El sentido común no es suficiente para decidir
qué quieres colgar en la Red: lo que consideras que es conveniente puede tener
consecuencias irreparables.
CAER EN LA RED. Cameron Díaz y Jason Segel
interpretan en la comedia Sex Tape. Algo pasa en la nube, a Annie y Jay, un matrimonio que
accidentalmente envía un vídeo privado a sus amigos y familiares, provocando
numerosos equívocos.
Si has practicado alguna vez el egosurfing –buscar
tu propio nombre en Google– seguro que no eres el primero ni el último
sorprendido en ver con claridad meridiana fotos, información y referencias cuya
futura trascendencia en el mundo real desconoces. La pareja protagonista de Sex
Tape. Algo pasa en la nube sufre las consecuencias de un vídeo grabado en la
intimidad que, por error, acaba en la nube para mayor regocijo no sólo de
amigos y familiares, sino de todo el mundo.
El qué dirán
Esta ficción, que muchas veces supera a la
realidad, es un reflejo de lo que puede suceder cuando nuestros datos aterrizan
en Internet. En primer lugar, pueden transmitir una imagen
distorsionada de nuestra vida, al menos de la que queremos que los demás
conozcan. Jordi Damiá, consultor de estrategia y socio de Setesca, insiste
en que "hoy ya somos lo que Internet dice que somos". Y, si
no, ¡que levante la mano aquel que no hace una consulta en la Red para buscar
referencias sobre una persona, un destino de vacaciones, una empresa o un
restaurante!
Damiá recuerda que "es tremendamente sencillo
hacerse con un caudal de información en muy poco tiempo". Por eso recomienda
a los profesionales y a las empresas actuar con responsabilidad y sinceridad en
todo lo que comunican.
Andrés Pérez, experto en posicionamiento de marca
personal, apunta que "tampoco conviene preocuparse en exceso por lo que se
cuelga si realmente se está seguro de ello, porque todo tiene varias
interpretaciones. Mi consejo es ir para adelante con tus valores y tus
criterios sin preocuparse en exceso de lo que digan los demás".
La Red permite hacerse con un caudal de
información en tiempo récord
Jordi Tovar, socio fundador de Hub Talent, coincide
en que "no hay que evitar colgar determinada información, salvo la que nos
dicte aquel propósito formalmente asumido por nosotros, es decir, libre y
responsablemente: conociendo nuestra intención, propósito, las consecuencias
que puede comportar y aceptando las mismas". Añade que, una vez más, es el
sentido común el que manda, pero no es suficiente: "La ética y la moral
individuales o colectivas, los sentimientos y emociones se mueven en una franja
muy amplia y borrosa. Lo que puede ser natural, incluso conveniente para
unos, es inadmisible para otros".
Es más que evidente que la Red es un escaparate
difícil de controlar, y las redes sociales son el gran acelerador de la
reputación de las empresas y de los profesionales. Las consultoras de selección
y empresas de trabajo temporal ya recurren a ellas para tantear a sus
candidatos y hasta los cazatalentos, que miraban con suspicacia el entorno 2.0
para dar con el mejor directivo, han sucumbido a su poder como herramienta de
trabajo. El socio de Setesca asegura que "sólo el 30% de las búsquedas
se realiza a través de headhunter, el resto se hace de manera
directa, a veces sin validar ni contrastar los datos. En EEUU nos estamos
encontrando con jóvenes estudiantes cuya candidatura a una universidad es
rechazada por un rastro poco conveniente en la Red".
Apágalo todo y queda con alguien
Escoger la plataforma más adecuada, crear un buen
equipo de seguidores, interactuar con tu red o participar en debates online son
algunas de las bazas que enumera Andrés Pérez, experto en posicionamiento de
marca personal, en 'Te van oír' (Alienta), un libro en el que analiza cómo
sacar partido de los ‘social media’ que"lo cambiaron todo". Sin
embargo, también apuesta por el cara a cara y anima a la gente a apagarlo todo
y quedar con alguien, porque "debes pensar en la red de contactos como en
tu seguro profesional".
Asimismo, Jordi Tovar, socio fundador de Hub
Talent, aboga por una charla cara a cara cuando la ocasión lo requiere. En
caso de cometer un error colgando algo en la Red recomienda "lanzar un
comunicado inmediato de rectificación contundente o tratar de dar la
vuelta al contenido simulando una intención transgresora o provocativa".
No obstante, advierte de que "la velocidad de la comunicación es tan
rápida que siempre será tarde; no resulta una exageración decir que si un
contenido inadecuado aparece en el lugar y momento inadecuados, estamos a un clic del
precipicio". Pérez señala que «todos debemos tener en cuenta que lo
que digamos, bueno o malo, puede ser utilizado en nuestra contra en un momento
dado". Por eso, Tovar afirma que lo más adecuado es "tener muy claro
qué, por qué, cuándo, dónde o cómo y a quién queremos comunicar. Si no podemos
responder a estas preguntas, es mejor abstener la 'incontinencia digital' de la
que tanto podemos arrepentirnos y que tanto puede perjudicarnos".
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