Hoy en
día todo el mundo parece hablar de la necesidad de innovar para salir de la
crisis, ahora bien, me gustaría plantear una cuestión ¿no es en parte gracias a
la innovación que nos encontramos en la situación de crisis actual?
Me
explico, uno de los grandes retos al que nos enfrentamos hoy con la innovación es
que, en la mayor parte de los casos, la innovación termina yendo en detrimento
de los “puestos de trabajo” y, por lo tanto, de los compradores y del propio
mercado, entendido éste como el número de personas con capacidad de compra; a
menos puestos de trabajo, menos personas con capacidad de compra y menor compra
por persona.
Es decir,
“gracias” al uso que se ha hecho de la innovación, en vez de favorecer las
condiciones de compra del mercado, ha terminado siendo un cáncer para éste y
para las propias empresas. En vez de conllevar una mejora del mercado, ya sea
en cantidad -más compradores disponibles- o en calidad -compras
de mayor valor añadido y márgenes- lo que han hecho las empresas con
la innovación es utilizarla para reducir puestos de trabajo, con la
consiguiente repercusión que tiene en el mercado a corto, medio y largo plazo:
las empresas en el corto plazo se ahorran costes de personal, lo que impacta en
el paro y, en el medio y largo plazo, al llevar casi todas las empresas la
misma dinámica, el mercado de compradores se va reduciendo progresivamente,
puesto que no se crean puestos de trabajo con la misma rapidez con la que se
destruyen.
La
tecnología, la robótica, la informática, etc. han influido en la desaparición
de muchos trabajos que no se han sustituido por otros. No se ha aprovechado el
boom en ciertos sectores (ej.: la construcción) para invertir en otros que
pudieran crear empleos que sustituyeran a los de éstos cuando llegan a su ciclo
de vida de madurez/declive, de forma que hemos llegado a un punto en el que los
sectores que más “mano de obra” “asumían” se han “hiper-saturado” al tiempo
que, paradójicamente, han “destruido” otro “sector” que tradicionalmente
también conlleva la contratación de mano de obra, pymes, imposibilitadas ante
barreras de acceso a la inversión, tecnología y/o “contactos” de competir con
ellas “paradójicamente” porque muchas de estas pymes eran los clientes
naturales de estas grandes empresas).
Así nos
encontramos con que si no queremos reducir aún más drásticamente el mercado
laboral, que a la postre somos quienes constituimos la base del mercado, de
“compradores”, hemos de comenzar a pensar en “innovar” en nuestro uso de la
“innovación”, cambiando el paradigma actual hacia otro que prime el aprovechamiento
de las oportunidades que dicha innovación ofrece en beneficios 360º, es decir
que conlleven una retroalimentación de todas las partes que conforman sociedad
y mercado (empresa, colaboradores, proveedores, compradores, inversores, etc.).
¿Cómo?
creo que para ello necesitamos reflexionar y respondernos a algunas cuestiones:
§ ¿Es necesario trabajar 8h?
§ ¿Sobran colaboradores o sobran
horas de trabajo por colaborador y faltan colaboradores con otro tipo de
competencias?
§ ¿Hasta dónde queremos crecer?
§ ¿Para qué? ¿para qué una empresa
tipo Corte Inglés, Telefónica … quiere seguir creciendo y más cuando dicho
crecimiento suele implicar un endeudamiento con muy pocas probabilidades de
recuperación con la situación actual y las perspectivas de crecimiento que tenemos?
§ ¿Cuál es la finalidad?
Quizás
vaya siendo hora de plantear que es necesario aplicar la innovación
(entendida como nuevas formas de hacer o mejorar) a nivel de estrategia de
inversores y de grandes empresas; revisar su “visión” y “misión” y replantearse
qué tipo de sociedad desean y deseamos conformar:
1. ¿para qué quieren más beneficios?
¿para asegurarse el futuro?
2. ¿qué tipo de futuro están/estamos
conformando con la estrategia actual?
3. ¿qué tipo de futuro
conformaríamos con un tipo de estrategia que favoreciera el consumo
responsable? ¿igualdad? ¿riqueza para todos?
Si el
tema son los beneficios, ya hemos visto ha donde nos ha traído la estrategia
que ha primado en estos años, indiferenciada, basada en una alta rotación de
ventas, compitiendo a precio y con márgenes cada vez más exiguos. ¿Por qué no
probar la diferenciada, basada en calidad, alargando vida de
productos/servicios, con una menor rotación en ventas pero con mayores
márgenes? Ahora bien, para poder ir a esta estrategia hemos de pensar en que se
han de mantener y/o mejorar la capacidad adquisitiva salarial para poder
adecuar la capacidad adquisitiva del mercado a la renovación de la estrategia
empresarial.
Si el
tema es la productividad, deberíamos reflexionar sobre algunas preguntas
¿cuando somos más productivos? ¿Cuándo nos tratan mal o cuando nos tratan bien?
¿Necesitamos puestos de trabajo de 8h o más puestos de trabajo de 6h, por
ejemplo? ¿qué hemos de hacer para ir hacia ese cambio y para hacerlo un proceso
libre de crispaciones y convergente en esfuerzos?
Lo que
está claro es que, con las perspectivas de cambio social y económico que
tenemos en ciernes, inversores y empresas sólo sobrevivirán a la crisis actual
si comienzan a ayudar al mercado (de compradores) a seguir consumiendo y que
dicho consumo sea de forma responsable y de crecimiento sostenible y, por la
parte de trabajadores y sindicatos si comienzan a trabajar para incrementar la
productividad y calidad de trabajo por mejores prácticas y políticas laborales
y sindicales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario