Los cambios en las
organizaciones no pueden ser ocasionales, porque el ambiente evoluciona con
tanta rapidez que la falta de integración con el mismo haría imposible la
supervivencia de la empresa. La necesidad de llevar a cabo un proceso de
cambio, implica utilizar sistemas de gestión que permitan mayor flexibilidad e
integración.
La experiencia muestra claramente cómo aquellas
organizaciones que no han sabido desarrollar una adecuada capacidad de cambio
están viendo reducida su capacidad competitiva de manera significativa. Así
mismo, se observa que ninguna organización, independientemente de su tamaño o
posición en el mercado, permanece inmune a este proceso de cambio.
Las empresas cuya dinámica
se orientan a fomentar su capacidad de innovación en sus procesos y
adoptan una actitud abierta al cambio se posicionan mejor en el mercado. Se
trata de una “innovación continua” que implica que, en las organizaciones que
emprenden este camino, la innovación no tiene un punto final, no se formula
para alcanzar una meta concreta, sino que se incorpora a la propia estrategia
de la empresa, institucionalizándose.
En todo proceso de cambio pueden distinguirse tres momentos:
un momento es la invención, como creación de una idea potencialmente generadora
de beneficios comerciales, pero no necesariamente realizada de forma concreta
en productos, procesos o servicios. El segundo momento consiste en la
innovación cuyo propósito es convertir ideas en productos, procesos o servicios
nuevos o mejorados que el mercado valora. Se trata de un hecho fundamentalmente
económico que, incrementa la capacidad de creación de riqueza de la empresa y,
además, tiene fuertes implicaciones sociales. Y finalmente la difusión, que
supone dar a conocer a la sociedad la utilidad de una innovación. Este es el
momento en el que no solo la organización, sino también la sociedad, percibe
realmente los beneficios de la innovación.
La focalización de la empresa hacia una gama concreta de
alternativas, cuyas prácticas se pueden traducir en Innovación comercial,
aparecen como resultado del cambio de cualquiera de las diversas variables del
marketing. El éxito comercial de un nuevo producto o servicio esencialmente
depende de la superioridad del mismo sobre los restantes y del conocimiento del
mercado y la eficacia del marketing desarrollado al efecto.
La verdadera ventaja que una empresa posee, es su capacidad
para reconocer señales del entorno que le alerten sobre amenazas y
oportunidades, interpretar estas señales y definir una estrategia, adquirir o
generar los conocimientos y recursos tecnológicos que necesite, implementar la
tecnología elegida para aplicar el cambio y, finalmente, aprender de esta
experiencia. La gestión de la innovación, al definir el modo en que todas estas
actividades se integran, se convierte así en un instrumento directivo de
primera magnitud, capaz de contribuir substancialmente al éxito, al desarrollo
de la empresa y su adaptación al cambio.
Para las Organizaciones, como en todo orden de la vida, no
resistirse al cambio implica no tornarnos complacientes. Salir de la rutina del
piloto automático que nos ahorra energía. Salir de nuestra zona de confort.
Gustavo Sarnari.
Autor del libro Marketing + Humano(S) “Fortaleciendo el Potencial y Valor
Humano en la Gestión Comercial de las Organizaciones” – Director Asociado de
Grupo CoSMO y Centro Pyme 2.0 – Co-Editor de Estrategia & Negocios –
Titular de GS Consultora Desarrollo & Educación Organizacional –
Vicepresidente de ACICA Asociación Civil Iberoamericana de Capacitación y
Asesoramiento – Licenciado en Educación y Gestión Institucional por la
Universidad Nacional de Quilmes – TS en Marketing por el IS San Pablo de Villa
Constitución – Posgraduado en Formación Docente con especialización en
Educación Superior por el IS San Nicolás de Bari de San Nicolás.
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