Seguro que muchos
profesionales han tenido alguna vez un jefe considerado incompetente,
entrometido o poco conciliador. ¿No es horrible? Aunque parezca mentira, no
todas las personas pueden ocupar cargos directivos. Y a veces, un cúmulo de
circunstancias puede convertir a un profesional antes competente en un jefe
verdaderamente tóxico.
Up SPAIN, la
empresa especialista en la gestión de beneficios para los empleados, desgrana
los 4 comportamientos de un jefe que pueden convertir cualquier trabajo en una pesadilla,
así como consejos para evitarlos:
1. El jefe que espera
que sus empleados lean su mente
Uno de los errores más frecuentes que puede cometer un líder
es hacer suposiciones acerca de lo que su gente entiende sobre su misión en la
entidad. La claridad y la comunicación son los dos mandamientos más importantes
de un buen jefe, y por eso los mejores líderes comunican todas las novedades o
decisiones con antelación y de forma regular, especialmente cuando sus
decisiones atañen a la solución de problemas o a la gestión del cambio.
Debes ser un jefe lo más transparente posible y dar feedback
cuando sea necesario, proporcionando el apoyo necesario a los empleados y
haciéndoles partícipes de todas las noticias para que ellos no tengan que
adivinar qué pasa por tu mente.
2. El que busca su
propio beneficio personal y nada más
Uno de los mayores factores de desmotivación de un equipo es
un director que solo se preocupa por obtener reconocimiento a expensas de las
personas que realmente hicieron el trabajo. Los mejores líderes hacen un
esfuerzo por asumir las responsabilidades de su equipo cuando hay algún
problema y les ceden el protagonismo cuando se alcanza una meta.
En este sentido, para Up
SPAIN los grandes jefes son aquellos que trabajan activamente para
desarrollar las carreras de sus subordinados directos con el fin de asegurar un
plan de sucesión óptimo para la empresa cuando llegue el momento de retirarse.
3. El que es
completamente impredecible
Hay personas que parecen enemigas de la planificación y
trasladan el caos organizativo a sus empleados, provocando situaciones de
confusión y malentendidos que obstaculizan la realización de las tareas y minan
la productividad del equipo. En cambio,
los mejores líderes son aquellos profesionales que son predecibles: se
anticipan a los problemas, piensan un plan de trabajo, lo comunican y explican
debidamente a su equipo.
4. El que guarda
todos los secretos
Cuando un jefe es poco o nada transparente en la transmisión
de información se crea desconfianza entre los miembros del equipo. Si este
comportamiento perdura en el tiempo, es muy probable que reine un ambiente de
tensión entre los empleados, que acabarán por marcharse al sentirse poco o nada
valiosos para la organización.
¿La solución? Sé honesto y directo con las personas de tu
equipo, incluso en los temas más incómodos.
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