Vivimos en un mundo en donde la
palabra “cambio” define el nuevo esquema de trabajo. Los líderes de las
organizaciones ya no pueden darse el lujo de contemplar o pensar cómo emprender
una transformación, sino más bien decidir cómo actuar para sobrevivir en un
entorno altamente cambiante.
Los procesos de cambio
organizacional suelen traer estrés incluso a las organizaciones más fuertes, y
no es para menos: tomando las estadísticas del libro “Change or Die” (Cambia
o Muere) de Alan Deutschman, aproximadamente nueve de cada diez individuos no
cambiarán su comportamiento incluso cuando su resistencia implique resultados
altamente riesgosos. El autor afirma que aún teniendo la capacidad para cambiar
muy pocos lo hacemos. Esto aplica para todo tipo de situaciones, desde enfermos
cardíacos hasta el criminal que repite una y otra vez en el sistema judicial,
sin dejar pasar a todas las compañías atrapadas en un molde de prácticas de
negocio fracasadas. Un estudio llevado a cabo por la empresa de consultoría
McKinsey en el 2008 nos brinda estadísticas, que aún siendo un poco más
optimistas, no dejan de ser alarmantes: en una entrevista hecha a 3.199
ejecutivos alrededor del mundo se observó la siguiente tendencia: solo una de
cada tres transformaciones organizacionales es exitosa. En el 2010 el profesor
y escritor John Kotter publicó en su página web un video con el título “The
change we need now” (el cambio que necesitamos ahora) en el cual
afirma que tan solo 5% de los procesos de cambio son realmente exitosos.
¿Qué está sucediendo?: rodeados
de presión de responder rápidamente a un mundo cambiante, los líderes necesitan
herramientas para gestionar nuevos retos y mantener las iniciativas que se
emprendan en la organización. El meollo del asunto no se encuentra solamente en
la estrategia, estructura o sistemas. La mejora continua es importante, pero
tampoco basta. El tema central para acertar en un proceso de cambio es la gente
y su comportamiento.
Según el profesor Kotter cambiar
el comportamiento es el reto más importante que tienen los negocios
actualmente. Considerando las estadísticas anteriormente mencionadas, no debe
sorprender esta afirmación, sin embargo, es posible que el cambio se ejecute
exitosamente si se consideran algunos elementos antes, durante y después de
embarcarse en un proyecto de transformación.
HENKA ha tenido la oportunidad de facilitar numerosos proyectos de cambio en
diversas industrias, países y distintos tamaños organizaciones con personal de
todo nivel, desde obrero hasta el comité directivo. El esquema para garantizar
el éxito del cambio no tiene nada que ver con estas variables anteriormente
mencionadas, sino más bien en garantizar que se cumplan las premisas a
continuación:
Antes de emprender el viaje del
cambio:
·
Ningún
proceso de transformación puede arrancar exitosamente si la gente no siente la
necesidad de cambiar. Hay que crear, como bien dice Kotter en su libro “Leading
Change” un “sentido de urgencia”. En este sentido, es clave
comenzar a tiempo. Incluso es ideal que el equipo de cambio comience a trabajar
un par de semanas antes de que arranque el proyecto para ir preparando el
terreno.
·
Crear un equipo adecuado que comparta la urgencia del cambio e identificar
claramente los roles clave de cada uno de sus participantes, de igual manera se
debe aclarar sus tiempos de dedicación al proyecto.
·
Seleccionar un patrocinante (autoridad para cambiar) que se mantenga
activo y visible durante todo el proyecto. En un estudio realizado en el 2009
por Prosci, empresa líder en investigación de Gestión de Cambio, 575
organizaciones citaron “patrocinio poco efectivo para el cambio” como el
obstáculo número uno para un proceso de transformación. ¿Qué sucedió? A
continuación algunos de los hallazgos más relevantes:
o El patrocinante estaba en el
“área equivocada” de la organización (no tenía control sobre la gente impactada
por el cambio)
o El patrocinante no se involucraba
con el proyecto ni se comunicaba con los empleados
o El patrocinante le dio prioridad
a otro tema durante la ejecución del proyecto
Algunas recomendaciones a
considerar durante el proyecto:
·
Tener una visión global de lo que ocurre en la empresa. Los cambios deben abordarse
con una visión sistémica ya que impactan a la organización como un todo: alguna
innovación que se haga en algún área particular de la empresa inevitablemente
impactará otras. En este sentido, es muy importante considerar que no estén
ocurriendo muchos cambios a la vez porque se corre el riesgo de agotar al personal.
·
Ser ágiles en la toma de decisiones: debe estar definido desde el
inicio quienes tendrán el rol de aprobar y validar, así como los mecanismos y
los tiempos que se utilizarán. Los proyectos van a un ritmo más rápido que la
organización, de allí que el proceso de toma decisiones debe acompañar la
velocidad del cambio y no frenarlo.
·
Brindar empowerment (capacidad de hacer/decidir) al equipo de proyecto
o a los directamente involucrados. Deben sentirse dueños del cambio y que los
nuevos procesos ocurrirán en su terreno o área de acción.
·
Celebrar las metas cumplidas: se debe reconocer y celebrar los logros a lo largo
del proyecto para mantener el entusiasmo. En este punto retomamos una de las
sugerencias que Kotter llama los “short term wins” (logros a
corto plazo), los cuales considera como uno de sus 8 pasos clave para liderar
el cambio. En los proyectos de HENKA, por ejemplo se ha celebrado la
culminación/inicio de una fase del proyecto.
·
Comunicar, comunicar, comunicar: las comunicaciones son la clave para alinear la
organización con el ritmo del cambio. No sólo han de estar continuamente
presentes a lo largo del proyecto, sino que deben ser oportunas, coherentes y
adecuadas a cada audiencia. ¿Qué se debe comunicar?: el porqué del cambio,
cómo, cuándo, dónde y a quiénes va a afectar. Todo esto enmarcado dentro de la
visión de la empresa, es decir, haciendo saber a los empleados cómo este cambio
beneficiará en mediano y corto plazo a la organización y su gente.
¿Qué se recomienda hacer después
del proyecto?:
·
Mantener el cambio en la organización a largo plazo: las organizaciones
invierten grandes sumas de dinero en tecnología y recursos humanos para llevar
adelante los proyectos y cumplir con una serie de objetivos trazados, sin
embargo cumplir esto a largo plazo solo será posible si estos objetivos y
acciones se enmarcan dentro de la cultura organizacional, o lo que
comúnmente llamamos “la forma de hacer las cosas”. En un artículo de Kotter
publicado por la revista Forbes en febrero 2011, el autor afirma que muchos
líderes se equivocan al solo considerar las variables operacionales o
financieras cuando hacen grandes cambios, dejando de lado la cultura porque la
consideran como algo “soft” (suave o subjetivo en este
contexto). Sin embargo, en la experiencia de HENKA así como también lo señala
Kotter en su artículo, no ha pasado un proyecto de transformación exitoso en el
cual la cultura de la organización no haya cambiado.
En el futuro se seguirán viviendo
cambios más drásticos que presentarán oportunidades de mejora para las
organizaciones y la manera en cómo generan valor a sus clientes. Hoy más que
nunca los líderes deben apoyarse en herramientas y mejores prácticas para poder
abordar estas experiencias satisfactoriamente. El cambio es inevitable, sin
embargo el éxito es opcional.
Anabella Laya
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