las virtudes y valores.
- “Trabajamos en grupos y por proyectos”. Se trata de “aprendizajes significativos” donde todo lo que haces se puede transferir a otros dominios de vida, y viceversa hacia el trabajo.
Una vez leída la lista, guardé silencio y tomé una respiración profunda.
Pensé y me di cuenta que son exactamente las cuatro características que
esperaría cualquier persona de su jefe. Y es que a veces, (muy
frecuentemente), los niños nos entregan lecciones de vida fácilmente
transferibles a nuestra situación. La guerra de egos, no nos deja poder
diferenciar las cosas importantes de las que no las son. Y a primera
vista, y desde la perspectiva de los niños, se logran diferenciar las 4 competencias
para la vida que definiera en 1996 Jacques Delors para la UNESCO, en su libro,
“La educación encierra un tesoro”. Esas cuatro competencias, recuerdo, son los aprenderes
a aprender:
- Aprender a hacer (Trabajo divertido)
- Aprender a ser (Se preocupa por mí, me acompaña, me enseña, me doy cuenta)
- Aprender a conocer (Aprendizaje significativo)
- Aprender a convivir. (Trabajo en equipo, trabajo por proyectos, responsabilidad social)
Desde la Psicología Positiva, así mismo, el Dr Seligman nos muestra cómo
para tener una vida plena tenemos que estar conscientes de nuestras cinco
vidas: la vida placentera, la vida con sentido, la vida comprometida, la vida
compartida y la vida de los logros. Un tanto parecidas que nos aproximan a la
posibilidad de promover el bienestar a través de generar espacios laborales
adecuados y de convivencia. Se trata de que el jefe en la oportunidad de
gestionar cambios, lo haga desde la posibilidad de actuar positivamente y
generar espacios para la comunicación y la transferencia de actitudes de vida positivas.
La lista para los jefes proactivos y positivos en gestión de gente entonces, no debería ser tan larga. Se trata de escuchar, de ser cercano, de comprender y promover lo mejor que cada quién tiene. En algunas ocasiones me ha tocado realizar coaching a las personas “etiquetadas “ en la empresa como controversiales y resulta que cada persona tiene una maleta de valores y fortalezas, que además, llega a ser fantástico descubrirlas. Las competencias de un jefe-niño-feliz, serían pocas:
- Escuche
- Indague
- Acompañe
- Respete
- Promueva
- Hágase cargo de las brechas que nos distancian
- Valore
- Comprenda
- Hágase cargo de su Ego. Piense como aprendiz
A mí me gustaría que cuando alguien pregunte por mi, siendo jefe, le
contesten, “es divertido, siempre está pendiente de mi, me reconoce como
persona, me respeta, me trata igual que a todos, sin diferencia, y nos ha
enseñado sobre el poder que tiene trabajar juntos y que los sistemas pesan más
que la suma de sus partes.”
Hay tanto que aprender de los niños…
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