Al terminar un programa de capacitación se suele preguntar
por la satisfacción de los participantes. Es un concepto amplio y como tal
puede conectarse con haberla pasado bien, haber aprendido algo útil, algo
interesante, o una combinación de los tres. El concepto edutainment -la educación como forma de entretenimiento- refleja
cómo diferentes fuentes de satisfacción pueden ir de la mano. Sin embargo,
también dispara preguntas sobre cómo la capacitación impacta en la
organización.
¿Puede la capacitación mejorar el clima laboral? La
respuesta afirmativa de un profesor de una escuela de negocios puede ser
tildada de parroquial. Por eso vale la pena pensar en cómo se produce este
impacto de mejora y qué factores lo condicionan.
El primer efecto es
el emocional. Se siente bien cuando una organización invierte en su
personal para lograr mejoras o prepararse para el futuro. Las capacitaciones
grupales y presenciales dan la posibilidad de encontrarse con colegas que no
conocías y compartir una experiencia fuera de la rutina. Si además la temática
de la capacitación o el instructor son inspiradores, el impacto emocional puede
ser significativo.
No obstante, el efecto emocional tiene varios problemas. Uno
de ellos es que no todos nos emocionamos de la misma manera. Por ejemplo, una
capacitación en el uso de una tecnología de producción más eficiente puede
generar en una persona optimismo respecto de su futuro, mientras otra puede
sentir que pronto habrá desvinculaciones.
El segundo efecto de
la capacitación es el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes.
Esto contribuye al clima laboral cuando la formación nos ayuda a trabajar
mejor. Es decir, en vez de lograr satisfacción por "estar bien", se
genera un estado positivo porque voy por un buen camino, porque contribuyo a
que el equipo o la organización logren sus objetivos.
La construcción de un clima organizacional positivo a partir
del desarrollo de capacidades individuales tampoco se encuentra libre de
inconvenientes: designar a algunas personas para que se capaciten puede generar
una sensación de injusticia en los que no fueron seleccionados. Esto finalmente
repercute negativamente sobre el clima organizacional.
Clima organizacional
Finalmente, la
capacitación puede tener un efecto sobre el clima organizacional a través
de la construcción de capacidades organizacionales. Por ejemplo, para una
empresa petrolera o una aerolínea la seguridad es un valor importante que se
convierte en capacidad organizacional a través de las actitudes y conductas de
sus empleados. La capacitación orientada a concientizar a las personas de los
riesgos contribuye a la creación de un clima organizacional con foco en la
seguridad.
Este tipo de climas organizacionales específicos se definen
en función de la actividad y la propuesta de valor de la organización. A
diferencia de la cultura que comprende los fundamentos y los valores de una
organización, un clima organizacional específico hace referencia a la
percepción compartida entre empleados sobre las políticas, prácticas y procedimientos
que sostienen una capacidad organizacional. Si un clima organizacional
específico contribuye a que la organización funcione mejor, es probable que
también tenga un impacto positivo en el estado de ánimo de sus integrantes.
Si bien la conexión entre la capacitación y el clima
organizacional general a través de las capacidades organizacionales es la menos
directa, si se logra, es duradera y compartida. El camino a transitar es
difícil y no siempre se logran los resultados esperados. Para los menos
decididos, una solución tramposa: medir el clima organizacional directamente
después de una capacitación para captar la emoción, y solo encuestar a los que
fueron capacitados. ¡Éxito garantizado!
Michel Hermans, es profesor de RR.HH. en el IAE Business School
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