El
sistema productivo se ha transformado, y ha cambiado desde un modelo de
empresas menos intensivas en conocimiento (que se basaban en el modo fordista
de producción, donde la inteligencia se concentra en la cúpula y el resto del
personal queda sometido a tareas que conllevan el empleo de la fuerza física o
el desarrollo de tareas repetitivas, sean de tipo manual o no manual), hacia
otro de empresas intensivas en conocimiento, pero que exigen un duro trabajo
intelectual de todo el personal.
Las
empresas son organizaciones complejas. Presentan diferentes profundidades o
niveles de análisis. A partir de ellos se puede reconocer un conjunto de
principios vertebradores o ejes estructurantes (formas soportantes), que son de
distinto orden y rigen la organización de las diferentes instancias. Un
principio vertebrador de las empresas es la competitividad.
Robert
Reich, en su libro El trabajo de las naciones, señala que se está configurando
una estructura ocupacional basada en la existencia de tres categorías de
personal: el de servicios rutinarios, el de servicios personales y el de
servicios simbólicos. Analicemos estas categorías.
Los
servicios rutinarios implican tareas repetitivas. Son tareas estándar en las
que el salario está definido por el tiempo que se dedica. Solo se requiere
saber leer y escribir, manejar la computadora, ser leal, confiable y dejarse
dirigir.
Luego
están los servicios personales, en los que también se cumplen tareas rutinarias
y repetitivas, que requieren poca educación, pero no por eso dejan de ser muy
importantes para la vida cotidiana. La diferencia con los anteriores es que se
realizan cara a cara, por lo que no pueden ser globalizados. Lo brindan los
mozos, cuidadoras de niños o ancianos, empleados de hotel, cajeros, taxistas,
mecánicos, carpinteros, plomeros, técnicos en servicio doméstico, etc. El
salario se relaciona directamente con el tiempo de trabajo o las unidades de
servicio y la tarea se realiza en forma individual o en pequeños grupos y no
necesariamente en el marco de grandes empresas.
Por
último, los servicios simbólicos, engloban tres grandes tipos de actividades
que necesita cualquier empresa competitiva: identificación de problemas, su
solución y definición de estrategias. En este grupo se incluyen los
diseñadores, especialistas en Marketing y estrategia comercial, investigadores
de mercado, publicitarios, comunicadores, ingenieros, científicos e investigadores,
responsables de relaciones públicas. Sus ingresos dependen de la calidad, la
originalidad y la inteligencia de sus aportaciones. Este es el grupo
diferencial para que la empresa sea competitiva. Este es el grupo diferencial
para la generación de Valor. Y esta generación de Valor se realiza en
organizaciones con capacidad de aprendizaje.
Extracción del
libro Marketing + Humano(S) “Fortaleciendo el Potencial y Valor Humano en
la Gestión Comercial de las Organizaciones” de Gustavo Sarnari, a lanzarse
el 15 de Octubre de 2014
Gustavo Sarnari . Director Asociado
de Grupo CoSMO y Centro Pyme 2.0 – Co-Editor de Estrategia & Negocios –
Titular de GS Consultora Desarrollo & Educación Organizacional – Miembro de
ACICA Asociación Civil Iberoamericana de Capacitación y Asesoramiento –
Licenciado en Educación y Gestión Institucional por la Universidad Nacional de
Quilmes – TS en Marketing por el IS San Pablo de Villa Constitución –
Posgraduado en Formación Docente con especialización en Educación Superior por
el IS San Nicolás de Bari de San Nicolás – http://gsconsultora.wordpress.com/
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