Laszlo Bock es vicepresidente senior de gestión de personas
de Google, autor de libro "La nueva fórmula del trabajo", donde da
algunas ideas para aplicar la cultura de una de las empresas más
revolucionarias para cambiar la forma de gestionar personas y liderar equipos.
Laszlo parte de una premisa, y es que pasamos más tiempo en
el trabajo que en ningún otro lugar, por lo que es ilógico que el trabajo se
convierta en una experiencia desmotivadora o poco humana.
Para él, los empleados son el activo más valioso de
cualquier empresa, y perder a empleados con talento puede ser algo
verdaderamente caro, por lo que incluso habla de despojar de poder a los
directivos y dárselo a los empleados, una visión propia de la cultura de
Google, una empresa que asegura que su éxito ha sido debido al hecho de darle
el poder a sus usuarios. Al menos así lo explicaba Jeff Jarvis en su libro
"Y Google... Cómo lo haría?".
El problema con el que se enfrentan muchas grandes empresas
con respecto a sus mejores empleados, es que sencillamente, no saben
retenerlos, y el dinero parece que no es incentivo suficiente como para que se
queden.
"La gente no se queda por el dinero", decía Laszlo
en una entrevista en Bloomberg, asegurando que más de un tercio de los primeros
100 empleados de Google siguen trabajando en la empresa a pesar de que se
hicieron ricos gracias a la salida a bolsa de la compañía.
Según Laszlo, los mejores talentos se quedan en la empresa
por estos únicos motivos:
1. La calidad de las
personas con las que trabajan.
2. La sensación de
que el trabajo que realizan es significativo.
La gente con talento quiere hacer algo más que hacer dinero,
quieren hacer algo significativo, tener un impacto, un propósito. Y es que
Google, junto a otras empresas, realmente están cambiando el mundo, y cuando
los empleados sienten que están participando en un cambio significativo, llegan
a ser mucho más productivos.
Cuando se habla de las ventajas que tienen los empleados de
Google, suelen nombrarse las comidas gratuitas, poder ir a trabajar en chándal,
salas de juego en la empresa, masajes, tintorería en la empresa... pero Laszlo
asegura que cuando una persona quiere irse de la empresa, no mira este tipo de
cosas, al igual que no mira el dinero. Pero sí miraría con tristeza el hecho de
dejar a un buen equipo de personas y profesionales con los que ha trabajado,
así como el propósito de abandonar un proyecto para cambiar el mundo.
Algo similar decía Steve Jobs, cuando dijo de traerse al
ejecutivo de Pepsi, preguntándole "si quería formar parte de un cambio en
el mundo, o si quería vender agua con azúcar el resto de su vida".
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