Las bases del nuevo liderazgo se fundamentan en la
inteligencia intrapersonal y la propia gestión emocional, es necesario
liderarse a uno mismo para poder liderar a los demás, porque cada vez es más
importante gestionar los aspectos emocionales y el compromiso del equipo. Pero
por otra parte el liderazgo se expande y cada vez es necesario líderes
socialnetworkers, líderes que crean comunidades.
Analicemos las características que debería tener un
líder transformador y os propongo hacerlo desde una perspectiva que incluye
tres niveles de actuación: desde dentro hasta fuera. Desde autogestionarse y
gestionar equipos internos, a gestionar las conexiones con equipos externos.
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Nivel 1: La autogestión emocional
es gestionarnos a nosotros mismos
El liderazgo solo se puede construir sobre bases personales sólidas
basadas en un equilibrio emocional, tales como autoconciencia –control
emocional y adecuada percepción de debilidades/fortalezas-, autorregulación -capacidad
de aprendizaje en base a experiencias- o control de la automotivación, algo
que Martin Seligman denomina optimismo
adquirido.
Para relacionarnos mejor con nuestro equipo, nuestra gestión emocional
debe permitirnos escucharnos más a nosotros y a los demás para adaptarnos, para
entender y aprender de la experiencia, conceptos que Goleman, bajo el paraguas de la
inteligencia emocional, engloba dentro de su liderazgo resonante y que para
nosotros es una característica clave del líder transformador.
Tenemos un problema de educación que nos hace sobrevalorar lo analítico
y subestimar el poder de la intuición, la empatía y la emoción. Somos seres
emocionales y nuestra interacción, adaptación y aprendizaje dependen de este
tipo de características que debemos cultivar. La denominada
inteligencia emocional está en el centro del desarrollo del liderazgo, sin
liderarnos a nosotros mismos no podemos gestionar equipos.
Nivel 2: La gestión de ideas es
la gestión de equipos
La principal función de un líder es potenciar a sus equipos. Las ideas
son la materia prima del liderazgo, la función del líder es ayudar a
que las ideas surjan en los equipos, pero sobre todo que se implanten para
innovar, para transformar la realidad, basándose en el poder que tienen los
equipos para llevar a término estas ideas.
El éxito empresarial es saber mantener el equilibrio entre presente
(motivador de logro) y futuro (proactivo), entre generar resultados hoy e
innovar para asegurar los de mañana, es contemplar su rol como desarrollo de
personas (desarrollador) para que “todos” sean los impulsores y líderes del
cambio (potenciador).
El líder transformador es un gestor de equipo y entre los estilos de
gestión de equipos más relevantes podemos destacar:
- Motivador de logro (presente/resultados): Establece con claridad
objetivos, da un seguimiento exigente pero de acuerdo con el potencial de
cada empleado. Esta es la base de la consecución de unos resultados
excelentes. Los resultados son la mejor expresión de liderazgo e
innovación, pero también uno de los elementos que refuerzan el desempeño
excelente.
- Proactivo
(futuro/resultados): Establece marcos de actuación, valores, sentido de propósito
y referencias a futuro que dan guías de actuación a sus
colaboradores, lo que permite que haya autonomía en la realización de
tareas y consecución de resultados.
- Desarrollador (presente/personas): Promueve
la autonomía, mejora continua en el día a día, creatividad, buenas ideas,
buenas competencias exigen desarrollo continuo. El líder debe crear actitudes
en sus colaboradores destinadas a mejorar el autoaprendizaje y la
capacitación en el entorno de trabajo.
- Potenciador
(futuro/personas): Es el comportamiento o estilo que más se relaciona con
potenciar la proactividad o liderazgo distribuido, pues incluye todas las
herramientas enfocadas hacia el empowerment y crecimiento
personal y profesional de sus equipos, considerando no solo sus cometidos
e intereses actuales sino también aquellos que potencian el largo plazo.
Nivel 3: Integrar es gestionar la
conexión del equipo, es la gestión de la red
El tercer nivel del liderazgo establece el rol del líder como integrador
de equipos: el que conecta su equipo con otros equipos, presenciales o
virtuales (comunidades), internos o externos.
Los integradores saben crear las condiciones de la
cohesión para que el equipo trabaje conjuntamente y comparta, que hace que se
fomente la creatividad y la implantación de ideas que necesita de la
colaboración entre los miembros del equipo y con otros equipos, a veces de la
empresa, a veces externos.
Conectar su equipo con otros equipos internos o externos será cada vez
más una labor más importante del líder. En nuestros días es más frecuente la
cohesión de equipos internos dentro de la empresa, pero cada vez más este rol actúa
como gestor de comunidades externas.
La revolución de la red que estamos viviendo, una revolución equivalente
en impacto a la industrial, hará que las empresas sean más abiertas y
necesiten socialnetworkers, un nuevo tipo de trabajador
del conocimiento que necesita de la red social para optimizar su trabajo y
renovar su conocimiento para crear o mejorar bienes o servicios. Por ello, este
rol del líder (o estilo de liderazgo) se desplazará cada vez más hacia el líder
de comunidades internas (cuyos integrantes no siempre coincidirán con su
equipo), pero también comunidades externas.
Nuevos tiempos requieren un nuevo liderazgo. En épocas de cambios los
directivos con perfil gerencial son peligrosos, porque son especialistas en
gestionar el pasado. Necesitamos líderes que señalen y construyan el
futuro, necesitamos líderes transformadores con ámbitos de gestión cada vez
más difusos y amplios.
Virginio Gallardo
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