Cambiar siempre produce vértigo, y más en el plano laboral.
Los 'profesionales estancos' son especies en extinción y el mercado obliga al
reciclaje continuo, por lo que es obligatorio superar los miedos.
Uno es viejo cuando sus añoranzas superan a sus sueños".
Así de claro lo tenía el actor estadounidense John Barrymore a quien le gusta
recordar Juan Carlos Cubeiro, head of talent en ManpowerGroup, cuando se le
pregunta sobre la capacidad que tenemos para reinventarnos. "El cerebro es
plástico y aprender constantemente lo rejuvenece", recuerda el directivo
de ManpowerGroup, para quien el principal miedo que frena esta necesidad de
reciclaje profesional es la aversión al cambio. "Al ser humano le gusta la
rutina, la certidumbre. Pero vivimos en un mundo tan acelerado que reinventarse
es obligatorio, tanto en actitud como en aptitud".
"El vértigo que
produce el cambio es el principal temor
que genera el reciclaje laboral"
Dar un giro a tu vida laboral no es tarea fácil. Menos aún
en una sociedad como la nuestra, que viene de un escenario en el que el trabajo
se concebía para toda la vida. Ahora las reglas han cambiado y hay que
plantearse la posibilidad (bastante cierta) de que vamos a desempeñar varios
roles profesionales a lo largo de nuestra carrera. Un futuro que a veces
provoca vértigo, porque "tendemos a pensar que va a ser más difícil de lo
que es en realidad", reflexiona Paco Muro, presidente ejecutivo de Otto
Walter en España. "El miedo a sentirse de nuevo un junior, un aprendiz,
cuando en tu trabajo anterior eras sénior. La limitación del orgullo personal,
que te impide tener la humildad necesaria para aceptar ese cambio. El miedo a
las nuevas tecnologías, al futuro incierto, a no dar la talla, etcétera",
son algunos de los motivos que enumera Muro para reflejar el temor a dar ese
salto profesional. Sentimientos encontrados que, en el fondo, paralizan "y
por esa falta de energía no se logra el cambio", sentencia el presidente
ejecutivo en España de Otto Walter.
Abandonar nuestra zona de confort no es una decisión
sencilla. Quizá por eso "en la mayoría de los casos el cambio se ha
producido por obligación cuando han desaparecido los puestos en los que se ha
crecido profesionalmente. En algunas ocasiones (pocas de momento) también se ha
dado en perfiles que quieren ser fieles a sus sueños o que se sienten
descontentos en su trabajo actual", explica Nekane Rodríguez, directora
general de Lee Hecht Harrison-Adecco.
Supéralo
Nadie dice que sea fácil. Superar los miedos, el vértigo a
caer y no volver a levantarse, es complicado. Racionalizarlo es la respuesta.
Al menos para Cubeiro, quien considera ese temor como algo visceral y, por
tanto, cree que la mejor manera de acabar con él es aplicar la lógica y
aprender a relajarse y a tomarse las cosas con calma. "Y, por supuesto,
saber que tenemos la capacidad de la adaptación hedonista, es decir, somos
capaces de adaptarnos a cualquier situación".
"El ser humano es un
animal de costumbres que necesita
una rutina para su estabilidad"
Conocedores de nuestro poder de flexibilidad, lo único que
hay que poner en prácticas son sencillos pasos: "Moverse y avanzar;
analizar otros cambios en la vida y verlo en perspectiva;y visualizarse
teniendo éxito una vez lo consigas, imaginar cómo vas a sentirte", aconseja
la directora general de Lee Hecht Harrison-Adecco.
Cuando comienzas a reinventarte no sabes bien dónde
acabarás, "y por eso lo importante es levantarte y avanzar, ya que no
tendrás la certeza de nada. Ábrete a aprender y no temas dar algún paso atrás,
si es para tomar carrerilla y saltar después más lejos", recomienda Paco
Muro.
No es cuestión de sectores ni de perfiles. Aunque hay
ciertos profesionales más dados a estos cambios. Muro considera a los
comerciales "perfiles todoterreno", mientras que "a los profesionales
técnicos les cuesta más evolucionar, porque acaban siendo tan expertos en lo
suyo que les es difícil imaginar y aceptar dedicarse a otra cosa".
Por sectores, el de la tecnología es el que da más cancha al
cambio: "Siempre cambiante y en continuo progreso, en este área tienen
cabidad y se necesitan nuevos expertos en lo último. Aprender lo que ahora pide
el mercado puede ponerte en igualdad de condiciones con otros expertos en
tecnologías anteriores que ahora están obsoletas", asegura Muro, quien considera
que el otro gran campo en el que es posible el cambio es "el comercial, ya
que todos necesitan vender y atender al cliente, y no hay tantos profesionales
que de verdad lo hagan bien". Cubeiro cree que "la banca, que se
encuentra en pleno proceso de digitalización, calidad relacional y valores; y
el sector Farma, que ha vivido en los últimos años de su imagen y que ahora
necesita reinventarse a nivel comercial" son dos ámbitos en los que cabe
el reciclaje profesional.
"Los comerciales son
perfiles 'todoterreno', mientras
que los técnicos son más adversos a cambiar"
Cierto es que, como recuerda Muro, hay sectores demasiado
tradicionales que no parecen evolucionar. Un ejemplo es el editorial:
"Aparentemente sigue en el mundo de la venta de 'papel impreso' caro en
lugar de reinventarse. Y no me refiero únicamente al mundo digital, sino a
concebir de otra manera las publicaciones, la relación con los autores, el
aprovechamiento de las posibilidades que da el entorno digital, etcétera. ¿Te
imaginas, por ejemplo, un libro digital en el que sonara una banda sonora a
medida que vas pasando los capítulos?".
Reducir la capacidad de adaptación y reciclaje a
determinados sectores tampoco es justo, ya que "en realidad, las
herméticas somos las personas y no las áreas de negocio. Valoramos a los
profesionales en función de sus resultados en uno u otro campo en vez de
hacerlo por sus habilidades y potencial. No se trata de qué sabes hacer sino de
qué puedes hacer. En otros países es habitual contratar a gente sin experiencia
en el sector y los resultados, verdaderamente, son muy buenos pues estos
perfiles aportan una visión distinta, nuevos conocimientos y maneras de hacer
que ayudan a la innovación", defiende Nekane Rodríguez.
En el fondo y aunque nos puedan a veces los miedos,
"reinventarse es una gran oportunidad", asegura Cubeiro. Sólo es una
buena opción "si tienes claro a qué puertos quieres llegar con esa
metamorfosis profesional". Porque dar el salto sin tener una hoja de ruta o
un plan de ataque podría suponer un suicidio profesional.
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