¿Cómo serán las empresas del futuro? En la próxima
década, la tecnología volverá a desempeñar un papel fundamental: la
inteligencia artificial puede detectar patrones en conjuntos de datos complejos
a una velocidad y escala extremas, lo que permite un aprendizaje dinámico. Esto
permitirá que las organizaciones se adapten constantemente a las realidades
cambiantes y presenten nuevas oportunidades, que serán cada vez más importantes
en un entorno incierto y que cambia rápidamente. Tendrán que competir cada vez
más, por tanto, en la llamada tasa de aprendizaje.
Pero, para que las empresas compitan en el aprendizaje, no
es suficiente implementar la inteligencia artificial, ya que por sí sola puede
acelerar el aprendizaje solo en actividades individuales. En el blog
de BGC Henderson Institute explican que, al igual que ocurrió con las
tecnologías transformadoras anteriores, aprovechar todo el potencial de
la IA y de los humanos requerirá una innovación organizacional muy importante.
En otras palabras, los líderes deberán reinventar la empresa
como una organización de aprendizaje de próxima generación. Y, para ello, según
BGC Henderson Institute hay que tener en cuenta los siguientes factores:
- Aprendizaje
en todas las escalas de tiempo. La creciente oportunidad y la
necesidad de aprender en escalas de tiempo más rápidas, impulsadas por la
innovación tecnológica, son bien conocidas: el comercio algorítmico, el
precio dinámico y las recomendaciones de productos personalizados en
tiempo real ya son una realidad en muchas empresas. Pero quizás se
subestima que las fuerzas de movimiento lento también se están volviendo
más importantes. Por ejemplo, las instituciones comerciales, las
estructuras políticas, la estratificación de la riqueza y las actitudes
sociales están cambiando lentamente en formas que podrían tener un
profundo impacto en los negocios. Para prosperar de manera sostenible, las
empresas deben aprender en todas las escalas de tiempo simultáneamente.
- Combinando
humanos y máquinas de forma óptima. Las máquinas han sido
componentes cruciales de las empresas durante siglos, pero en la era de la
IA es probable que se expandan rápidamente a lo que tradicionalmente se ha
considerado trabajo de cuello blanco. En lugar de simplemente ejecutar
procesos diseñados y dirigidos por humanos, las máquinas podrán aprender y
adaptarse y, por lo tanto, tendrán un papel muy ampliado en las
organizaciones futuras. Los humanos seguirán siendo indispensables, pero
sus deberes serán bastante diferentes cuando se complementen o sustituyan
por máquinas inteligentes.
- Integrando
la actividad económica más allá de los límites corporativos. Las
empresas actúan cada vez más como ecosistemas multiempresariales que
incorporan una amplia variedad de jugadores. Este escenario amplía
enormemente el potencial de aprendizaje: proporciona acceso a datos
exponencialmente más, permite una experimentación rápida y se conecta con
redes más grandes de proveedores de clientes. Aprovechar este potencial
requiere volver a dibujar los límites de la empresa e influir eficazmente
en la actividad económica más allá de la empresa que organiza.
- Evolucionando
la organización continuamente. La necesidad de aprendizaje
dinámico no se aplica solo a las funciones orientadas al cliente, sino que
también se extiende al funcionamiento interno de la empresa. Para
aprovechar la nueva información y competir en entornos dinámicos e
inciertos, el contexto organizacional en sí mismo debe ser evolutivo ante
las condiciones externas cambiantes.
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