Para
muchos, las vacaciones ya están en marcha. Enhorabuena, te las mereces. Ahora
lo importante es que te olvides de tu jefe, de tu trabajo, de tu equipo y de
toda tu rutina diaria que tanto nos va desgastando sin darnos cuenta. Seguro
que ya tienes todo planeado o estás a punto de hacerlo. Si aún estás dando
vueltas a la cabeza… permite que te haga algunas sugerencias por si te pueden
ayudar… ¡Ahí van!
♦ Cómprate
el móvil más barato del mercado, que no tenga “datos” y úsalo para
recibir llamadas “muy necesarias” sólo de tu familia o tus
amigos. Tu Smartphone habitual déjalo en casa, en el lugar más
recóndito posible. Al empezar las vacaciones envíale un WhatsApp a tu
jefe, advirtiéndole que tu mujer y tus hijos te han pedido, que si de
verdad te importa la familia, dejes el dichoso aparatito durante unos días.
Seguro que notarás un alivio que será tu mejor medicina veraniega.
♦ Busca
un lugar de descanso que se parezca lo menos posible a tu hábitat
habitual. Deja atrás el supermercado, la parada del autobús, el colegio de los
niños, el gimnasio, los vecinos… Todo aquello que te pueda distraer de tu
merecido descanso. Pero ¡Ojo!, no pienses sólo en ti. Tu mujer/marido y tus
hijos esperan de ti lo mejor. Las vacaciones son un momento ideal para
recuperar el tiempo perdido. Los planes familiares suelen ser muy
gratificantes. Convierte en realidad ese deseo tuyo cuando dices que la
familia, para ti, es lo más importante.
♦ Resérvate
un rato cada día para ti, para pensar, simplemente pensar. El
silencio también es muy bueno. Durante el curso has vivido momentos de gran
tensión. Infinidad de reuniones, miles de correos, conflictos de todo tipo,
decisiones difíciles… Es posible que hayas estado estresado, siempre al límite,
haciendo muchas cosas en el último minuto… Todo aquéllo, que tú y yo, sabemos
que genera una situación que nos pone al borde de la “crisis”. Ahora es el
momento de la terapia. Dejar volar la imaginación. A veces el silencio es el
mejor camino para encontrar lo que buscas. Pero, insisto, no dejes a tu
familia… Sobran prisas y falta reflexión.
♦ Elige
un par de libros que pienses que te pueden relajar, divertir… No
caigas en la tentación de comprarte el último ensayo del “gurú” de turno. “El
ejecutivo al minuto” o “¿Quién robo mi queso”? están muy bien en la librería de
tu despacho, pero no en tu maleta. Tampoco es recomendable leer la prensa
sensacionalista que nos presentan unos escenarios excesivamente “crispantes”.
Olvida la política, solo trae quebraderos de cabeza. Busca
únicamente lectura que de verdad te distraiga y te haga pasar un buen
rato.
♦ Ejercicio
físico. Es de lo más sano, y sobre todo te deja como nuevo. Muchas veces te
has dicho que no tienes tiempo para el deporte, pero no es verdad. No te falta
tiempo, lo que te falta es fuerza de voluntad y además no
priorizas bien. Ahora tienes una oportunidad de oro. Pon la tabla de
“windsurf” en el portamaletas del coche, o las raquetas de tenis o simplemente
las zapatillas para caminar. El senderismo te permite compaginar el deporte con
tu familia, ya que lo podéis hacer todos juntos. Este deporte mejora las
relaciones, cansa (este tipo de cansancio es fantástico) y abre el apetito.
♦ Comida.
Daros algún que otro homenaje. Es una actividad magnífica para el encuentro con
los amigos, familiares…, pero ¡Ojo al colesterol! Según el Doctor Valentín Fuster, el ideal es una dieta mediterránea, que no se sabe
exactamente cómo protege, pero si se sabe que debe ser muy variada. ¡Ese
aperitivo en el chiringuito de turno! sabe a gloria… Las copillas por la noche
con la pandilla, una delicia… Si además eres un “chef”, ésta es tu ocasión de
oro para deleitar a los tuyos con un buen menú y tu pasártelo como un enano. No
olvides el mandil, las tenazas, las cacerolas…
♦ Se ha
hablado hasta la saciedad de la “zona de confort” en sentido negativo.
Por una vez en tu vida “No salgas de la Zona de Confort”, disfruta de ella. Sal
de la “horma” en las que estás encorsetado y mira el mundo con otros ojos. Hay
muchas cosas bellas a tu alrededor. Un amanecer, una puesta de sol, un bosque,
un acantilado, una ola, unos pescadores preparando sus aparejos, una anciana
sentada a la puerta de su casa… Muchas, muchas cosas… Las vacaciones son una
fuente inagotable de sorpresas…
♦ Relación
con tu pareja. Dicen que las vacaciones, al estar tanto tiempo juntos, no
es la mejor época para solucionar los posibles problemas que pueda arrastrar la
pareja. ¡Falso! Es una oportunidad fantástica. Descansados, sin
agenda, sin prisas… Una vez superado el estrés, las cosas se ven de
otra forma. Aprovecha la oportunidad para salir solos, de hacer alguna que
otra cena romántica, de invitar a los amigos a compartir con vosotros. Los
niños serán grandes cómplices. Situación única para hablar y hablar… Tengo
algún amigo al que las vacaciones han sido su remedio al “desamor”.
♦ No
te olvides de los que no van a poder tener vacaciones. Mucha gente se va a
quedar en casa por circunstancias diversas, y tal vez la económica sea una de
las más fuertes. Hay familias en situación de pobreza, sin un sueldo que entre
en su casa. Todos sin trabajo y con una familia a cuestas… No podemos
olvidarnos de esta gente. Te propongo una idea: dar el 5% del presupuesto de
las vacaciones a alguna asociación, de las muchas que hay hoy, para ayudar a
estas personas que no tienen la fortuna de disfrutar unas vacaciones como las
que vamos a tener tú y yo. Te aseguro, que esta aportación te hará sentirte
mucho mejor. Será la guinda…
No sé si
estas reflexiones te habrán servido de algo, pero por encima de todo: “Te deseo
que seas muy feliz y que hagas feliz a los que te rodean”.
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