Casi en su totalidad, las interrupciones del crecimiento
ocurrieron por problemas en la balanza de pagos. Cuando la economía argentina
se expande, las importaciones crecen más que las exportaciones y se provoca un
déficit en las cuentas externas. El déficit se financia transitoriamente
vendiendo reservas del Banco Central, imponiendo controles cambiarios o tomando
deuda externa. Cuando estas fuentes se agotan, el peso se deprecia, la
inflación se acelera, cae el poder de compra de los salarios y se contraen el
consumo, la producción y el empleo.
Una forma alternativa de ver el recurrente problema de
escasez de dólares es que cuando la economía crece, la demanda de bienes y
servicios transables se expande más rápido que la oferta. Los transables son
bienes que pueden exportarse como la soja, la carne o el petróleo, o
importarse, como las mermeladas, las máquinas industriales o los autos. Son
también transables servicios como el turismo, los de asistencia contable o el
software.
Si aspiramos como país a crecer con mayor vigor y sin
interrupciones por falta de dólares, debemos aumentar de forma sostenida la
producción de bienes y servicios transables. El crecimiento de nuestras
exportaciones debe acelerarse en relación al de las importaciones. Sería errado
pensar que esta propuesta es del tipo mercantilista. Es una estrategia de
desarrollo con consistencia macroeconómica, que procura generar genuinamente
los dólares que demanda el crecimiento de la economía. Es bueno que los candidatos
a presidente con más chances en las elecciones compartan esta preocupación.
Una estrategia integral de desarrollo exportador requiere
muchos elementos. Se necesitan inversiones en logística e infraestructura,
simplificación de trámites, inteligencia comercial y acceso a mercados
externos. Se necesitan adecuaciones en los impuestos y en el mercado de trabajo
y un Banco Central que cuide el nivel del tipo de cambio y evite que se atrase.
En Cippec creemos que una verdadera estrategia de desarrollo
exportador requiere, además, un compromiso institucional con la necesidad de
expandir la oferta exportadora. La creación de una Agencia Nacional de
Desarrollo Exportador (ANDE) con la misión de formular la estrategia de
desarrollo exportador y con metas de corto y mediano plazo podría contribuir en
esta dirección. Su misión debería extenderse a asesorar y facilitar la
inversión en actividades transables; estudiar el potencial de sectores
productivos prioritarios y las tendencias de mediano y largo plazo que condicionan
la inserción internacional del país, y coordinar las acciones y políticas
dirigidas a estimular la performance exportadora.
La creación de ANDE no debería involucrar recursos fiscales
adicionales, sino una reorganización de políticas e instituciones existentes.
Como la meta es institucionalizar el desarrollo exportador como política de
Estado, sería importante que la conducción recaiga en un cuerpo colegiado con
representación del Poder Ejecutivo, los partidos políticos, los sindicatos y
las cámaras empresarios. Una institución multi-stakeholder, destinada
a pensar y promover una estrategia país de largo plazo.
Martín Rapetti es director del programa de Desarrollo
Económico del Cippec
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