A la hora de pensar
cómo será el trabajo en los próximos años, podemos encontrar una posible
respuesta en una conocida ley los dilemas aparentes: el gris puede ser tan
blanco o tan negro tanto como se quiera ver.
De algo estamos seguros y sabemos: el cambio se acelera, no se puede
evitar. El dilema surge cuando tratamos de pensar cómo será el trabajo en el
futuro, por ejemplo en el 2020.
Por cierto, habrá cambios, pero no todos los puestos de
trabajo cambiarán con la misma velocidad en la cual observamos que la curva del
progreso lo hace de manera geométrica.
Aclarado que muchos puestos tenderán a mantener su forma
tradicional en un ciclo de tiempo cuyo abanico abarca el 2020, surgirán cambios
que se pueden predecir con bastante seguridad que serán en los casos afectados
en tres aspectos fundamentales:
La forma de trabajar:
Personas teletrabajando parcial y en casos específicos de
manera full time. Prácticas que favorecerán cada vez más el worklife balance y
estructuras de trabajo más flexibles en cuanto a su conformación y
participación, a través de proyectos o programas.
El trabajo en sí
mismo:
Puestos nuevos que las empresas requieren para dar
respuestas a sus necesidades, impulsadas fundamentalmente como resultado de los
avances del proceso tecnológico, tal así como surgieron posiciones
relativamente nuevas como ser las relacionadas a través de internet con los
canales virtuales, redes sociales, gamifications, etc.
Adaptaciones:
Las cuales tanto las personas como las empresas en sí, en el
marco de la oferta y demanda del mercado laboral, deberán abordar desde sus
propios intereses y necesidades.
Se acabó la idea de pretender o esperar que los postulantes
y el mercado laboral se adapten a las necesidades de las empresas. Esto no
existe como tal, es un aspiracional donde intervienen factores socio-políticos,
demográficos y culturales donde las
empresas saben que deben ser ellas, como parte de un sistema abierto y adaptativo,
las que tendrán que entender que el mercado laboral es el resultado de lo que
las sociedades generan y las empresas pocas veces resuelven por sí mismas y
esperan que un proceso de selección les aporte a los trabajadores ideales que
definen a través de sus perfiles.
Respecto a este último punto, creemos que es donde más se va
a notar un cambio en la forma de trabajar, producto de que las empresas deberán
profundizar adaptaciones internas y culturales que en pos de atraer, retener y
motivar al talento humano que necesita el mercado laboral conforme a cómo se
proyecta, sumando activamente a la nueva generación Z y a la ya presente de los
Millennials, los cuales harán que muchos cambios se aceleren. Muchas personas
de la generación X serán los jefes de las restantes generaciones.
Otro tema que se
observará con rasgos más marcados, es todo lo relacionado con los aspectos de
inclusión social, cambiando de esta
manera el conocido sociograma de una empresa, que producto de culturas más
tradicionales y con fuerte sesgos discriminatorios, nos encontrábamos con
colaboradores discriminados por cuestiones de género, edad, religión que no
tenían mucha oportunidades en las organizaciones, mucho menos voz y voto y no
aplicaban a una determinada demanda.
Hacia el 2020 veremos profundizarse el cambio que impactará,
como bien decíamos, en la forma de trabajar impulsada por las propios
trabajadores. No nos referimos solo a si se deja de usar la corbata o se
arremangan las camisas y se pueden observar tatuajes o vestimenta no
convencional en los lugares de trabajo, sino que la prevención de accidentes, el cuidado por el medio ambiente, la
responsabilidad social empresaria, la domótica y automatización seguirán marcando, controlando y
determinando muchos aspectos de la rutina y privacidad y no sólo en el trabajo.
Estos serán factores que determinarán y orientarán la elección de muchas
personas sobre dónde querrán trabajar.
El dilema aparente al que hacíamos referencia, se centra en
si serán las empresas las impulsoras de estos cambios o serán los trabajadores
los que impondrán con sus aptitudes, actitudes y características la oferta
laboral. Es acá donde el gris será tan blanco o tan negro como se quiera ver,
tanto del lado de la demanda como de la oferta laboral: empresas adaptándose
para que el trabajador del 2020 le permita cumplir sus objetivos
organizacionales y trabajadores adaptándose a las nuevas demandas.
Estos procesos adaptativos no son globales ni mucho menos
perfectos, sí perfectibles y eso dependerá no sólo de las empresas y los
trabajadores, sino de todo el sistema del cual forman parte y en esto hacemos
referencia a la familia, el estado, los sindicatos, las escuelas,
universidades, las cuales ayudarán a moldear con sus acciones e inacciones,
aciertos y desaciertos el trabajo tal como hoy podemos describir.
Miguel Terlizzi, director
general de HuCap y autor del libro El Método RESE – Resultados Extraordinarios,
Sustentables y Equilibrados.
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