Los sueldos en Brasil,
30% más bajos, dañan la competitividad de nuestras empresas.
Intersección de las avenidas Callao y Córdoba, en plena zona
neurálgica universitaria de la Ciudad de Buenos Aires. Se lee en el interior de
una de las esquinas totalmente vidriada: Centro de Talento.
El movimiento de jóvenes que entran y salen del edificio es
incesante y lo camuflarían con una casa de estudios más del barrio, si no fuese
porque en el amplio local los salones están abiertos, sin pizarrones, tarimas
ni división alguna que diferencie a alumnos de profesores.
Sí se nota que alternan, en un mismo plano, asesores y
asesorados. Comparten una inquietud: cubrir los mejores puestos de trabajo sin
que el estatus de cada uno confronte posiciones de poder. El consenso se
impone, ya que las condiciones de reclutamiento de noveles postulantes dejaron
de ser las mismas.
Otro letrero que se ve desde la calle dice: Capital Humano.
Se trata del mismo nombre que lleva una gerencia clave en ManpowerGroup, la que desde 2014 pasó a reportarle a quien desde
mediados de año se convirtió en el cuarto director general local en medio siglo
de la organización líder en búsquedas de personal.
El Centro de Talento
es el núcleo estratégico y se invirtió en él casi US$ 1 millón para modernizar
un modelo de negocios basado en tender puentes a los candidatos a fin de que
entiendan cuáles son los siguientes pasos de carrera, de que desarrollen
potenciales. Lanzó para ello una plataforma global de e-learning que tiene más
de mil horas de capacitación multidisciplinaria, colaborativa, porque todos los
países cargan los programas que desarrollan. Las experiencias argentinas se
usan en México y viceversa.
El desafío que se plantea reside en cómo capacitarse para
estar a la altura de las nuevas demandas y conseguir mejores trabajos con
mejores remuneraciones. "65 % de las tareas que tendrán los chicos que
entran a trabajar de ahora en más, todavía no se inventó. Por lo tanto,
preguntarles sobre los conocimientos resulta insuficiente. Hacia ahí vamos con
la transformación e inversión que estamos haciendo en la compañía y por las
cuales nos están tomando como benchmarking, al estar cambiando la forma de cómo
nos relacionamos tanto con los candidatos como con los talentos activos que son
nuestros empleados", explica Luis
Guastini.
–¿Hasta qué punto la
reforma laboral brasileña, que abarata el costo de la mano de obra 30 %, le
cambió la agenda de prioridades al empresariado argentino en materia de empleo?
–Antes de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y de que se
supiera nada de Brasil, hicimos la habitual encuesta trimestral sobre las
expectativas de empleo entre 800 empresarios y, aun con la cautela que siempre
caracteriza a un proceso preelectoral, resultó que se espera un crecimiento de
8 % para el último trimestre del año. Hay sectores que traccionan muy fuerte,
como la construcción, con casi 24 %, un porcentaje que desde 2011 no se veía,
gracias al impulso de la inversión pública y al regreso del crédito
hipotecario. Y que arrastra a sectores vinculados, como el manufacturero, el
financiero y de seguros inclusive, entre 8 y 9 %.
–¿Es una base para
ilusionarse? –En los próximos trimestres será necesario que aparezcan otras
actividades, pero empieza a notarse que el sector privado, aunque tenga una
mirada cauta, sostiene (75 %) que, por ahora, no va a despedir ni a incorporar
personal. Sin embargo, hay temas coyunturales en la agenda del empresariado
argentino y que van a ser materia de conversación, que figuran en cada uno de
los foros, de los encuentros, acerca de si la Argentina es competitiva o no, y
si habrá que hacer reformas laborales en esa dirección.
–¿Cuál es la posición
de ManpowerGroup en ese aspecto? –Preferimos mirar más la sustentabilidad
del talento que los aspectos coyunturales, aunque también sean necesarios de
abordar. Cuando más de la mitad de los empresarios argentinos manifiesta que
tiene dificultades en conseguir el talento que necesita, se impone dar un
debate más estructural, con profunda responsabilidad sobre cómo hacer para
asegurarlo.
