“El liderazgo es una cuestión de inteligencia, honradez,
humanidad, coraje y disciplina… Cuando uno tiene las siete virtudes todas
juntas, cada una correspondiente a su función, entonces uno puede ser un
líder.” Cita del famoso libro: “El arte de la guerra” de SunTzu. ¿Cuáles son
las limitaciones reales (vicios) de los líderes y la forma de combatirlas con
decisión y eficacia (virtudes) en la realidad empresarial del siglo XXI?
1. Imprudencia.
Síntomas:
- No considera los pros y contras de sus decisiones
- No acepta la realidad tal cuál es
- No valora la importancia de su equipo directivo
- No mide bien sus fuerzas y las de la Organización
- Le cuesta tomar decisiones
- No aplica sus conocimientos a la acción concreta
- No acepta el consejo de los demás
Por el contrario, el
líder prudente:
- Descubre lo positivo y negativo de las decisiones y tiene en cuenta los medios de que dispone
- Es objetivo y actúa con ingenio
- Analiza la realidad y aplica los conocimientos científicos a la acción en las circunstancias de cada momento
- Se rodea de un equipo directivo valioso al que forma, motiva y delega
- Escucha a los que más saben, se asesora
- Conoce bien el proceso de la toma de decisiones, lo que le facilita centrarse en lo relevante y ahorra tiempo y esfuerzo
2. Soberbia.
Síntomas:
- Es incapaz de ser sincero. Envidia a los demás, es muy celoso. Ve enemigos en todos lados
- Se aísla, piensa sólo en él y encuentra la soledad
- Se rodea de personas mediocres para que no le hagan sombra: Rechaza el talento
- Asume tareas que superan su capacidad, queda en evidencia ante los demás y es infeliz
- Se cree el mejor, superior a todos los que trabajan con él: la soberbia rechaza el criterio directivo de la razón. Ni escucha ni aprende nunca a delegar
- Llega a creerse un “iluminado” en la estrategia y la ejecución.
- Usa el poder de forma autoritaria sin convencer
El líder humilde:
- Ayuda a conocerse y aceptarse tal cuál es y de acuerdo a esa realidad diseña su proyecto personal y su rol social
- Valora, respeta y escucha a los demás, les da confianza en sí mismos y les ofrece oportunidades de desarrollo
- Conoce el límite de sus fuerzas y no se cree superior a los demás. Se rodea de talento y lo apoya
- Enseña que no hay competidor pequeño y está predispuesto a pedir consejo y aprender de los demás
- Rectifica sin problema cuando se equivoca
- Vive con mente abierta, es flexible, y tiene siempre los ojos y oídos abiertos.
- Comparte y sabe pedir ayuda. Tiene empatía y trata de entender al prójimo. Sabe delegar sin miedo
- El dirigente humilde otorga el éxito a quien corresponde
3. Impaciencia y debilidad. Síntomas:
- No va de frente. No habla claro ni lo hace a tiempo. Falta de lealtad.
- Pretende conseguir las cosas importantes con excesiva rapidez y sin esfuerzo. Le falta paciencia.No tiene equilibrio en su estado de ánimo.
- Renuncia demasiado pronto ante las dificultades y no valora el esfuerzo y la constancia.
- Traslada la tensión a toda la organización en los momentos difíciles y no la mantiene en los momentos fáciles.
El líder fuerte:
- Mantiene el equilibrio, la confianza y la ecuanimidad ante situaciones complejas y problemas inesperados.
- Transmite serenidad y capacidad de superación en los momentos difíciles.
- Actúa con decisión ante las dificultades y permanece alerta cuando las cosas van bien, sin confiarse.
- Realiza un trabajo sistemático, disciplinado y con un esfuerzo continuo, entrena la “voluntad y la conciencia”
- Se sobreponerse a las múltiples adversidades que se presentan en la vida empresarial
- Comunica, en el momento adecuado y con claridad, lo que va bien, lo que va mal y exige lo que puede dar cada uno.
- Reconoce y acepta los errores propios y los de los demás y corrige lo que sea necesario. Acepta y valora a los demás tal como son.
Sandalio Gómez,
Profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones, IESE Business School.
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