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martes, septiembre 06, 2016

La tormenta perfecta que sufrirá el empleo en cinco años, según los sabios de Davos

Los investigadores del Foro Económico Mundial han elaborado un informe sobre el estado del mercado laboral en sólo cinco años: se perderán 5 millones de puestos de trabajo para siempre.

El futuro de todos los puestos intermedios de oficina es incierto.

“La cuarta revolución industrial ya está aquí y, como no espabilemos, su impacto social va a ser mayor que el de todas las anteriores”. Esta es a grandes rasgos la principal conclusión de un abultado informe sobre el futuro del trabajo que han elaborado los investigadores del Foro Económico Mundial, más conocido como el Foro de Davos, de cara a su inminente Asamblea Anual.

El documento, que sin duda será uno de los ejes sobre el que girarán las conversaciones de los líderes empresariales, políticos e intelectuales que se reunirán a finales de este mes en la localidad suiza, reúne la opinión de los expertos de Recursos Humanos y directivos de estrategia de las más grandes compañías del mundo.

En su opinión, hay seis factores que determinarán el futuro del trabajo, y más vale que ciudadanos, empresarios y políticos los tengan en cuenta, si no queremos que el paro sea mucho más intenso y duradero de lo que hemos conocido hasta la fecha.

1. En 5 años sufriremos una tormenta perfecta

En sólo un lustro, la disrupción tecnológica interactuará con otras variables socioeconómicas, geopolíticas y demográficas para generar una tormenta perfecta que hará que el mercado laboral salte por los aires.

El desarrollo tecnológico en campos previamente inconexos como la inteligencia artificial y el aprendizaje por refuerzo inverso, la robótica, la nanotecnología, la impresión 3D, la genética y la biotecnología, se está interconectando y amplificando entre sí.

Paralelamente a esta revolución tecnológica, se están desarrollando ya un conjunto de cambios socioeconómicos, geopolíticos y demográficos más amplios, como el auge del teletrabajo, el aumento de la clase media en los mercados emergentes o el cambio climático, que en conjunto suponen un impacto casi equivalente al de los factores tecnológicos.

2. Habrá nuevos oficios, pero no será suficiente

Durante toda la historia de la Humanidad los avances tecnológicos han acabado con determinados empleos y han creado otros, pero pocos dudan ya que en los años venideros la destrucción de profesiones vaya a ser mucho mayor que nuestra capacidad para crear otras nuevas.

Según el informe de Davos, los cambios tecnológicos y demográficos destruirán más de siete millones de puestos de trabajo antes de 2020, dos tercios de los cuales serán rutinarios trabajos de oficina, como la mayoría de roles administrativos. También se espera que sufran mucho los empleados en procesos de fabricación y producción, pero estos tienen un poco más de margen para mejorar su cualificación, por lo que podrán optar a una reconversión si reaccionan a tiempo.

Cierto es que se crearán también dos millones de nuevos oficios en campos relacionados con la informática, las matemáticas, la ingeniería y la arquitectura, pero basta hacer una sencilla resta para ver que no serán suficientes. Más de cinco millones de personas se irán al paro para siempre.

3. Quien no estudie ciencias lo tendrá crudo

Según los directivos participantes en el informe del Foro de Davos, tres tipos de trabajo acapararan gran parte de las nuevas contrataciones en los tiempos venideros, en casi todas las industrias y países:

Uno es el rol de analista de datos, que las empresas potenciarán esperando que el manejo de la cada vez más voluminosa información disponible les ayude a generar estrategias con las que sortear la disrupción tecnológica.

La mayoría de los nuevos trabajos requerirán formación en ciencia, 
tecnología, ingeniería o matemáticas. Son malos tiempos para las letras.

Otro es el empleo como agente de ventas especializado, estos comerciales tendrán que explicar las nuevas ofertas de las compañías a sus clientes, que no van a estar familiarizados con sus servicios.

En último lugar, las empresas necesitarán un nuevo tipo de directivo que pueda orientar a la compañía a través de todos estos cambios y disrupciones.

Los expertos consultados creen que la mayoría de estos puestos requerirán una formación en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas (el tipo de habilidades que los expertos agrupan bajo el acrónimo STEM). No parece por tanto un buen momento para estudiar una carrera de Humanidades –aunque hay quienes piensan justo lo contrario–.

La de matemático es ya una de las profesiones más demandadas y mejor pagadas.

4. Las empresas no cubrirán todos los puestos

Según el informe, dada la disrupción general que experimentarán todas las industrias, no es de extrañar que aumente la demanda de informáticos, matemáticos, arquitectos e ingenieros, así como la competencia entre ellos. Pero dado que no todo el mundo puede desempañar su rol, habrá muchos puestos imposibles de cubrir, pese a los enormes niveles de desempleo.

Encontrar maneras de retener a los mejores talentos será una prioridad para todas las empresas. Incluso en los campos laborales en los que se va a destruir empleo, los roles serán cada vez más especializados, haciendo que sea más difícil cubrir los puestos si las habilidades y la educación de los trabajadores no evoluciona.

5. Todos tendremos que reciclarnos

En casi todas las industrias, el impacto de la tecnología acortará la vida útil de las habilidades de los trabajadores, que tendrán que formarse durante toda su vida. Es más, en este nuevo entorno, los cambios en el modelo de negocio se convierten de forma inmediata en un cambio de las competencias demandadas, sin apenas tiempo de transición. Incluso en los trabajos cada vez menos demandados se requerirán habilidades inexistentes hasta la fecha.

Más de un tercio de las habilidades básicas que demandarán las empresas en 2020 no se consideran cruciales a día de hoy. Además, cualquier destreza técnica tendrá que ser complementada con fuertes habilidades sociales y de colaboración.

6. Una lenta reacción agravará el problema

La amenaza de la automatización puede convertirse en una profecía autocumplida si empleados y empleadores no abordan el problema desde hoy mismo. Según el informe de Davos, si no nos anticipamos a la amenaza, tendremos que estar dispuestos a pagar un altísimo costo económico y social. Y los líderes empresariales, aunque son conscientes de que vienen curvas, no están actuando de forma contundente para prevenir el desastre.

Sólo el 53% de los directores de Recursos Humanos consultados para elaborar el informe confían en la estrategia de su empresa para enfrentarse los próximos años a los cambios en el mercado laboral. Al mismo tiempo, los trabajadores menos cualificados podrían sufrir un despido sin ninguna posibilidad de reciclarse para desempeñar otra función.

La automatización de procesos en los almacenes hace que una persona 
haga hoy el trabajo de cientos de operarios del pasado.

Conclusión: necesitamos una nueva mentalidad

Según los autores del informe, para evitar el desastre debemos apostar por una revolución del talento: y las empresas, acostumbradas a ser consumidores pasivos de trabajadores talentosos, son las primeras que deben fomentarla si no quieren perder el tren del progreso.

Las empresas tendrán que apostar por el desarrollo del talento como pilar mismo de su crecimiento futuro. Más complejo si cabe es el papel que deberán cumplir los políticos, que deberán liderar un cambio en el sistema educativo y la regulación del mercado de trabajo, que llevan décadas de retraso en muchos países. Y a todos nosotros, como trabajadores, no nos quedará otra que desarrollar nuestro talento, abrazando aunque nos pese el aprendizaje permanente. 

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