Ahora bien, la profesionalización de nuestras entidades no es un hecho simple. No se resuelve con incorporar profesionales a la planta de personal o crear una comisión de jóvenes profesionales entre los socios de la entidad. La profesionalización de nuestras entidades debe enmarcarse en otros aspectos, sin negar lo anterior por supuesto.
Me atrevo
a decir que la profesionalización se refiere más al uso de la
inteligencia directiva que a las propias acciones tácticas.
Para ser más claro me permito
preguntar a los gerentes o directivos de nuestras entidades:
1.- ¿Han
tenido o tienen dificultades financieras en estos últimos cinco años?
2.- ¿Las
causas de la situación indicada en el punto anterior se generaron fuera de su
entidad? Digamos en los cambios globales, los cambios de la macroeconomía, las
políticas sobre los sectores que representan, los empresarios, los bancos,
etcétera?
Si la
respuesta a la primera y segunda pregunta ha sido SI, vamos a la tercera:
3.- ¿Y
cuál es la participación de nuestra propia entidad en ese SI?
4.-
¿Existe en su entidad una clara determinación de la Visión institucional
actualizada? ¿Han participado los directivos y gerentes en su determinación?
¿Se les ha dado participación a los socios en la determinación de la Visión?
Si la
respuesta a estos tres interrogantes del punto 4 es NO, puedo asegurar que
podrían estar en una mejor situación estratégica.
Recomendación:
pongan fecha para comenzar a trabajar seriamente en la construcción de la
visión institucional de su entidad y también en las misiones que han de
llevarse a cabo en el corto plazo para acercarse a esa visión.
El
Pensamiento Inteligente
En la
actualidad hablar de pensamiento inteligente significa planificar el futuro,
actualizar el conocimiento y la información, desarrollar competencias personales
y profesionales, adaptarse a los cambios tecnológicos, científicos, sociales,
culturales y políticos entre otros: Esencialmente todo esto implica la
revitalización permanente de los valores, estableciéndose así una plataforma
organizacional preparada a partir de la cual se incrementaría la eficiencia, la
productividad y la calidad del trabajo.
Sobre la
base de este planteamiento es pertinente promover el desarrollo del pensamiento
inteligente como una habilidad gerencial que genera conocimiento en la gente de
nuestras organizaciones.
Para
cerrar e invitarlos a continuar con este análisis, sugiero distinguir entre la
inteligencia, sea lo que eso sea, y el pensamiento inteligente, entendido como
la capacidad de aplicar el conocimiento apropiado en el momento preciso para
resolver un problema dado o superar una situación determinada. El pensar de una
manera inteligente y práctica sí que es una habilidad que uno aprende. Basta
con conocer las bases y ponerse manos a la obra o sencillamente pasar tiempo con
alguien que lo haga excelentemente y aprender cómo lo hace.
Desde
este punto de vista, la inteligencia es una herramienta más, y cada uno de
ustedes puede aprender nuevas y creativas maneras de resolver problemas
simplemente practicando un poco cada día.
“Un
hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar
gente más inteligente que él”. John Fitzgerald Kennedy.
Nota
escrita por eI Lic. Roberto E. Bazán, profesor del seminario “La Función
Gerencial en las Organizaciones Gremiales Empresarias”, integrante de la oferta
académica del Programa de Liderazgo Ejecutivo para Directivos y Gerentes de Cámaras Empresarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario