La
teoría de la elección racional no nos lleva a ninguna parte en el ámbito de la
dirección, alegan el profesor del IESE Kimio Kase, César González Cantón e Ikujiro Nonaka. Su libro Phronesis
and Quiddity in Management (Frónesis
y quididad en la dirección empresarial)
sostiene que la sabiduría práctica es la clave en el mundo de los negocios
si se tienen en cuenta las cuestiones éticas, emocionales y sociales.
El término "frónesis", que equivale a "sabiduría práctica", proviene de Aristóteles. El otro palabro del libro, "quididad", viene del latin y puede interpretarse como "lo que es", significado con el que lo ha utilizado en sus textos el filósofo japonés Toshihiko Izutsu. Para Izutsu, "quididad" se refiere no solo a la realidad tal como es, sino también como podría ser.
La idea central del libro es que la "sabiduría práctica" en el sentido aristotélico puede proporcionar resultados óptimos en la dirección empresarial si hacemos lo correcto para la sociedad.
Más allá de la teoría de la elección racional
La teoría de la elección racional ha sido ampliamente utilizada en el ámbito de la dirección durante muchos años. Pero a menudo ha sido criticada por presentar la realidad como algo objetivo, fáctico y sin valores morales. En la teoría de la elección racional, las emociones, creencias, personalidad y experiencias vitales no conducen a decisiones racionales, sino que más bien las dificultan.
En cambio, la "sabiduría práctica" es tácita, interpretativa, creativa, moral y se interesa por el bienestar de uno mismo y de los demás, y entre sus componentes están la integridad personal, la virtud y las emociones. Los autores afirman que es la mejor vía para resolver los complejos problemas de dirección de un mundo que cambia a velocidad de vértigo.
Ikujiro Nonaka fue uno de los primeros académicos en prestar atención a la "frónesis" y a la sabiduría de los líderes fronéticos. Nonaka, considerado por el Wall Street Journal como uno de los pensadores más influyentes en el ámbito empresarial, es un pionero de la teoría de generación de conocimiento organizacional y publicó un artículo sobre el tema en la revista IESE Insight.
La sabiduría práctica en el mundo real
Aquellos líderes fronéticos que encarnan la sabiduría practica han alcanzado el éxito en los negocios y resultan inspiradores. Los autores ponen como ejemplos a Sazo Idemitsu, fundador de Idemitsu (la segunda mayor compañía petrolífera de Japón), y Kazuo Inamori, que fundó Kyocera (una empresa de componentes cerámicos y electrónicos) y KDDI (una compañía de telecomunicaciones).
Ambos directivos han prosperado en entornos desestructurados, en los que han aplicado sus sólidos principios y han sabido reconocer las oportunidades que se presentaban.
Sazo Idemitsu previó que el petróleo reemplazaría al carbón como fuente de energía y fue abriendo mercados de forma poco convencional.
Kazuo Inamori inventó el "sistema de gestión en ameba" en Kyocera, al dividir la empresa en pequeñas células flexibles y fomentar un sentimiento de liderazgo entre el personal. Así creó una cultura de confianza mutua y gestión transparente al tiempo que desalentaba las ideas preestablecidas.
Ambos directivos fundaron y dirigieron sus empresas con una idea clara de misión y un gran entusiasmo, preocupándose por sus empleados y contribuyendo al bienestar de los consumidores y la sociedad (incluso aunque esto tuviera un coste para sus empresas).
También confiaron en su intuición y buen juicio, que les llevó a adoptar soluciones sumamente innovadoras. Los autores prestan especial atención a cómo los dos empresarios captan la quididad, es decir, cómo es la realidad en una situación determinada, pero también cómo podría ser.
Implicaciones prácticas
Los autores explican que la sabiduría práctica es producto de la experiencia y la observación, y que hay algunos elementos que pueden ayudar a desarrollarla:
El término "frónesis", que equivale a "sabiduría práctica", proviene de Aristóteles. El otro palabro del libro, "quididad", viene del latin y puede interpretarse como "lo que es", significado con el que lo ha utilizado en sus textos el filósofo japonés Toshihiko Izutsu. Para Izutsu, "quididad" se refiere no solo a la realidad tal como es, sino también como podría ser.
