Experiencias

Rodolfo Salas: Facilitador y potenciador sobre conocimientos de liderazgo, estrategia, marketing y gestión de los negocios.

Fortalezas: Dirigir, inspirar e integrar a otros con una gran energía, Aceptar cambios de forma positiva, Desarrollar relaciones con otros, Ser más visible y Tener un alto grado de compromiso.

domingo, enero 24, 2016

5 hábitos imprescindibles para después de los 40

Con la llegada del cuarto siglo de vida, la experiencia y la madurez sobran pero a veces falta internalizar algunos hábitos claves para llegar al éxito. A los 40, hay que dar y pedir feedback sin tapujos y no mezquinar los elogios.

Para cuando llegamos a los 40 años ya no quedan dudas que tenemos la habilidad, la red de profesionales y la reputación para ser un excelente jefe o un gran manager. Para eso tenemos que empezar a aprender nuevas habilidades más enfocadas en la gestión de grupo y el liderazgo que en el crecimiento o el aprendizaje. Cuando se llega al cuarto de siglo hay que aprender las habilidades que permiten cristalizar toda la experiencia y la reputación que ganamos. ¿Cómo se hace?

Escuchar a los empleados

Cuando ya tenemos un piso de experiencia y confianza, sabemos que escuchar es fundamental. Ya no es una molestia escuchar críticas o sugerencia. Por eso es clave establecer líneas de comunicación abiertas. Fundacional reunirse con los subordinados directos individualmente para discutir sus metas a corto y largo plazo, las habilidades que están construyendo, y cómo se puede apoyarlos mejor. Asegurarse de que sus objetivos están alineados con el propio y los del equipo.

Dar, y pedir, feedback

En la misma línea, la experiencia brinda humildad para saber que nos podemos equivocar y conocimiento para dar consejos y críticas con fundamento. Muchos managers jóvenes son reluctantes a tener conversaciones sobre el rendimiento de un producto o un proyecto porque creen que es conflictivo y además no tienen experiencia manejando la situación. Los años de trabajo dan la cintura necesaria para criticar y escuchar críticas.

Aprender a distanciarse, al menos un poco

El paso de los años trae muchos beneficios que los menos experimentos no pueden tener. No sólo la experiencia laboral específica sino también las vivencias, los errores, la red de contactos, etcétera. Por lo tanto no es un error distanciarse, un poco, de los menos experimentados y tener mano dura a la hora de planear una estrategia o plan de acción en base a nuestras experiencias de vida. No es un problema hacerle saber a los demás que no somos aficionados sino que tenemos larga experiencia en esto.

Crear una cultura laboral propia

Con el paso de los años se aprende. En particular, las cosas que nos gustan y las que no en el lugar de trabajo. Todos tenemos un pequeño listado de cosas prohibidas y de cosas favoritas: ¿viernes casual?, ¿after office con los empleados?, ¿trato de usted o tuteo? Todas estas respuestas sirven para dar forma a nuestra propia cultura laboral. Es importante reconocerla y convertirla en la norma en el trabajo, en el libro de reglas implícito.

Reconocer los bajones de productividad La experiencia también trae años, no siempre la ecuación es al revés. El profesional de más de 40 tiene que saber que ya no tiene la energía del de 20 que supo ser. Por eso es clave entender que van a existir bajas de productividad para saber cómo convivir con ellas.

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