Las personas que consiguen llegar a lo más alto en una
empresa se les considera profesionales altamente valiosos e inteligentes, pero
eso no significa que no puedan caer en errores comunes. Un estudio llevado a
cabo entre el 1996 y 2014 y cuyas conclusiones se han presentado recientemente
revela que alrededor del 40% de los CEOs de la lista Fortune 500 tienen un
nivel cognitivo superior a la media.
Pero tener una capacidad intelectual superior a la media no
libera a los directivos más inteligentes del mundo de caer en siete de los
errores más comunes en la gestión, desgranados en Inc:
1. Ser demasiado
optimistas cuando el equipo pierde
En 2013 la Universidad de Duke analizó a 1.000 directores
generales y clasificó al 80% de los ejecutivos encuestados como "muy
optimista", destacando sobre la población en general.
En muchas ocasiones este optimismo inherente al CEO es un
valioso activo para la empresa, pero a veces puede ocasionar problemas en la
base y generar rendimientos más bajos entre los empleados. De la misma forma
que un equipo de baloncesto necesita saber el resultado de un trimestre, los
empleados tienen que comprender la realidad de la empresa, donde se destaca
pero también donde se falla.
En este sentido, Joell
Trammer, fundador y CEO de Khorus Software, apunta que el CEO debe ayudar
al equipo a enfrentarse a los desafíos con energía y positividad, pero siendo
consciente y reconociendo el reto que sus empleados tienen por delante.
2. Externalizar la
contratación de talento de recursos humanos
Siguiendo con la analogía deportiva, Trammer compara el
rendimiento de los equipos de baloncesto con el de los empleados de cualquier
empresa. Cuando el experto le preguntó al entrenador de fútbol del club Texas
Tech Spike Dyke por la clavedel éxito de su equipo, reveló que es fruto
"del 75% del talento de los jugadores y el 25% de entrenamiento".
Recursos Humanos es un aliado vital para el director
general, por eso el jefe del Ejecutivo debe asumir la responsabilidad última de
proveer el mejor talento que ayude al equipo a ganar.
3. La insistencia en
tomar todas las decisiones "importantes"
Las decisiones son el combustible con el que las
organizaciones ejecutan las estrategias más importantes y los directivos suelen
tomar la mayor parte de ellas, aunque afecten a todos los departamentos de la
compañía.
Cuando la cuestión a decidir tiene implicaciones en
múltiples áreas funcionales o afecta al personal clave, el CEO debe compartirla
con personas que dispongan de la experiencia y la perspectiva necesaria para
aconsejarlo.
4. Actuar como CEO y
jefe de equipo a la vez
Cuando el director general o CEO se adueña de las
operaciones propias de un área funcional en la organización puede provocar
frustraciones en el responsable del departamento y desvíar la atención del
director general de la visión de la organización. Siempre es bueno intervenir
en momentos críticos, pero no como norma general, ya que debe delegar la tarea
de dirección del equipo a su responsable funcional.
5. Comportarse como
un gestor de datos
El día a día de un CEO está plagado de datos brutos de la
compañía y tendrá que luchar por saber identificar la aguja del pajar y
centrarse en lo que realmente importa.
Debido a lo complicado de la misión, los mejores CEOs
asignan la interpretación de los datos a los líderes funcionales, ya que ellos
tienen mejor experiencia en su área y así se evitan malgastar su tiempo y
potenciar el máximo rendimiento de los equipos.
6. Tener
"favoritos" en la organización
La naturaleza humana tiende a favorecer ciertas personas
sobre otras, pero los CEOs tienen que protegerse y evitar mostrar preferencias
explícitas por un líder o un equipo, ya que el resto de responsables pueden
sentirse como líderes de segunda, cosa que no favorecerá la confianza y
comunicación entre los puestos ejecutivos y de dirección estratégica.
7. No pedir opinión a
la junta
Aunque quede demostrado que el 40% de CEOs poseen una
capacidad intelectual superior a la media, no ejercerán un buen liderazgo si
ignoran las opiniones de los miembros de la junta o los responsables de áreas
funcionales. Por eso se recomienda hacer un seguimiento activo de los
comentarios y sugerencias de todos los directivos, y pedirles proactivamente
opinión sobre los aspectos de mejora en la organización.
Revisar y actuar en las
cuestiones mejorables de la compañía
ayuda a crecer constantemente
como líder.
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