Se acerca el fin de
año y el estrés laboral no deja de aumentar. Mejor hacer todo lo posible para
tener un día de trabajo lo más perfecto que se pueda.
Muchos de nosotros no planificamos el día lo suficientemente
bien. Perdemos valiosas horas cuando atacamos mucho trabajo sin un plan sólido
que nos guíe. En épocas de mucho trabajo, cada minuto que ahorremos y cada
pequeña ganancia en productividad vale la pena.
Planificar el día
antes
El día laboral perfecto empieza, en realidad, el día
anterior. Planificar el día antes permite enflacar el grueso de la rutina de
trabajo. Sentarse en el escritorio sin tener que ponerse a pensar en decisiones
complicadas como con qué tarea comenzar, qué datos o herramientas necesitamos,
qué mail nos falta contestar. Puede ser algo tan sencillo como planificar y
preparar, en diez minutos, las tres tareas prioritarias. Así nos aseguramos
tener cubierta al menos la parte más importante del trabajo.
Atacar el proyecto más
difícil primero
¿Por qué es recomendable empezar el día con el trabajo más
duro? Porque es el momento del día en el que tenemos más energía y motivación
para trabajar. Encarar el proyecto más difícil cuando ya pasamos la mitad de la
jornada laboral es garantía de hacerlo en un estado bastante distante del
estado óptimo. Elegir bien qué hacer en qué momento puede hacernos ganar la
mitad de la batalla contra un día difícil.
Saber cuándo tomar un
descanso
Es de conocimiento común que extralimitarse en el trabajo
tiene sus consecuencias. Es un error sostener el mito que es lo mismo trabajar
cuatro horas con pausas e intermedios es lo mismo que trabajar dos y media de
corrido. Incluso se cree que es mejor hacer todo rápido porque permite terminar
antes y comenzar un nuevo proyecto. Esto no sólo no es cierto sino que es
perjudicial en el largo aliento. Para mantener la productividad en el largo
plazo y tener días de trabajo que no nos dejen exhaustos es recomendable seguir
una pequeña regla: cada una hora de trabajo tomarse 20 minutos de descanso.
Fácil de poner a prueba con alguna aplicación como DeskTime. Tomen el tiempo
con y sin descansos durante una semana y chequeen si realmente son más
productivos y están menos cansados.
¡Hacer una
evaluación!
Incluso el schedule o programa más perfecto puede fallar o
no funcionar tan bien como creemos. Para lograr mejorar la calidad del trabajo
diario es imprescindible incluir un sistema de feedback a nuestras tareas
diarias. ¿Cuál es el sentido de una organización aparentemente perfecta si no
funciona? Con una o dos veces el mes es suficiente para hacer correr un
protocolo de evaluación y ver en qué áreas podemos mejorar.
Rigurosidad con el
fin del horario laboral
Todos escuchamos alguna vez al empleado que se jacta de
haber trabajado doce o más horas de corrido. Como si fuera meritorio de una
medalla de honor o lealtad. Pero se sabe que las horas frente al escritorio no
se traducen directamente a más o mejor productividad ni a más o mejor calidad
laboral. Para poder salir contento de la oficina todos los días, es necesario
hacer lo posible para apegarse al horario de salida. Es una excelente manera de
acostumbrarse a ser productivo durante la jornada y tener todo listo para el
momento de retirarse del lugar de trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario