Para llegar a ser un profesional
multitarea y no perder de vista tu rumbo profesional, es conveniente tener en
cuenta estas siete actitudes:
Da el primer paso. Hay que ser proactivo y asumir riesgos. Para
hacerlo bien conviene desarrollar la resiliencia, la perseverancia y la
capacidad para tolerar los errores, pues buscar nuevas formas de trabajar no
sólo implica equivocarse y aprender de los fallos, sino también recordar los
errores cometidos que pueden llegar a ser una solución en el futuro.
No pierdas de vista el rumbo. Que el día a día no te impida
llegar a la meta que te has marcado.
Lo primero es lo primero. Organizar tu tiempo es
imprescindible, tanto para tu vida como para tu profesión pues algo que
caracteriza al trabajo actual es que la línea entre la vida personal y la
laboral es cada vez más fina.
Piensa en ganar-ganar. Hay que tomar decisiones que
creen valor compartido. Busca sinergias y oportunidades. Y cuando haya una
dificultad o un conflicto escudriña una solución donde todas las partes ganen.
Comprende a los demás. Dedica tiempo y recursos a
descubrir y entender las necesidades de tu cliente. Parece sencillo, pero no lo
es. En la próxima conversación que tengas date cuenta de cuántas veces estás
escuchando de verdad o pensando en otras cosas mientras te hablan, y también en
qué vas a decir. Aparca tus necesidades, y a ti mismo por un momento, algo que
en coaching llamamos bracketing.
Siempre a punto. Para aprender es necesario salir de la zona de
confort. Conviene estar al día y demostrar curiosidad por el mundo. Pero,
además, hay que estar preparado para aprender y crecer, porque éstas son las
claves de la innovación.
Encuentra tu voz. Sólo de esta manera inspirarás a los demás para
encontrar la suya. Sé auténtico y fiel contigo mismo. Diferencia entre trabajo
y sacrificio.
Fuente: Montse Ventosa, presidenta de Truthmark
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