Conductas o actitudes
desde rústicas hasta salvajes que pueden generar malestar entre tus compañeros
sin que te des cuenta.
Podrías estar haciendo algunas cosas mal sin darte cuenta. En
torno a esta idea se crearon incluso serie, como The Office (Archivo / NBC).
¿Sentiste alguna vez que tu jefe o algunos de tus compañeros
te odian secretamente? Quizás, sin hacerlo consciente, incurras en alguna
conducta irritante o que viola normas básicas de convivencia.
Si respondiste que sí a la pregunta inicial, revisa la lista
a continuación confeccionada a partir de la asesoría de expertos en relaciones
laborales y etiqueta.
Ser negativo todo el
tiempo
Las personas que en entornos profesionales todo el tiempo
responden a sugerencias o pedidos de modo negativo ("esto no va a
funcionar", "no sé ni cómo empezar", "eso no es para este
lugar") generalmente son vistos como personas poco colaborativas. También
aplica para quienes todo el tiempo se están quejando.
Pocas cosas pueden drenar tanto la energía como lidiar con
gente que permanentemente tiene una actitud negativa frente a cualquier
desafío.
Llegar tarde
La puntualidad es crítica para dar una buena imagen
profesional, pero también como norma general de etiqueta. "La conducta
profesional es llegar a tiempo, ni antes ni después, tal como lo demás están
esperando", según explica la experta en protocolo Rosalinda Randall.
Dentro de esta razón también se incluye llegar tarde 10 minutos o más a las reuniones, un hábito que puede
leerse como una falta de respeto para con los colegas. Su acción repetida se
asocia con una conducta arrogante.
Decir que estás
enfermo cuando no lo estás
Si a menudo llamas a tu jefe para reportarte enfermo y
faltar a trabajar, cuando en verdad no lo estás, inmediatamente generarás
malestar entre tus pares. El uso de licencias debe ser responsable y honesto.
Ser desordenado o
sucio
Si comes una banana y dejas la cáscara largo rato sobre tu
escritorio junto a tres o cuatro tazas de café sucias probablemente enfrentes
la mirada inquisitoria de quienes tienes alrededor. Lo mismo aplica para el
comedor o salas habilitadas para tomar refrigerio. Acaso: ¿estás esperando que
alguien venga limpiar tu desorden?
Mantener un espacio laboral propio ordenador y limpio no
sólo es cortés con los demás, sino que reflejará directamente cómo te comportas
frente al trabajo.
Mostrarse como un
sabelotodo
Desarrollar una actitud pedante en las reuniones o frente al
trabajo de los demás puede ser una de las cosas más reactivas dentro de un
entorno profesional. Generalmente estas actitudes se reflejan en interrupciones
o comentarios permanentes para superar, corregir o, peor aún, reformular un
comentario y apropiarte de una idea ajena.
Construir relaciones respetuosas y sanas es fundamental para
el desarrollo profesional (Archivo / NBC).
Hablar de tu vida
íntima u otras personas
No hace falta demasiada aclaración: discutir a los gritos
sobre tu divorcio, las peleas con tu pareja, detalles de la intimidad o sexo no
sólo es extremadamente poco profesional, sino que te hace ver como una persona
emocionalmente inestable. No es necesario que toda la oficina opine sobre la
relación con tu suegra.
Por otra parte, los comentarios burlones, la murmuración o
las bromas que denotan actitudes pasivo-agresivas, además de irrespetuosas,
terminarán generando malos comentarios sobre tu reputación.
Poner otros en un
compromiso
Hay personas que en el trabajo venden cosas (rifas,
porciones de torta, galletas...) o bien que recorren los escritorios pidiendo
firmas, horas de voluntariado o donaciones. Si bien el activismo por una causa
nobles es una actividad positiva, el trabajo no es el lugar ideal para hacerlo
dado que estas acciones pueden poner a los compañeros de trabajo "en un
compromiso" o hacerlos sentir incómodos.
Fanfarronear
Si estás orgulloso de un logro es normal que quieras compartirlo,
pero si lo haces de un modo inapropiado puede volverse en tu contra. Regla de
oro: si dudas como hacerlo, intenta siempre con la humildad.
Las actitudes más arrogantes pueden ser: utilizar "tono
de superioridad", contarle a todo el mundo tus logros, señalar fracasos de
otros y no decir "gracias" cuando te felicitan.
Ser ruidoso
No es un pecado escuchar música mientras trabajas, pero no
es para nada cortés obligar a los demás que hagan lo mismo. Utiliza auriculares
y asegúrate que si el volumen está alto no sea escuchado por todos.
Ser ruidoso especialmente en oficinas abiertas afecta la
capacidad de concentración de los demás.
Hacer muchas llamadas
personales
Pasar horas y varios momentos hablando con familiares,
amigos, chateando en Facebook o Whatsapp no sólo es poco profesional, sino que
en algunos casos podría ir contra las normas básicas de trabajo de tu empresa.
Ser grosero
Hablar cotidianamente de modo vulgar incluye: decir malas
palabras, utilizar metáforas inapropiadas o frases discriminatorias,
estereotipar a los demás o incluso utilizar adjetivos despectivos. Esta forma
de comunicarte no sólo es poco profesional, sino que podría afectar la relación
con tus compañeros o hasta generar una queja formal en Recursos Humanos.
Evitar todo tipo de
contacto social
Si bien no es una conducta estrictamente descortés, una
forma estratégica de relacionarte en un ambiente profesional es acudir a
eventos sociales: reuniones o fiestas organizadas por la empresa o salidas con
tus compañeros. Cada tanto puedes asistir a alguna para no ofrecer una
impresión antisocial o de que no eres parte del equipo.
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