¿Cuándo
alcanza un país las condiciones necesarias para atraer el flujo inversor?
¿Existe una "nota de corte" para que el capital riesgo se plantee
invertir en una economía emergente? Sí, según el Venture Capital and
Private Equity Country Attractiveness Index 2014 (Índice 2014 de
países más atractivos para el capital riesgo y el capital privado).
Sus autores, el profesor del IESE Heinrich Liechtenstein, junto con Alexander Groh, Markus Biesinger y Karsten Lieser, analizan los datos socioeconómicos de 118 países y contrastan su relación con la actividad inversora real que generan.
En la quinta edición de este índice, elaborado por el IESE con la colaboración de la EMLYON Business School, Kazajistán se suma a Georgia y Kuwait en ese umbral, que se sitúa en una valoración de 45 puntos sobre 100. Por tanto, conviene seguir especialmente de cerca su evolución para valorar posibilidades de inversión.
Para medir el atractivo de cada país, los autores se sirven de seis indicadores: actividad económica; profundidad de los mercados de capital; fiscalidad; protección del inversor y gobierno corporativo; entorno humano y social; y cultura emprendedora y oportunidades de negocio, un apartado que engloba aspectos como la capacidad de innovación, la facilidad para hacer negocios y el desarrollo de sectores de alta tecnología.
Pequeños cambios en las primeras posiciones
Estados Unidos y Canadá vuelven a encabezar el ranking de 2014. Les sigue Singapur, que ha escalado dos puestos, desplazando a Reino Unido y Japón a la cuarta y la sexta posición, respectivamente.
Hong Kong, que alcanza el quinto puesto, viene a demostrar una vez más la capacidad de las ciudades-estado (aunque técnicamente sea una región administrativa especial de China) de competir con grandes países pese a las diferencias de tamaño.
Alemania, Australia, Suecia y Suiza completan el top ten de los destinos de inversión.
Hay situaciones especiales
Algunos países presentan una coyuntura particular que merece la atención del inversor. Es el caso de Ucrania, que en los últimos cinco años ha pasado del puesto 82 al 63.
Sin embargo, a pesar de las buenas previsiones de crecimiento económico y la liberalización de los mercados de capitales, el país atraviesa dificultades que afectan al marco institucional y sociopolítico. Habrá que ver cómo afecta la volátil situación política a su atractivo como destino de inversión en el índice del año que viene.
Este tipo de turbulencias espantan a algunos inversores. Otros, en cambio, las ven como un contratiempo inherente a la inversión en países emergentes.
La invariable atracción de los BRIC
Aunque no hayan avanzado lo suficiente en aspectos como la protección del inversor, el entorno humano y social o la cultura emprendedora, los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) siguen estando bajo la atenta mirada de los inversores.
Rusia, en concreto, goza de una actividad económica y unos mercados de capitales relativamente sólidos, pero no logra quitarse de encima la imagen de país corrupto y adolece de un nivel de innovación e inversión en I+D débiles en comparación con otras economías emergentes.
Más allá de los favoritos
Pese a esta especial atención por los BRIC, son otros los que exhiben un mayor potencial de crecimiento para la actividad inversora en un futuro próximo.
Indonesia, México, Filipinas y Turquía han ganado atractivo en los últimos cinco años, tanto que Turquía y México se han colocado por delante de Brasil y Rusia en el ranking. Indonesia y Filipinas, que ha situado en el puesto 42 tras avanzar 22 posiciones, les pisan los talones.
Si bien el PIB de estos cuatro países es menor que el de los BRIC, sus perspectivas de crecimiento son alentadoras gracias a su potencial económico y al tamaño de su población.
A medio plazo, podrían competir con ellos Malasia, Finlandia, Chile, Colombia, Lituania, Omán, Perú, Marruecos y Estonia, que también muestran un desarrollo prometedor.
Como observan los autores: "El abanico de mercados emergentes atractivos para los inversores sigue creciendo. Sin embargo, todavía hay muchos que no están lo suficientemente maduros ni ofrecen un marco idóneo para el capital privado". En este sentido, el índice "ayuda a evaluar la madurez de los países en relación con su capacidad para sostener el modelo de negocio de las inversiones de capital privado".
Además, la información de las ediciones de años anteriores, con datos recopilados desde el año 2000, aporta a los inversores una base sólida para evaluar la evolución de los países y hacer un seguimiento de las tendencias.
