“Los seres humanos
somos adictos a las historias, son como un simulador de vida: nos permiten
experimentar sin vivir”. La escritora y conferenciante Natalia Gómez del
Pozuelo es una de las españolas que más y mejor ha profundizado sobre el
concepto de storytelling en su aplicación a la marca personal, ese necesario
relato para presentarnos en público despertando la curiosidad sobre los
aspectos que nos interesan.
Todos conocemos el poder de la narración, una tradición que
en buena medida sustenta la evolución del ser humano. Lo que no teníamos tan
claro es que “cada uno tiene una historia personal potente, aunque no haya sido
capaz de identificarla, aunque nunca la haya contado”. Y ese es el reto que
Gómez del Pozuelo nos plantea, un ejercicio de autoconocimiento que dé soporte
a nuestra marca personal.
Tan sencillo. Tan complicado. El objetivo es que nuestra
historia sea lo suficientemente atractiva como para despertar interés en un
mundo dominado por “la economía de la atención”. Ante la saturación de historias
e información, todos nos protegemos, y solo concedemos relevancia -prestamos
oído- a lo que nos impacta, interesa, emociona o divierte.
No te conformes con
ser uno más
De este modo, si sabemos identificar nuestro storytelling de
una forma singular, conseguiremos no ser uno más cuando nos presentemos. No
importa dónde -en una mesa redonda o en una de negociación, en una entrevista
para ser contratado o en una cita profesional, en un evento de empresa o en un
aula lleno de alumnos-, si la historia impacta, ya nadie se olvidará de ti.
¿Cómo buscar tu storytelling?
Gómez del Pozuelo nos ayuda a identificar nuestra historia
personal en un proceso introspectivo que puede resultar tan duro como
enriquecedor. ¿Hace cuánto tiempo que no te miras al espejo? Si estas decidido,
puedes continuar la lectura.
1. Defínete como
profesional en una palabra. Este ejercicio de economía semántica te servirá
para más tarde buscar tu historia, pero antes contrasta la palabra elegida con
la que te ofrecen amigos y compañeros de trabajo, pídeles que concreten en un
único término cómo te perciben.
2. Qué te ha llevado
a hacer las cosas de la manera que las haces. Cada uno tenemos una forma
muy diferente de enfrentarnos a cada reto diario, marcada por nuestra historia
personal. Gómez Del Pozuelo propone que busquemos “esa anécdota que nos hace
profesionales”. No se trata de decir qué es lo que eres. Sino de mostrarlo y lo
explica con el ejemplo de Pablo Pedrido. Este profesional ideó una curiosa
forma de buscar trabajo en los años más duros de la crisis, creando la web
“Rescata a un español”, que proponía una cuenta atrás de 30 días para impedir
que una vez más el talento joven tuviera que hacer las maletas para buscarse la
vida en el extranjero. Al final la idea funcionó, encontró su trabajo y hoy la
experiencia es un ejemplo de storytelling.
3. Cómo contarla.
El esqueleto de nuestra historia va a ser muy sencillo: ‘con mi trabajo ayudo a
las personas o las empresas a…’. Sin embargo, la forma en que lo contamos debe
aportar valor, recreándonos en el modo en que yo -como un profesional único-
presto ese servicio: “Los demás te pagan por solucionar un problema de la forma
en que tú solo lo sabes hacer”.
4. Cómo darle forma.
‘El viaje del héroe’. Es importante que la historia siga un patrón: el
protagonista está en una situación cómoda pero algo le desestabiliza. Comienza
un viaje de descubrimiento en el que se enfrenta a dificultades, lo pasa mal,
pero encuentra algo que le ayuda. Ese descubrimiento le devuelve a la zona de confort
(y además se convierte en el argumento de venta que, de forma implícita, todo
storytelling lleva).
Cualidades
Para que funcione, nuestra historia debe reunir una serie de
requisitos que Gómez de Pozuelo resume en:
- Personal: lo que ayuda a empatizar.
- Original: no puede ser predecible, debe parecer que es la primera vez que se oye.
- Resaltar algún valor moral, a poder ser compartido por una mayoría.
- Auténtica: solo funcionará si está respaldada por una experiencia real.
- Ser identificable: “Creemos que decidimos con la razón, pero en la mayoría de los casos lo hacemos con el corazón”.
- Ser pertinente con el contexto en el que se cuenta.
- Ayudar a reforzar la idea que defendemos.
- Para ser memorable, nuestro microrrelato tiene que transportar al receptor. Debemos apelar a los sentidos, al olfato, al tacto, evocando imágenes identificables y no olvidando el poder del humor. Si lo conseguimos, estaremos generando recuerdo o marca personal, no importa cómo lo llames.
“Cada día más el currículo de uno y otro profesional es más
parecido, todos ofrecen idiomas, han cursado más de un máster, cuentan con
experiencia, pero las empresas pagan a las personas por la forma en que hacen
su trabajo, de un modo único”, resume Gómez del Pozuelo.
Al final, tu storytelling se convertirá en una gran tarjeta
de visita. Recuerda que es importante que sea ensayada, pero aunque repetida no
debe perder su frescura, además debes contar con diferentes versiones que
respetando la idea original sean más largas o cortas, se recreen en unos u
otros matices, según el momento y la audiencia.
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