La globalización es un proceso
económico, social, político y cultural que implica la comunicación entre los
distintos países unificando sus mercados, sociedades y culturas.
Los mercados pasan de ser
nacionales a ser globalizados, lo que obliga a las empresas a ser eficientes a
nivel mundial para poder sobrevivir. Esta eficiencia implica menores precios y
mayor calidad en los productos. Las empresas ya no deben fabricar productos
demandados en el mercado nacional sino que el tipo de producto y su cantidad
está condicionado tanto por la demanda interna como por la externa. Las
estrategias de la empresa y especialmente las comerciales cambian completamente
debido al cambio que provoca la globalización.
La segmentación de mercados es
esencial en este nuevo mercado global, ya que el número de clientes
potenciales ha aumentado exponencialmente y la empresa debe seleccionar el
nicho de mercado al que dirigir su producto para adaptar sus características a
los gustos y necesidades de los consumidores. Es imposible no discriminar el segmento
de mercado, ya que al hacerlo identificamos las variables en las que la
empresa puede destacar frente a la competencia a nivel mundial.
La diferencia entre segmentar correctamente
el mercado y no hacerlo puede ser la supervivencia de la empresa,
puesto que ante el mercado globalizado es necesario garantizar que los clientes
están satisfechos con la atención y la dedicación recibida por parte de la
empresa, para mantenerse en ella y no seleccionar otra de la competencia.
Fuente: cerem.es
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