La idea central del libro es que la "sabiduría práctica" en el sentido aristotélico puede proporcionar resultados óptimos en la dirección empresarial si hacemos lo correcto para la sociedad.
Más allá de la teoría de la elección racional
La teoría de la elección racional ha sido ampliamente utilizada en el ámbito de la dirección durante muchos años. Pero a menudo ha sido criticada por presentar la realidad como algo objetivo, fáctico y sin valores morales. En la teoría de la elección racional, las emociones, creencias, personalidad y experiencias vitales no conducen a decisiones racionales, sino que más bien las dificultan.
En cambio, la "sabiduría práctica" es tácita, interpretativa, creativa, moral y se interesa por el bienestar de uno mismo y de los demás, y entre sus componentes están la integridad personal, la virtud y las emociones. Los autores afirman que es la mejor vía para resolver los complejos problemas de dirección de un mundo que cambia a velocidad de vértigo.
Ikujiro Nonaka fue uno de los primeros académicos en prestar atención a la "frónesis" y a la sabiduría de los líderes fronéticos. Nonaka, considerado por el Wall Street Journal como uno de los pensadores más influyentes en el ámbito empresarial, es un pionero de la teoría de generación de conocimiento organizacional y publicó un artículo sobre el tema en la revista IESE Insight.
La sabiduría práctica en el mundo real
Aquellos líderes fronéticos que encarnan la sabiduría practica han alcanzado el éxito en los negocios y resultan inspiradores. Los autores ponen como ejemplos a Sazo Idemitsu, fundador de Idemitsu (la segunda mayor compañía petrolífera de Japón), y Kazuo Inamori, que fundó Kyocera (una empresa de componentes cerámicos y electrónicos) y KDDI (una compañía de telecomunicaciones).
Ambos directivos han prosperado en entornos desestructurados, en los que han aplicado sus sólidos principios y han sabido reconocer las oportunidades que se presentaban.
Sazo Idemitsu previó que el petróleo reemplazaría al carbón como fuente de energía y fue abriendo mercados de forma poco convencional.
Kazuo Inamori inventó el "sistema de gestión en ameba" en Kyocera, al dividir la empresa en pequeñas células flexibles y fomentar un sentimiento de liderazgo entre el personal. Así creó una cultura de confianza mutua y gestión transparente al tiempo que desalentaba las ideas preestablecidas.
Ambos directivos fundaron y dirigieron sus empresas con una idea clara de misión y un gran entusiasmo, preocupándose por sus empleados y contribuyendo al bienestar de los consumidores y la sociedad (incluso aunque esto tuviera un coste para sus empresas).
También confiaron en su intuición y buen juicio, que les llevó a adoptar soluciones sumamente innovadoras. Los autores prestan especial atención a cómo los dos empresarios captan la quididad, es decir, cómo es la realidad en una situación determinada, pero también cómo podría ser.
Implicaciones prácticas
Los autores explican que la sabiduría práctica es producto de la experiencia y la observación, y que hay algunos elementos que pueden ayudar a desarrollarla:
- Aceptar que la realidad cambia y es contingente. Esta aceptación puede ayudar a calmar nuestro miedo al cambio y la inestabilidad.
- Repetir y crear hábitos a la hora de establecer nuestras opiniones para desarrollar la sabiduría práctica. Es posible redescubrir la importancia de la experiencia personal en el campo de la dirección a través de la repetición.
- Utilizar técnicas que nos familiaricen con la naturaleza contingente de la realidad, como la meditación.
- Poner en valor las ideas y virtudes morales.
- Aceptar y valorar las emociones como fuente de conocimiento. Las emociones no se deberían suprimir, sino que deben ser alentadas y canalizadas, al igual que el razonamiento ético.
El
libro propugna que ha llegado la hora de dejar a un lado la teoría de la
elección racional e impulsar una forma más intuitiva de ver y gestionar el
mundo.
Las teorías y la formación empresarial deberían ampliar sus horizontes, de modo que incluyeran la filosofía e incluso la meditación. El objetivo: conseguir líderes que sean conscientes de las cuestiones esenciales de la vida y suficientemente flexibles como para tomar decisiones excelentes desde un punto de vista social, en lugar de buscar únicamente la maximización de los beneficios.
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