–Pero hoy la
coyuntura vincula la competitividad a los costos. –La competitividad no es
únicamente costo laboral, sino que tiene que ver con un montón de otros
factores y ahí es donde los empresarios tenemos que dar nuestro aporte para
poder pensar hoy. Ya no podemos quedarnos en que hay un ciclo educativo que se
da en los primeros años de vida de una persona y que después con ese bagaje
intelectual puede estar 20 a 30 años trabajando y con eso va a vivir.
–¿En qué punto
estamos actualmente? –Nuestro país está posicionado tercero de abajo hacia
arriba en el ranking que realizamos en ManpowerGroup
entre los países que tienen mejor receptividad y mayores posibilidades de
acceder a los talentos, que son más competitivos. El desafío que estamos
abordando consiste en acompañar los procesos de transformación que están
llevando las organizaciones para que el talento que hay en Argentina sea el
necesario para concretar el proceso de transformación.
–¿Por qué se volvió
tan difícil conseguir talentos? –La velocidad con la que avanza el
conocimiento hace que, a lo mejor, las posiciones que se buscan sean las
mismas, pero el conocimiento necesario para abordarlas sea completamente
distinto: otras competencias, otros conocimientos que en otros años no se
tenían y eso implica que las características de las personas que se necesitan
estén en continuo aprendizaje. Ya no basta que alguien haya estudiado algo hace
cinco años, porque ese conocimiento quedó desactualizado.
–¿Dónde están los
cuellos de botella? –Además de los técnicos e ingenieros, la de finanzas y
contables son una de las posiciones que los empresarios manifiestan tener más
dificultades de conseguir. Antes se buscaba gente que procesara información,
pero como hoy todo está automatizado se necesita que haga inteligencia con esa
información. Hoy se pide conocimiento de big data y quizá lo aprendido hace
tres años deja de servir. Vemos cambios en la forma de salir a buscar el talento.
Antes, cuando hacíamos una entrevista laboral, la pregunta era sobre los
conocimientos, la experiencia en otros lugares y con eso, más alguna que otra
información, se recogía un bagaje que permitía predecir si la persona podía
funcionar o no en la posición a cubrir. Ahora
entra a jugar un factor nuevo, que es la disposición de aprendizaje de cada
uno.
–¿La carrera
tecnológica va dejando un tendal por el camino? –Es cierto que atravesamos
un momento de cambio tremendo como consecuencia de la velocidad en que se
transforma la tecnología, pero para las firmas como ManpowerGroup, enfocadas en el talento y actor fundamental en la
conexión con las empresas, es sumamente esperanzador. Las empresas están viendo que ahí está la
clave de su éxito. La tecnología no destruye empleos, sino que cambia las
formas de inter–relacionamiento y empieza a tener más valor el intercambio
personal. En uno de los estudios que
hacemos preguntamos a los 800 empresarios en el mundo y en Argentina también,
si la digitalización y la tecnología van a impactar en el mercado laboral, en
las nóminas. Y casi 70% responde que sí, pero más de la mitad agrega: va a
hacer crecer nuestra nómina, en cantidad pero en calidad también, y va a
generar oportunidades de trabajo. Es el gran desafío de los empresarios y del
sector público también. Porque como contrapartida, en otro estudio, preguntamos
a los empresarios que buscaban talento si tenían dificultad para conseguir las
posiciones buscadas, y resultó ser que Argentina es el país que mayor tasa de
dificultad tiene para conseguir talentos. La mayor cantidad de empresarios lo
reconocen.
Inversión en talentos
–¿Será ese uno de los
motivos de que haya tanta reticencia a invertir? –Antes una empresa que
tenía mucho capital y una alta concentración de conocimiento era exitosa. Pero
hoy el conocimiento está totalmente atomizado, con lo que la única forma de que
el talento empiece a producir bienes y servicios es conectarlo para generar más
conocimiento. La historia demuestra que cada vez que hubo estas grandes
transformaciones se producen importantes cambios que con el tiempo se van
estabilizando. Se crean nuevas posiciones de trabajo, tal vez con otras
capacidades, necesidades, pero a la larga se terminan compensando. La velocidad actual del cambio abarca a la
población en general y la sitúa en la necesidad de ponerse a la altura de la
nueva demanda de empleo que genera esta revolución. La conexión humana
sigue siendo el factor esencial en esta transformación.
