Decidir
cómo tienen que ser las personas que lleven las riendas del mañana, es decir,
cuáles deberían ser sus principales competencias y habilidades, es una tarea
fundamental para las organizaciones empresariales e institucionales de los
países, ya que de este modo podrán preparar y desarrollar la futura generación
de líderes.
Entre las
destrezas que pueden conformar esta base del liderazgo futuro, cabe destacar la
capacidad de aprender, desaprender y renovarse,
así como la colaboración entre los diferentes integrantes del
grupo.
A continuación, se enumeran una serie de habilidades que son necesarias, asociadas a las competencias de los futuros directivos:
- Habilidades interpersonales (inteligencia emocional), que exige una actitud de colaboración y liderazgo compartido.
- Habilidades directivas (experiencia), que requiere una mentalidad global, así como la capacidad de interactuar entre diferentes culturas.
- Conocimientos técnicos (conocimiento), que requiere destreza en el campo de la tecnología.
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