La tecnología avanza a una velocidad de vértigo. Hace 30
años, era casi imposible imaginar que el teléfono se convertiría en un
dispositivo inteligente del que se dependería para decenas de acciones en el
día a día. Una de ellas son los pagos. Aunque el pago móvil contactless aún
está en pleno desarrollo y tiene mucho margen para crecer, ya se mira a
un futuro en el que no se necesitará ni dinero papel, ni tarjetas, ni un
dispositivo contactless para pagar.
En un futuro más cercano, las previsiones apuntan a que el
pago mediante el dispositivo móvil será la principal tendencia. "El
consumidor 3.0 realizará la inmensa mayoría de sus gestiones comerciales a
través del teléfono. En países como Suecia, hoy en día más del 90% de las
transacciones ya se realizan así, incluido el pago del transporte público y las
colectas en las iglesias. El dinero de papel está llamado a desaparecer",
explican desde la escuela de negocios ESADE en su estudio El consumidor en
2030.
De hecho, este mismo informe apunta a que en España se prevé
que ya este año los usuarios de pagos por el móvil casi se dupliquen,
aumentarán un 48%, respecto a hace solo tres años, en 2016. Esto supone 2,5
millones de usuarios de esta tecnología en 2019. En China, se prevé que a
finales de este año más de 500 millones de consumidores opten por la modalidad
de pago móvil en terminales de punto de venta, es decir, que usen sus
smartphones para abonar cuentas en establecimientos físicos. Según estimaciones
de Statista, la tasa de penetración de estos pagos digitales en China
superará el 35% este año, siendo así la más alta del mundo.
"China es una muestra de que en el mundo de los pagos
ya ha habido una gran revolución, en menor medida, también la está habiendo en
India... En Europa no sé si podemos hablar de revolución, pero estamos inmersos
en un proceso de transformación muy fuerte. El efectivo ya ha sido superado por
las tarjetas, podemos pagar con el teléfono, con un click, con la cara, podemos
mandar dinero a un amigo desde WhatsApp, en segundos, instantáneo y gratis,
cada vez compramos más usando el comercio electrónico. Además, el 70%
de los pagos con tarjeta es contactless. En Londres la mayoría de los
usuarios paga sin contacto en el metro... no nos damos cuenta pero ya hay un
gran cambio", asegura Ignacio Bañón, responsable de Pagos Globales de
BBVA.
DESAPARICIÓN DEL EFECTIVO
El dinero papel tiene los días contados. Mientras en
Dinamarca han fijado 2030 como la fecha en la que no habrá circulación de
efectivo en el país, en Noruega o Suecia más del 85% de las compras se
hace ya sin efectivo y muchas sucursales bancarias no aceptan ni
ofrecen billetes y monedas.
"Existe una tendencia clara de sustitución del dinero
en efectivo por medios electrónicos; esto impacta cada vez más en los pagos de
pequeño importe, donde el efectivo ha sido hasta ahora predominante, y
tecnologías como el pago contactless, el pago móvil o los pagos card-on-file
(un medio de pago dado de alta por defecto en proveedores online) están
facilitando la transición. En ésta también tienen un rol importante la
regulación y las políticas de los diferentes gobiernos. Esta tendencia
desembocará probablemente en un entorno en el que los pagos electrónicos,
incluso sin dispositivos, desplacen de forma significativa al dinero
físico. Dicho esto, es difícil pensar que el dinero en efectivo, con
nosotros desde hace cerca de tres mil años, pudiera llegar a desaparecer
completamente en todos los lugares del planeta.", explica Carlos Palacios,
director de Estrategia de Clientes de Santander España.
Y las tarjetas de crédito, ¿seguirán existiendo? "Sí,
pero hablaremos más de credenciales que de tarjetas. En el mundo hay más de
3.300 millones de tarjetas Visa, que son credenciales que nos permiten pagar de
manera segura, y las tiendas y comercios que las aceptan lo hacen porque les
otorga confianza. Las tarjetas seguirán existiendo, porque los 16 dígitos del
número PAN que contienen son la base sobre la cual se realiza la tokenización,
pero no siempre será necesario fabricarlas. Podremos llevarlas en nuestros
teléfonos móviles, relojes o integrarlas en market places o dispositivos del
Internet de las Cosas (IoT) a los que autoricemos a través de los tokens para
realizar compras. En España hay más de dos millones de token de Visa activados",
comenta Andrea Fiorentino, Head of Products & Solutions South Europe at
Visa.
La tokenización de los pagos es un nuevo sistema que permite
reemplazar los datos sensibles de una tarjeta bancaria por un código único
identificativo, llamado token, que se emplea durante la transacción digital. De
esta forma, no es necesario exponer los datos reales de la tarjeta de crédito y
las operaciones digitales son más seguras, según explica BBVA.
La desaparición de las tarjetas de crédito también se
antoja cercana. Para las compras en Internet ya existe la posibilidad
de usar tarjetas virtuales, es decir, un medio de pago digital con el que solo
es posible pagar online, ya que no existen físicamente.
BIOMETRÍA
La implementación de sistemas biométricos como forma de pago
está mucho más cerca de lo que pueda parecer. El hecho de emplear factores
únicos en cada persona, como la huella dactilar, la voz o el reconocimiento
facial, convierte a la biometría en una solución de alto rango de seguridad.
En 2018 Visa inició un programa piloto de una nueva tarjeta
de crédito con Mountain America Credit Union y Bank of Cyprus, en la que se
utiliza un sensor de huella dactilar en la tarjeta, ofreciendo una alternativa
al uso del PIN o la firma para autenticar los pagos.
Por su parte, Mastercard aseguró en 2018 que este año todos
sus clientes podrán identificarse a través de la biometría cuando compren o
realicen pagos a través de Mastercard Identity Check.
"El futuro pasa por la adopción de sistemas de pagos
invisibles en los que el usuario entra en una tienda o restaurante y consume
sin tener que pasar por caja. BBVA ya está dando pasos importantes en este
sentido con sistemas como Selfie & Go. No habrá más colas para
pagar...", asegura el responsable de Pagos Globales de BBVA.
Selfie & Go se puso en marcha en la Ciudad BBVA, en
Madrid, a mediados de 2018 y permite a los usuarios de los restaurantes de la
sede del banco pagar sus consumiciones tan solo con mirar hacia las cámaras
situadas dentro de unas cabinas junto a las cajas registradoras. El sistema
identifica el rostro del cliente -previamente registrado en el sistema- y
realiza automáticamente el cargo en su tarjeta para hacer efectivo el pago.
Asimismo, Alibaba implantó en un restaurante de
cadena de comida rápida KFC la tecnología Smile to Pay (Sonríe para pagar),
por la que el consumidor posa un par de segundos frente a una cámara 3D, indica
su número de móvil y el pago se realiza automáticamente.
NUEVOS ACTORES
Apple, Google, Facebook y Amazon se han convertido en nuevos
competidores para la banca tradicional, consiguiendo licencias bancarias
que les permiten proporcionar servicios de pagos. Por otra parte, las fintech
también han entrado a formar parte de este nuevo ecosistema.
"Claramente el mundo de los pagos está incorporando
nuevos competidores más allá de los jugadores tradicionales. Está presión hoy
viene principalmente de las bigtech y de los grandes retailers tradicionales
que pueden posicionarse como iniciadores de pagos", asegura Carlos
Palacios.
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