–¿Es sustentable el
talento por sí solo? –La contracara de la sustentabilidad es compliance:
cumplimiento, no sólo de las normas del país, sino de las internas de la
organización. No hay posibilidad de
sustentabilidad y talento sin compliance. Por eso está este trío:
sustentabilidad medio ambiental, compliance y talento.
–¿Puede tomarse como
medida de cambios en las relaciones laborales que el millennial se le plante
hoy a un empleador con exigencias sobre el trato, la flexibilidad horaria, su
vida privada, etc.? –Cuando se toca el tema de los millennials, la generación Z, se suele restringir a una
población minúscula, que está en determinados segmentos de tecnología, de
posiciones administrativas, pero es algo transversal a todas las posiciones.
Antes uno imaginaba un operario de un modo, pero hoy los requerimientos son más
sofisticados y es porque la tecnología atraviesa todas las posiciones. La buena
noticia es que nuestro país tiene el nivel más alto de digitalización, donde se
participa más en redes sociales, más se usa telefonía móvil e Internet, y el
potencial de talento para ofrecer al mundo es enorme.
–¿A qué se debe que
antes el que empezaba a trabajar en una corporación se veía recibiendo las
medallas por antigüedad de plata o de oro y las nuevas generaciones no se
resignan a "hacer carrera" dentro de las empresas? –Los
millennials valoran mucho lo que la empresa le ofrezca en términos de
conocimiento, de aprendizaje, o sea qué van a obtener. ¿Y de quién lo
recibirán? Del jefe. Si no le enseña, si está encerrado en una oficina y no
interactúa con su equipo, por más que le paguen dos sueldos, los mejores
beneficios, no le sirve, porque está pensando que en tres años estará
trabajando en otro lugar y necesita saber que en este lapso aprendió algo que
no tenía.
–¿Doble problema
entonces: conseguir talentos y que no se vayan? –La cercanía entre el jefe
y el empleado, la transferencia de conocimientos, el factor humano, son lo que
determinan que la gente quiera quedarse. Por eso cambia el layout de las
organizaciones, se arman los espacios abiertos, los líderes trabajan de una
manera más cercana, porque la organización se ha dado cuenta de que si no
cambia su cultura, la forma de relacionarse, no se podrán retener los talentos.
Se irán.
Capitalismo humano
Guastini pone su
caso como ejemplo de cómo se concibe una carrera dentro de una organización
sujeta a continuos cambios, para responder como proveedora a las exigencias de
la modernidad. Llegar a una posición como la suya requiere combinar una
altísima capacidad de aprendizaje con la adaptación a las transformaciones que
se van encarando. Constituyen las claves del desarrollo del talento de hoy.
"En 20 años debo haber cambiado de trabajo unas siete veces pero siempre
dentro de la misma empresa, hasta que últimamente ya estaba totalmente
orientado a la estrategia corporativa, la implementación de transformaciones
institucionales: me estaba preparando para ocupar la posición actual",
grafica. "Si durante esos 20 años me hubiera quedado con el conocimiento
que adquirí como abogado en la UBA nunca hubiera podido hacer este desarrollo
de carrera, ni en Manpower ni en
otro lado", concluye. En el plano global, el grupo tuvo cuatro CEO en 50
años y en Argentina también va por el cuarto director general. Abogado egresado
de la Universidad de Buenos Aires Guastini
ingresó en ManpowerGroup en 1996,
en el Departamento de Asuntos Legales y en 2002 fue nombrado gerente del área.
Integra el Comité de Dirección desde que se constituyó en 2008. En julio de
2011 lo designaron director de Desarrollo Corporativo y le reportan en forma
directa las gerencias de Asuntos Legales, Relaciones Laborales, Marketing y Proyectos
Corporativos.
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