En un contexto de caída del empleo, la cadena de valor del
agro se mantiene estable.
Los datos de empleo del sistema integrado previsional (SIPA)
publicados el jueves mostraron una nueva caída en la cantidad de
asalariados registrados en el sector privado. En mayo, hubo 168.700 menos
que un año atrás, una variación de -2,7%.
Pero agricultura fue una de las 4 ramas de actividad (de las
14 que releva el informe del Ministerio de Producción y Trabajo) que mostró
una variación interanual positiva: +2,8%.
Además, en este contexto, el agro se destaca por ser el
sector con la mayor expectativa de contratación para este tercer trimestre del
año. Según la encuesta de Manpower, la expectativa neta de empleo (ENE) del
rubro —ajustada por estacionalidad— se ubica por encima de todo el resto de los
sectores, con 6 puntos positivos, frente a un promedio de +1. La ENE se
calcula tomando el porcentaje de empleadores que anticipa un aumento en su
plantilla y restándole el porcentaje de quienes esperan una merma en su
dotación.
El agro es un rubro complejo: reúne gran cantidad de
actividades en su cadena de valor y es también, según datos del Indec del
primer trimestre 2019, uno de los sectores con mayor cantidad de
trabajadores asalariados no registrados, sólo superado por servicio
doméstico y comercio.
Según las empresas que participaron en una mesa redonda
sobre empleo en el agro, organizada por la consultora especializada en
búsqueda de profesionales GhidiniRodil, más allá de la dinámica del negocio en
un año de cosecha récord, las agroindustrias ofrecen un panorama de estabilidad
y, además, están sumando posiciones laborales a partir de la
reconversión digital.
"El negocio del agro es súper estable, te
permite pensar a largo plazo", asegura María Palma, gerente regional de
Talento de Louis Dreyfus Company, una multinacional dedicada a la
comercialización y procesamiento de productos agrícolas que tiene 1.800
empleados en la Argentina. "No sólo reemplazamos todo lo que quedaba
vacante, sino que tuvimos varias posiciones nuevas dentro del equipo IT
y de Finanzas, por un proyecto en particular que tiene que ver con nuevas
tecnologías", cuenta. Y puntualiza que de las 70 búsquedas abiertas este
año, "casi el 15% son nuevas posiciones".
Hay 327.400 asalariados registrados en el sector
agricultura, ganadería, caza y silvicultura, según datos del Ministerio
de Producción y Trabajo.
En Lartirigoyen trabajan 950 personas: "Mi percepción
es que el sector crece en empleo. Este año entraron 70 personas
nuevas en la compañía: 55 reemplazos y 15 posiciones nuevas", informa su
gerente general, Luis Colmegna. Claro que la compañía está en franca expansión.
Nacida como empresa familiar en Catriló, La Pampa, hace 30 años, hoy tiene
negocios de insumos, de acopio y originación de cereales, siembras, criaderos
de cerdos y hacienda. En los últimos tres años adquirió un molino harinero en Junín,
una exportadora de cebada cervecera y un porcentaje accionario de la fabricante
de agroquímicos Chemotécnica.
"El negocio del agro es estable, pero está
cambiando radicalmentey hay que reinventarse. Hace seis meses contratamos a
una persona con formación en química que se fue a Estados Unidos a hacer
un posgrado en imagen satelital e inteligencia artificial. La idea es ver de
qué forma podemos empezar a cambiar un poco la mentalidad que tenemos en el
campo", señala.
Paula Curtale, directora de Recursos Humanos para Conosur de
Bayer, ejemplifica con la adquisición que hizo la empresa de The Climate
Corporation, desarrolladora de FieldView, un dispositivo que se conecta al
equipamiento en el campo y levanta información, lo que permite al
productor integrar y analizar todos los datos que obtiene en la siembra, en la
aplicación de fitosanitarios y en la cosecha.
"Lo digital viene a acelerar, a combinar y a conectar
todos estos negocios: conecta la cadena de valor dentro del agro",
analiza la ejecutiva.
En 2017 hubo 1.848 egresados de carreras técnicas y
profesionales relacionadas con el agro, según estadísticas de la Secretaría de
Políticas Universitarias.
