En cuanto a la práctica empresarial debe estar guiada por una estrategia que planifique la acción para conducir las fuerzas de la organización hacia metas influidas por las oportunidades que presenta el futuro. Y, a su vez, para que la empresa PYME alcance en forma exitosa las estrategias de negocios debe considerarse a la innovación en valor como un factor clave.
Veamos
algunas de las causas:
Los consumidores tienen un mayor conocimiento del
mercado y su protagonismo ha crecido en los últimos años por el desarrollo de
las nuevas tecnologías e Internet. Precisamente, sus necesidades cambian
rápidamente y, además, el ciclo de vida del producto o servicio es cada vez más
corto, ambos afectando de tal manera a las nuevas y viejas industrias, ya sean
de alta o baja tecnología, de manufactura o de servicios.
Es
esencial entender lo siguiente: cuál es la necesidad del cliente,
ver qué está haciendo la competencia de la empresa actualmente y, entonces, si
se podría hacer algo más para satisfacer las necesidades no atendidas del
cliente.
Por
cierto, anticiparse y responder a las nuevas demandas de los consumidores es
uno de los principales retos que las empresas deben asumir inmediatamente.
También, son
numerosas las empresas PYMES que cada día innovan menos, y eso les obligará
en un futuro a realizar adquisiciones o fusiones para sobrevivir en este
mercado globalizado.
Asimismo, el éxito o el fracaso de las empresas
será el cambio en el modelo de innovación, teniendo como resultado que los
ejecutivos deberán reinventar continuamente sus estrategias de negocios.
¿Innovación
en valor es el camino a seguir?
Sobre la base de nuestra experiencia acumulada en
los últimos años, existen muchas empresas que están batallando en el océano
rojo en una inútil competencia sangrienta.
No obstante, la realidad nos indica que la mejor
forma de alcanzar la innovación en valor, consiste en sumergirse en las aguas
del océano azul porque las empresas no deben competir con sus rivales sino como
señalamos al inicio, crear nuevos modelos de vinculación con los clientes que
los vuelvan irrelevantes.
De este modo, en el océano azul se plantean las
propuestas de valor relacionadas con las utilidades y precios, los beneficios,
precios y costos, empleados y socios.
Como
consecuencia de ello, recomendamos lo siguiente:
1. Que la estrategia a seguir se fundamente en
desarrollar ofertas de nuevos productos y extensiones de línea que persigan al
mismo tiempo la diferenciación y el bajo costo y que sean capaces de
transformar los espacios de mercado existentes y de crear otros nuevos.
2. Evitar que una oferta destruya más valor que el
que crea, para lo cual la empresa debe maximizar el potencial de utilidades
porque corre el riesgo de que los costos de gestionar la complejidad se
incrementen a lo largo de la cadena de valor y, de esta manera, los márgenes se
reducen. Para reducir la complejidad, es conveniente que el análisis se inicie
en la línea de producto o servicio.
Nota
escrita por Rodolfo Salas, profesor del seminario “Construyendo
Liderazgo en el Siglo XXI”, integrante de la oferta académica del Programa de Liderazgo Ejecutivo para Directivos y Gerentes de Cámaras Empresarias.
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