Una de las aportaciones más interesantes a la
teoría del liderazgo ha sido la desarrollada por el conocido psicólogo
estadounidense y profesor de Harvard, Daniel Goleman. En su publicación Leadership
that gets results establece que la verdadera función que define a un
líder efectivo es su capacidad para obtener resultados. Asimismo, define 6
estilos diferentes de liderazgo y cada uno de ellos tiene su origen en
determinado componente de la inteligencia emocional.
Goleman profundiza en la idea de
que los líderes más efectivos no solamente se conforman con seguir uno de estos
estilos sino que son capaces de adaptar su estilo de liderazgo según lo
requiera la tarea, ocasión o situación de su compañía. Esto nos hará comprender
que todos los estilos de liderazgo son necesarios y que es tarea del líder
tener la capacidad de escoger en cada momento el que más se ajuste a las
circunstancias.
¿Cuáles son estos 6 estilos de liderazgo?
Liderazgo Coercitivo: su principal característica es que trata de que su equipo cumpla las tareas que ordena de forma inmediata, utilizando para ello instrucciones concretas y precisas. Abusar de este estilo de liderazgo suele generar un mal ambiente de trabajo y desmotivación entre el equipo, ya que solamente actuarán por miedo a las represalias que se puedan tomar. Debido a esto, únicamente se debería utilizar en momentos muy puntuales como pueden ser las situaciones de emergencia o crisis, en las que la capacidad de reacción inmediata es un factor determinante.
¿Cuáles son estos 6 estilos de liderazgo?
Liderazgo Coercitivo: su principal característica es que trata de que su equipo cumpla las tareas que ordena de forma inmediata, utilizando para ello instrucciones concretas y precisas. Abusar de este estilo de liderazgo suele generar un mal ambiente de trabajo y desmotivación entre el equipo, ya que solamente actuarán por miedo a las represalias que se puedan tomar. Debido a esto, únicamente se debería utilizar en momentos muy puntuales como pueden ser las situaciones de emergencia o crisis, en las que la capacidad de reacción inmediata es un factor determinante.
Liderazgo Visionario u orientativo: este estilo de liderazgo
carismático trata de movilizar a la gente a través de su visión, haciéndoles
ver cuál será su papel dentro la misma. El líder visionario tiene una imagen
clara de hacia dónde hay que dirigirse e intenta que el equipo comparta esta
misma forma de ver el futuro. Suele ser el estilo de liderazgo más efectivo de
todos (fundamentalmente por la mejora que produce en el ambiente de trabajo) y,
por tanto, es el que deberíamos utilizar la mayor parte del tiempo. Es
especialmente recomendable utilizarlo en situaciones de transición importantes
dentro de una compañía en las que sea necesaria una alta motivación e
implicación del equipo.
Liderazgo Afiliativo: se basa en construir lazos
emocionales en el grupo, potenciando así armonía entre sus miembros para la
creación de un ambiente de trabajo agradable. Como podemos comprobar, este
estilo da un gran protagonismo a las personas, en detrimento de las tareas y
objetivos organizacionales. Es especialmente relevante en situaciones en las
que es muy importante la comunicación en el grupo, ya que la gente que se
encuentra cómoda dentro de un equipo se comunica más y tiene más facilidad para
compartir ideas. El principal problema surge cuando las personas que utilizan
principalmente este estilo de liderazgo se enfrentan a situaciones en las que
el rendimiento del equipo o de alguno de sus miembros es inadecuado y deben dar
feedback negativo. Esto se debe a que no suelen dar buenos consejos para
mejorar (p.e: en reuniones de valoración del desempeño), por lo que el empleado
que busque retroalimentación sobre la calidad de su trabajo o consejos sobre
desarrollo profesional puede verse perdido y desatendido.
Liderazgo Democrático o Participativo: se fundamenta en la idea de que
las decisiones se deben de tomar de manera conjunta entre todos los miembros
del equipo. Por ello, las personas que siguen este estilo de liderazgo tienden
a reunirse con frecuencia con todos los miembros de su equipo. Este estilo es
especialmente útil en situaciones en las que el jefe de equipo no tiene una
idea clara de cuál es el enfoque que se debe adaptar ante una situación o en
equipos con niveles altos de competencia.
Liderazgo Ejemplar: el sistema de liderazgo
ejemplar o imitativo se basa en la máxima de utilizarse a uno mismo como
ejemplo para dirigir personas. Normalmente se aplica en situaciones en las que
es importante desarrollar colaboradores que tengan un nivel alto de desempeño,
estableciéndose el líder como ejemplo a seguir. Es especialmente útil cuando
los miembros del equipo se encuentran muy motivados y son verdaderamente
competentes, por lo que no necesitan de una dirección sino de un ejemplo que
marque unos estándares altos. Sin embargo, no es recomendable utilizarlo en
exceso ya que puede deteriorar el ambiente laboral.
Liderazgo Coach: es una tipología de líder que
busca el desarrollo profesional de los miembros de su equipo de trabajo. Para
ello les ayuda a identificar sus puntos fuertes y débiles y a establecer metas
a largo plazo en su carrera profesional. Para ayudarles con esta tarea continuamente
les proporciona feedback y orientación sobre su desempeño profesional.
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