Muchas veces hemos hablado de las
consecuencias negativas que pueden derivarse de un error de
contratación; la pérdida de tiempo y de dinero es lo más
relevante, pero también puede repercutir al ritmo de trabajo de un equipo, a
las relaciones entre los trabajadores, etc.
Para que esto no suceda es
importante no caer en errores durante el proceso de selección. En Equipos
y Talento recogían hace un tiempo los errores más habituales que
según Jeff Haden, de Inc., derivan en una mala
contratación. Los repasamos a continuación:
1. No tener en cuenta el conjunto: no importa que un candidato
tenga un currículum increíble si después no es capaz de adaptarse a las normas
de la empresa. Antes de contratar a alguien hay que valorar en conjunto todo lo
que implica la decisión, tanto los aspectos positivos como los negativos.
2. Elegir por la formación y no
por la actitud: la
experiencia del trabajo se puede transferir de forma sencilla de un trabajador
antiguo a uno nuevo. Sin embargo, cosas como el entusiasmo, la ética
profesional o las habilidades personales son algo propio e intransferible del
candidato que difícilmente se puede entrenar. En caso de dudar entre dos
candidatos, es preferible optar por el que tiene una mejor actitud.
3. Ser demasiado exigente: a pesar de que la empresa
también tiene que presentarse como un buen lugar para trabajar, es importante
que no se presente como más de lo que es. Si se exige mucho al candidato pero
la compañía no está al nivel del mismo probablemente éste perderá el interés.
Hay que ser sincero y describir el puesto a cubrir de forma objetiva.
4. Contratar a familiares o
amigos: aunque
en algunos casos puede funcionar muy bien, hay que vigilar a la hora de
recomendar a un familiar o amigo para cubrir un puesto vacante. La persona en
cuestión podría no ser capaz de cubrir las necesidades de la empresa. Además,
hay que establecer una política que marque las relaciones dentro de la empresa,
ya que pueden darse conflictos interpersonales.
5. No hacer caso a la intuición: lo más adecuado es tomar una
decisión objetiva, pero también hay que prestar atención a la intuición.
Evidentemente, todos los candidatos intentan agradar al entrevistador, pero a
veces se tiene un pálpito más positivo con uno que con otro. No hay que ignorar
estas intuiciones.
6. Escoger la opción equivocada: cuando acumulamos estrés y
exceso de trabajo a veces tomamos las decisiones de contratación demasiado rápidas. Aunque tengamos otras
cosas urgentes, hay que dedicar un tiempo adecuado para tomar la decisión, ya
que sino añadimos riesgos que pueden repercutir a la empresa en un futuro.
¿Has cometido alguno de estos errores de contratación?
¿Cómo lo solucionaste?
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