Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

domingo, mayo 03, 2020

Neuroliderazgo, una nueva forma de ejercer la gerencia

Actualmente, el neuroliderazgo se plantea como una disciplina innovadora para la gestión de proyectos, no sólo en lo que se refiere a las habilidades tradicionales que se asocian al rol de líder sino, además, al incorporar otras novedosas como la actividad del cerebro, los procesos mentales, la atención y la memoria, entre otros.

O dicho por el reconocido teórico canadiense Henry Mintzberg: «El neuroliderazgo se centra en cómo los individuos toman decisiones y resuelven problemas en un ambiente social específico, así como en la regulación de sus emociones y las opciones de cambio».

Conceptos sobre el neuroliderazgo

El neuroliderazgo no ha surgido de la nada. Por el contrario, se apoya en recientes investigaciones sobre la actividad cerebral humana, concretamente de la neurociencia, y pretende aprovecharlos al máximo para mejorar los resultados de la acción directiva.

La definición básica de este concepto habla de una herramienta que busca entender los procesos de funcionamiento del cerebro en su sentido más amplio y de esta manera optimizar la labor de dirección de negocios e influir positivamente en el entorno en el que se opera desde el rol de líder empresarial.

De ahí que no parezca raro ver que algunas empresas han empezado a implementarlo en campos como el de Recursos Humanos o la dirección de equipos de trabajo, pues supone una alternativa novedosa ante los métodos tradicionales.

Ahora bien, ¿en qué consiste realmente el neuroliderazgo? ¿Qué principios debes conocer antes de llevarlo a la práctica en tu empresa? Repasemos algunos conceptos básicos que se relacionan de una u otra forma con él:

  • Capacidad de atención:

Está científicamente demostrado que la corteza prefrontal del cerebro se relaciona con la capacidad de resolución de conflictos, la planificación estratégica y la toma de decisiones. Pues bien, en este caso se trata de mantener un adecuado nivel de atención para que de este modo se activen los circuitos cerebrales de dicha zona del cerebro y se enfoquen los asuntos que más atención ameriten.

  • Neuroplasticidad:

Este concepto hace alusión a la capacidad del cerebro para adaptarse a situaciones diversas, así como de regenerarse, reformarse y reorganizarse a sí mismo. Bien aplicada, la neuroplasticidad supone un giro radical en lo que al conocimiento y la experiencia se refiere. De hecho, algunos estudiosos en la materia la consideran una herramienta imprescindible para la adaptación a nuevos entornos, los cambios de hábitos y de percepciones y, en últimas, las transformaciones en la manera de ver el mundo y, claro, de ejercer la labor directiva.

  • Neuroaprendizaje:

Se centra en las distintas maneras en que el cerebro adquiere conocimientos. Según esto, existen dos formas de hacerlo: por asociación o por experiencia. En la primera de ellas lo fundamental es aprender algo partiendo de otra cosa que ya había antes; en la segunda, la experiencia –es decir, el contacto directo con la realidad– es la mejor manera de adquirir conocimientos. Por tanto, un buen líder empresarial debe aplicar estos principios para sí mismo y crear las condiciones para que sus equipos de trabajo lleven a cabo satisfactoriamente el proceso de aprendizaje.

Por último, el neuroaprendizaje es una nueva forma de emprender la labor directiva y el liderazgo, tomando como base la comprensión de los procesos mentales tanto para quien ocupa dichas áreas como para el conjunto de sus colaboradores. ¿Te animarías a probarlo en tu negocio? ¿Qué beneficios crees que obtendrías?


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