Heinrich Liechtenstein, Alexander Groh, Markus Biesinger y KarstenLieser
Sus autores, el profesor del IESE Heinrich Liechtenstein, junto con Alexander Groh, Markus Biesinger y Karsten Lieser, analizan los datos socioeconómicos de 118 países y contrastan su relación con la actividad inversora real que generan.
En la quinta edición de este índice, elaborado por el IESE con la colaboración de la EMLYON Business School, Kazajistán se suma a Georgia y Kuwait en ese umbral, que se sitúa en una valoración de 45 puntos sobre 100. Por tanto, conviene seguir especialmente de cerca su evolución para valorar posibilidades de inversión.
Para medir el atractivo de cada país, los autores se sirven de seis indicadores: actividad económica; profundidad de los mercados de capital; fiscalidad; protección del inversor y gobierno corporativo; entorno humano y social; y cultura emprendedora y oportunidades de negocio, un apartado que engloba aspectos como la capacidad de innovación, la facilidad para hacer negocios y el desarrollo de sectores de alta tecnología.
Pequeños cambios en las primeras posiciones
Estados Unidos y Canadá vuelven a encabezar el ranking de 2014. Les sigue Singapur, que ha escalado dos puestos, desplazando a Reino Unido y Japón a la cuarta y la sexta posición, respectivamente.
Hong Kong, que alcanza el quinto puesto, viene a demostrar una vez más la capacidad de las ciudades-estado (aunque técnicamente sea una región administrativa especial de China) de competir con grandes países pese a las diferencias de tamaño.
Alemania, Australia, Suecia y Suiza completan el top ten de los destinos de inversión.
Hay situaciones especiales
Algunos países presentan una coyuntura particular que merece la atención del inversor. Es el caso de Ucrania, que en los últimos cinco años ha pasado del puesto 82 al 63.
Sin embargo, a pesar de las buenas previsiones de crecimiento económico y la liberalización de los mercados de capitales, el país atraviesa dificultades que afectan al marco institucional y sociopolítico. Habrá que ver cómo afecta la volátil situación política a su atractivo como destino de inversión en el índice del año que viene.
Este tipo de turbulencias espantan a algunos inversores. Otros, en cambio, las ven como un contratiempo inherente a la inversión en países emergentes.
La invariable atracción de los BRIC
Aunque no hayan avanzado lo suficiente en aspectos como la protección del inversor, el entorno humano y social o la cultura emprendedora, los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) siguen estando bajo la atenta mirada de los inversores.
Rusia, en concreto, goza de una actividad económica y unos mercados de capitales relativamente sólidos, pero no logra quitarse de encima la imagen de país corrupto y adolece de un nivel de innovación e inversión en I+D débiles en comparación con otras economías emergentes.
Más allá de los favoritos
Pese a esta especial atención por los BRIC, son otros los que exhiben un mayor potencial de crecimiento para la actividad inversora en un futuro próximo.
Indonesia, México, Filipinas y Turquía han ganado atractivo en los últimos cinco años, tanto que Turquía y México se han colocado por delante de Brasil y Rusia en el ranking. Indonesia y Filipinas, que ha situado en el puesto 42 tras avanzar 22 posiciones, les pisan los talones.
Si bien el PIB de estos cuatro países es menor que el de los BRIC, sus perspectivas de crecimiento son alentadoras gracias a su potencial económico y al tamaño de su población.
A medio plazo, podrían competir con ellos Malasia, Finlandia, Chile, Colombia, Lituania, Omán, Perú, Marruecos y Estonia, que también muestran un desarrollo prometedor.
Como observan los autores: "El abanico de mercados emergentes atractivos para los inversores sigue creciendo. Sin embargo, todavía hay muchos que no están lo suficientemente maduros ni ofrecen un marco idóneo para el capital privado". En este sentido, el índice "ayuda a evaluar la madurez de los países en relación con su capacidad para sostener el modelo de negocio de las inversiones de capital privado".
Además, la información de las ediciones de años anteriores, con datos recopilados desde el año 2000, aporta a los inversores una base sólida para evaluar la evolución de los países y hacer un seguimiento de las tendencias.
Heinrich Liechtenstein, Alexander Groh, Markus Biesinger y KarstenLieser
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