Anteponer los números
a las personas o asumir que la gente es estúpida, entre ellos.
Está claro que la gente perversa absorbe nuestra energía
positiva, pero si esa mala forma de obrar viene dada por gente poderosa, el
asunto todavía es peor.
En los últimos días hemos conocido varios ejemplos de
líderes empresariales que han actuado mal, de una manera moralmente
cuestionable, pero más allá de errores puntuales, hay una serie de hábitos
aborrecibles que describen unos patrones de comportamiento por parte de los CEO
y Directores Generales más odiados por sus empleados.
Ahora, Bill Murphy Jr,
editor ejecutivo de TheMid.com, expone en Inc.com siete de esos hábitos.
¡Toma
nota!
- Anteponer los números a las personas. Los grandes líderes empresariales quieren obtener beneficios, obviamente, pero también deberían querer mejorar el mundo y la vida de quienes les rodean. Los ejecutivos más odiados no siguen exactamente esa hoja de ruta.
- Asumir que la gente es estúpida.
- Prevaricar, algo muy relacionado con ser incapaz de asumir las culpas y de faltar a la verdad de manera continua, haciendo culpable a los demás de sus propios errores.
- Alardear de ello. Definitivamente, uno no puede pensar que la gente es estúpida, mentir y, además, presumir de ello. Meterse en líos, por mucho que uno sea un hombre de negocios rico, no es motivo alguno de orgullo.
- No pedir disculpas tras el error o la polémica. Se honesto, pide perdón, muéstrate arrepentido y propón ideas de mejora.
- Esquivar el fuego, esto es, dar la callada por respuesta o escurrir el bulto cuando hay problemas reales.
- Repetir sus fechorías una y otra vez. La codicia de los hombres de negocios más odiados nunca muere ni se desvanece, así que una vez que hayan curado sus heridas tras una crisis de moralidad o reputación, volverán a las andadas.
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