Al mismo tiempo, "cambia los perfiles, porque un
agrónomo que está vendiendo semillas e insumos ahora está utilizando esta
tecnología también", agrega.
Actualmente en la Argentina, el negocio de agro de Bayer,
que adquirió Monsanto hace un año, representa el 78% de las ventas netas de la
compañía a nivel global. Entre los 2.200 empleados directos con los que cuenta
en el país, dentro del segmento profesionales destacan los ingenieros
agrónomos. También, "como hacemos investigación y desarrollo hoy
tenemos, en agro solamente, más de 30 científicos", informa Curtale.
"Esta año venimos de una cosecha récord y se habla
de un potencial de 200 millones de toneladas. ¿Cómo hacés para hace crecer en
un 40% la producción de semillas en un país donde sos un jugador clave? Tenés
que invertir en investigación y desarrollo y tenés que tener gente en campo.
Es un sector que está a la delantera de muchos otros sectores en la
Argentina", sentencia la ejecutiva.
Por otro lado, con la aparición de empresas
agro-tech se abren nuevas oportunidades laborales dentro del sector.
"Se termina de configurar un escenario de organizaciones muy diversas
dentro de la agroindustria y que seguirá evolucionando", analiza Matías
Ghidini, gerente general GhidiniRodil. "En este escenario, es interesante
el desafío para que cada compañía encuentre su propuesta única de valor como
empleador, para atraer a los mejores recursos que necesita su empresa",
dice.
"Hay un traslado del lugar en donde se generan los
empleos hoy", afirma Romina Güeli, gerente de Marketing de Indigo
Agriculture Argentina, una startup de origen estadounidense que arrancó hace dos
años y se dedica a la tecnología biológica para los productores, aunque
"se está metiendo en muchos más aspectos de la cadena de producción",
según la ejecutiva.
"Me parece que las empresas grandes, las
multinacionales, que en su momento eran el lugar adonde los profesionales
recibidos apuntaban, hoy están pasando por procesos de fusión, de compra y de
estructuración. Eso hace que mucha gente empiece a mirar dónde están las otras
oportunidades", dice Güeli. "Creo que hay empleo y que está
migrando: hoy están apareciendo un montón de empresas más chicas, de
tecnología, que se meten en nichos de mercados que las grandes, por estructura
y por procesos, no pueden atender. Ahí tenés un espacio nuevo de oferta
laboral que además es interesante para los jóvenes", agrega.
En Indigo trabajan 28 empleados, todos profesionales.
"Tenemos una orientación muy fuerte en agrónomos, mezclados con gente del
área digital, gente de análisis de datos y gente del área industrial",
detalla Güeli.
Según Ghidini, más allá de los cambios en los modos de hacer
negocios asociados a la digitalización, "surge la demanda de nuevos
perfiles profesionales distintos a los tradicionales asociados al campo.Es
cada vez más frecuente que empresas del sector pidan profesionales de
tecnología (desarrolladores, implementadores de ERP como SAP), data
science o inteligencia artificial", detalla.
Los procesos de digitalización implican
también una reconversión de las habilidades y capacidades "duras"
y "blandas". "Tener un ala digital que empieza a crecer, hace
que requieras que el agrónomo tenga la versatilidad de entender el mundo
digital y que la persona que viene con mucha ciencia de la información,
entienda el mundo del agro. Hace falta mucho desarrollo interno a
través de la experiencia porque no son perfiles que existan así
combinados afuera", se explaya Curtale.
En el mismo sentido, Palma señala que "juega mucho qué
decisión toma la compañía como capacitación. Hay ingenieros agrónomos que están
muy enfocados en una plataforma o en una semilla, y en realidad, como negocio,
estamos tratando de ser lo más integrales posibles. El tema es cómo los
capacitás para que entiendan que ahora son un equipo más grande",
dice.
Para Colmegna, "el cambio tecnológico que está
sufriendo amplía lo conocimientos que tenés que tener, la versatilidad que
tenés que tener y la interacción con otras personas", señala. Por eso, la
clave espotenciar ciertas habilidades en los perfiles que ya existen"como
adaptación al cambio, interés en seguir aprendiendo cosas y trabajo en equipo
con espíritu colaborativo", agrega.
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