¿Has tenido la sensación últimamente de que todo el mundo
tira de ti y además lo hace desde posiciones opuestas? ¿Qué por mucho que le
dediques horas…terminas el día con la impresión de que no estás llegando a
todo?
Una de las consecuencias de la crisis económica que empezó
en 2008 ha sido el aumento de presión sobre los líderes. Esta presión viene
tanto desde dentro como desde fuera. Desde fuera porque los colaboradores
tienen menos recursos y deben alcanzar objetivos iguales o superiores que
antes, los compañeros que se encuentran en el mismo nivel dentro de la
organización acaban compitiendo contigo por el mismo motivo que antes, recursos
escasos. Los clientes no son menos y cada vez exigen más a quien le compran, y
los proveedores traspasan parte de la presión que ellos mismos reciben. A todo
ello no nos podemos olvidar de nuestros N+1, quienes muchas veces también
traspasan parte de la presión que reciben desde más arriba.
Pero esta presión no sólo ocurre en el mundo laboral,
también en la esfera personal. Fruto de todo lo anterior las agendas se
complican en exceso y uno tiene la sensación de que lo urgente acaba pasando
por delante de lo importante y no se puede atender a todo aquello a lo que uno
cree que debe atender.
Lo anterior explica, en parte, porque sentimos presión desde
fuera. Pero lo cierto es que también sentimos más presión desde dentro. Porque
cada uno de nosotros tiene sus intereses, necesidades, motivaciones,
aspiraciones…y cuando uno se encuentra “en el ojo del huracán” lo primero a lo
que uno suele renunciar es justamente a todo esto. Pero justamente atender esas
aspiraciones, necesidades, intereses…es lo que nos ayuda a generar la energía
necesaria para poder hacer frente al resto de presiones.
La consecuencia de la presión interna y externa es que, en
primer lugar, nos sentimos como en las preguntas que abren este blog. Y la
segunda, es una disminución directa de nuestro nivel de desempeño laboral y una
mayor dificultad para hacer frente a los compromisos que en otros ámbitos nos
gustaría atender.
Ante esta situación, experiencia y evidencia científica
coinciden (como no podría ser de otro modo), en que sólo hay una manera hacerle
frente. Lo que se necesita hacer es parar, tomar perspectiva y resetear nuestro
auto-liderazgo.
Si uno busca las traducciones al castellano de la palabra
“reset”, encontrará que una de las acepciones del diccionario es “volver a
encajar”. Y justamente de eso es de lo que se trata. De volver a encajar las
piezas de nosotros mismos y darles una dirección, un foco. Estudios han
demostrado que el nivel de desempeño de las personas aumenta cuando existe
mayor armonía en nuestra vida, es decir, cuando existen menos tensiones
internas y cuando sabemos gestionar mejor las tensiones externas.
Este proceso de resetear tu liderazgo empieza, como hemos
dicho ya, por parar, tomar un poco de perspectiva, y entender el contexto
interno y externo que te rodea. Sin entender que nos está pasando dentro y
fuera de nosotros no nos podremos volver a enfocar pertinentemente.
El segundo paso es dedicar tiempo a pensarnos. Ser capaces
de identificar cuáles son nuestros valores principales que nos definen como
personas, qué nos mueve de verdad, qué necesitamos, qué nos interesa, qué nos
da energía y qué nos la quita y lo más importante de todo, qué propósito
pretendo alcanzar en los próximos tiempos (y que cada uno decida cuan largos o
cuan cortos son esos “próximos tiempos”). Sin un propósito claro, es muy
difícil poder discriminar entre lo urgente y lo importante, y la consecuencia
es que nos volveremos a encontrar como describíamos al inicio de este blog. Ser
capaces de identificar ese propósito es el paso fundamente para empezar a
auto-liderarnos. Porque entonces tendremos un foco y una dirección que seguir.
El tercer y último paso consiste en desplegar ese propósito
en, al menos, cuatro dimensiones clave de nuestra vida. Será muy difícil que
logremos alcanzar el propósito sólo desde una de las dimensiones. Sería
exigirle demasiado a nuestro trabajo que nos sirviera para realizarlos
completamente como personas. También, seguramente, pasaría lo mismo si se lo
pidiéramos solamente a nuestro entorno relacional, familia y amigos. Por lo
tanto, lo que aquí proponemos es que seamos capaces de hacer un ejercicio de
construir la estrategia que logre alcanzar el propósito que antes hemos
identificado, hilvanándolo a través de cuatro áreas fundamentales de nuestra
vida, tal y como propone Stewart Friedman en su libro Total Leadership:
- Yo: donde nos centraremos en nuestras aspiraciones, deseos, objetivos, intereses, necesidades, todo aquello que yo necesito para mí.
- Relaciones: donde nos centraremos en los objetivos que queremos alcanzar con todas aquellas personas con las que tenemos relación, sea del tipo que sea, ya sean familiares, amigos cercanos, compañeros de trabajo, etc.
- Trabajo: donde nos plantearemos cuales son los objetivos y retos que yo quiero lograr en la dimensión laboral.
- Sociedad: El mundo en el que vivimos lo construimos entre todos. Si nosotros no nos ocupamos de lo que pasa a nuestro alrededor, nadie lo hará. Y además, estudios científicos han demostrado que cuando uno dedica tiempo a trabajar, normalmente de forma desinteresada, para contribuir a mejorar su entorno más cercano, eso tiene un impacto muy, muy positivo en nosotros (a través de mayor bienestar, de mayor sentido de pertenencia a una comunidad, mayor nivel de endorfinas…).
El proceso de Reset Leadership lo que propone es crear un
espacio para poder volver a encajar las piezas de nuestro puzle y así lograrle
dar la direccionalidad que queremos, realizando un ejercicio de auto-liderazgo.
Marc Correa es Doctor en Administración y Dirección de
Empresas por la Universidad Ramon Llull. Licenciado en ADE en el IQS
(Universidad Ramon Llull), Investigador post-doctoral y profesor visitante de
la University of San Francisco, así como Diplomado en Gestión de Personas y
Dirección de Equipos en ESADE Business School y Diplomando en Desarrollo de
Organizaciones en Columbia University. Es director académico del área Custom
Program de ESADE Executive Education, profesor en diversos programas como el
MBA, MMBA, EMBA y el programa de Liderazgo de Personas y Gestión de Equipos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario