De los varios inconvenientes que deben enfrentar
quienes asumen por primera vez una jefatura, el débil desarrollo de habilidades
blandas puede ser lo más complejo. Pero a esto también se suma el poco apoyo
que a veces entregan las empresas.
No es sencillo asumir como jefe
por primera vez. Algunos se visualizan como tales, otros no. En medio de
inseguridades, temores y nuevas responsabilidades, como el administrar recursos
económicos, tecnológico y humanos; es posible perder el rumbo, sin embargo, con
un estilo de liderazgo claro es posible comenzar con el pie derecho.
A la hora de consultar cuáles son los principales
problemas que enfrentan los jefes primerizos, los expertos concuerdan que la
falta de experiencia dificulta aspectos como la forma de comunicar, delegar y
gestionar los conflictos. Además, no muchos tienen claro qué qué estilo de
liderazgo tener, dice Claudia Bendeck, directora Asociada en DNA Human Capital, quien agrega que la
falta de experiencia también les afecta en su relación con pares y gente a
cargo. En esto también coincide Miguel Alfonso Terlizzi, director general
de HuCap, quien precisa: “igualmente
afecta el desarrollo previo en materia de formación”.
No es una tarea fácil. Se necesita mucho de
habilidades blandas, como saber comunicar, lo que en ocasiones no siempre se
encuentra a flor de piel de los recientes jefes. En busca de mejorar
habilidades en profesionales como estos es que en la escuela de negocios ESE de la Universidad de los Andes, en Chile, dictan desde 2013 el
programa First Time Manager, que tuvo que dictarse dos veces y no una como se
tenía contemplado. El director de ese programa, Raúl Lagomarsino, relata que en
este se abordan los problemas a los que se enfrenta un joven profesional que
asume un cargo de dirección por primera vez. “Les alertamos de las piedras más
grandes con las que frecuentemente tropezarán y les damos las indicaciones para
esquivarlas, desarrollando nuevas habilidades”, sigue Lagomarsino.
¿Pero qué habilidades se requieren? De acuerdo con
Lagomarsino, se precisa de un profesional que domine el trabajo en
equipo. Para Terlizzi, de HuCap, “la principal habilidad de un
líder es la de desarrollar y lograr buenos seguidores”. Y para ello, es
necesario adaptar los diferentes estilos de liderazgo –más allá de cuál sea su
denominación– sin que esto signifique que uno resulte ser mejor que otro, sino
más bien diferentes. Terlizzi dice que “en ocasiones, debe actuar guiando a sus
seguidores, en otros motivándolos, dirigiendo, enseñando o simplemente
delegando, independientemente de cuál sea su estilo de preferencia. Lógicamente
para ello deberá no solo detectar qué estilo necesita aplicar sino, además,
saber hacerlo”.
“Cuando este nuevo jefe proviene
de una promoción interna quizás lo que más provoca dificultad es cómo demarcar
este nuevo cargo de autoridad no sólo con su equipo, sino con sus nuevos pares,
jefes”, precisa Bendeck.
Escaso
apoyo de la empresa
Los caminos para llegar a ejercer como jefe pueden
ser bastante distintos, algunos más extensos que otros y en ocasiones con menos
o más apoyo. Para Lagomarsino es vital que el profesional que ejerza
como jefe haya asumido labores similares, que no asuma de un día para otro.
Una especie de camino ideal, donde “a la persona se le va adiestrando y
entrenando de a poco, para que cuando llegue el momento de asumir, el cambio no
sea tan drástico”, dice el académico.
La búsqueda de apoyo de parte de la empresa es
bastante necesario para algunos jefes primerizos, que no siempre cuentan en
primera instancia con todas las habilidades necesarias para ejercer. Por lo
mismo, es clave que en un primer momento la empresa siga al nuevo jefe.
Tanto Terlizzi como Bendeck creen que el acompañamiento de la organización, en
general, es escaso, con un trabajo más bien débil en programas de
planificación de carrera y desarrollo organizacional. Para los expertos, es
vital guiar a los profesionales, sobre todo, en aspectos de liderazgo.
Esto, porque “se entiendo que si fue ascendido ya los tiene. También es bueno
exponerlo en un ambiente protegido a situaciones donde deba demostrar su
capacidad de trabajo con otros. Por ejemplo en ejercicios de role play”, dice
Claudia Bendeck.
Terlizzi también aporta ideas para un correcto
desarrollo de la jefatura: “Lo idea sería un programa de desarrollo donde
una persona que comienza, por ejemplo, como cajera o repositora en un
supermercado o vendedor, llegue a jefe y luego a gerente si su
potencial se lo permite, preparándose y formándose en etapas previas a la de
ser promovido a jefe”. El director general de HuCap agrega que “una metodología
que utilizamos muy frecuentemente en programas de desarrollo organizacional de
jefatura o gerencial es el programa genérico de jefatura, dividido en etapas.
Cada etapa implica funciones y responsabilidades expresadas en términos de
resultados que la persona que forma parte del programa deberá lograr al cabo de
un periodo de entrenamiento previo a asumir tal responsabilidad”.
Otra manera de prepararse para el cargo es
capacitándose dentro y fuera de la empresa o por medio del coaching. Eso sí, todo esto “depende
del tiempo y los recursos que se tengan”, sigue Lagomarsino.
Según los entrevistados, el
correcto apoyo a los nuevos jefes sólo da buenos resultados, mientras que una
gestión sin estrategia y más operativa obtiene pésimos resultados, con “daño
colateral muy significativo para las personas que son promovidas y luego
desvinculadas por no cubrir las expectativas en el nuevo rol”, dice Terlizzi.
Humildad
y grandeza
Como los aspectos más bien blandos son el reto de
los nuevos jefes, los expertos aconsejan humildad, grandeza y saber
escuchar por sobre la habilidad de hablar. Esto último es vital,
afirman Miguel Alfonso Terlizzi y Claudia Bendeck, quien dice: “El jefe tiene
que aprender a escuchar a los subordinados. De todos ellos tiene algo que
aprender y será a través de ellos que llegará a determinar su propio estilo de
liderazgo”. Terlizzi agrega que también es importante aprender y accionar,
respectivamente.
A su vez, la humildad y grandeza también
son esenciales, pues el nuevo jefe debe reconocer qué necesita del resto,
además de la grandeza para aceptar que otras personas pueden ser incluso
mejores que él. A esto, el directivo de HuCap agrega: “Tampoco se
puede seguir siendo uno más, porque ahora es jefe y ello implica no ser
distinto, sino asumir distintas responsabilidades. Hay que definir el destino
como visión de futuro, claro, ambicioso, desafiante, improbable, pero no
imposible de alcanzar y avanzar paso a paso. Denomino a este recorrido:
'Estrategia de aproximación sucesivo' ”.
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